Claus y Lucas

Reseña del libro «Claus y Lucas» de Agota Kristof.
Por Paqui Bernal.

“Claus y Lucas” es una trilogía escrita entre 1986 y 1991 por Agota Kristoff, autora húngara refugiada en Suiza. Recibió el Prix du Livre Inter por la tercera de estas novelas, “La tercera mentira”.

En cuanto se empieza a leer, llama poderosamente la atención lo descriptivo que es el texto. No sólo el entorno y los personajes, sino lo que va sucediendo, porque se narra con una asepsia que los entendidos atribuyen a la intención de Kristoff de reflejar la grisura y la tristeza de la Segunda Guerra Mundial. Para que os hagáis una idea, reproduzco aquí el arranque:

“Venimos de la ciudad. Hemos viajado toda la noche. Nuestra madre tiene los ojos rojos. Lleva una caja de cartón grande, y nosotros una maleta pequeña cada uno con su ropa y además el diccionario grande de nuestro padre…” Y continúa más o menos en ese tono.

Se trata de la historia de dos gemelos, Claus y Lucas, cuya madre deja al cuidado de su abuela en un pueblo para que no les falte alimento y protegerlos de las bombas que continuamente caen en la ciudad donde ella reside. La anciana es una mujer maleducada, asocial y sucia, que había estado acusada de haber envenenado a su marido, y que escatima la comida y los maltrata. A raíz de eso y otros sucesos, los niños deciden entrenarse para poder resistir cualquier eventualidad que les depare la vida: ayunar, pasar días enteros como si fuesen sordos o ciegos, pegarse el uno al otro, dejarse abusar sexualmente y sacar ganancias de ello, etc.

La obra nos habla de cómo sobreviven solos y cómo su propia naturaleza malvada o la necesidad de supervivencia los vuelve brutales y crueles. Casi desde el principio de la novela los gemelos no parecen inmutarse cuando alguien sufre, ni siquiera cuando presencian la muerte de su madre alcanzada por un obús a pocos metros de ellos.

Entiendo que esa manera de contar las escenas sería lo que se llama en teoría literaria “narrador testigo”. También recordaba, leyendo “Claus y Lucas”, que cuando yo estudiaba la asignatura de Cuento, la primera cosa en la que los profesores hacían hincapié era en que tiene que haber una historia superficial y una historia subterránea. Pero para mi gusto, la historia subterránea en estas novelas lo es tanto que hay momentos en que dudas sobre qué te está contando Kristoff. No recuerdo haber leído nada parecido, ni siquiera “El extranjero” de Camus ni “La pasión según G.H” de Clarice Lispector.

De todas formas, he de dejar claro que “Claus y Lucas” es una obra que aconsejan muchos escritores, profesores de Literatura y grandes lectores. Por mi parte -y por el respeto que me merece cualquier autor que se esfuerza en transmitir alguna cosa a los lectores-, sólo puedo decir que esta novela se deja leer y que nos muestra la trama sin juzgar ni abordar sentimientos, un trabajo que nos corresponderá a los lectores. Sin embargo, sí quisiera advertirlo -y quien avisa no es traidor-: me ha parecido un texto muy árido.

Únicamente me atrevería a recomendarla a los amantes del existencialismo, de la no-ficción, y a los que queráis experimentar con una manera diferente de leer.

Por Paqui Bernal
@_PaquiBernal