Polifemo y la mujer barbuda

Polifemo y la mujer barbuda es el título que me llevó a la confusión antes de leer el libro de Natalia Fernandez Díaz-Cabal. Un libro que promete en clave de ensayo ser una visión desenfadada de una enfermedad para algunos aún impronunciable.

Humor por los cuatro costados, sin olvidar la dureza en algunas partes de la narración de una historia sufrida por la propia autora. Padecida también por aquellos amigos, familiares y conocidos que tiene alrededor, pues el cáncer no solo lo sufre uno mismo en sus carnes, los que realmente te quieren también lo experimentan a tu lado.

La autora nos narra la cruda realidad con la que se encuentra al recibir el diagnóstico de su enfermedad. “Hay cuatro patólogos mirándoselo. Estaría bien que la próxima vez no vinieras sola”

Una mirada crítica y humorística a la sociedad, a través de las miradas, de las relaciones sociales o la soledad. “Pero la soledad de verdad, la ontológica, no admite paliativos…”

Una manera de que entendamos a aquellos enfermos de cáncer, que no por ello se tienen que sentir apartados, recluidos o en cuarentena. Una lectura obligada para aquellos que han sufrido o sufren esta enfermedad que les animará a luchar a seguir mirando al frente.

Un libro que además de una experiencia está salpicado de datos históricos y bibliográficos que hacen que la lectura sea aún más cercana y entendible para el lector.

Polifemo y la mujer barbuda no es una historia heroica, es un relato cercano, que cuenta las cosas como son. Una perspectiva un tanto desenfadada de una realidad que por tabú no quiere decir que no exista y sobre todo superable.

«Yo le comentaba a mi madre, cuando me practicaron la última y más radical operación, que lo único que me quedaba en el campo ginecológico eran los ovarios. Mi madre me miró con guasa y me respondió: «Para tocártelos, claro. Si no, ¿dónde está la gracia?»

Queremos dar las gracias a Roca Editorial por habernos facilitado un ejemplar de esta obra para su lectura y reseña.