Se denominan años 1920 o años veinte a la década del siglo XX comprendida entre el 1 de enero de 1921 y el 31 de diciembre de 1930. La denominación felices años veinte, veinte dorados o años locos (en inglés, roaring twenties) corresponde al período de prosperidad económica que tuvo Estados Unidos.
Pero no solo en la economía fueron prósperos los años 20, también en otros ámbitos como la literatura que nos dejó grandes libros. En esta lista encuentras algunos de esos libros que se publicaron durante los años veinte.
Y puedes dejarnos en los comentarios tu recomendación de libros publicados en esa época o decirnos cual de la lista te has leído y que te ha parecido.
Adiós a las armas
de Ernest Hemingway (1929)
Una inolvidable historia de amor entre una enfermera y un joven soldado idealista en la Italia de la I Guerra Mundial. Por el Premio Nobel de Literatura Ernest Hemingway.
No amaba a Catherine Barkley, ni se le ocurría que pudiera amarla. Aquello era como el bridge, un juego donde te largas a hablar en vez de manejar las cartas. Eso pensaba el teniente americano Frederic Henry, conductor de ambulancias en el frente italiano durante la Primera Guerra Mundial, al poco de conocer a esta bella enfermera británica. Lo que parecía un juego se convirtió en pasión intensa, mientras la guerra lo arrasaba todo y los hombres desfilaban bajo la lluvia, agotados y hambrientos, sin pensar más que en huir de la muerte.
Inspirada en las vivencias de Hemingway, Adiós a las armas es ya un clásico de la literatura universal y uno de los mejores retratos de la voluntad humana.
El gran Gatsby
de F. Scott Fitzgerald (1925)
Una extraordinaria fábula sobre el sueño americano.
Jay Gatsby, el caballero que reina sobre West Egg, es el arquetipo de aquellos míticos años veinte en que pareció que todo era posible, un tiempo de felicidad entre el horror de la Primera Guerra Mundial y la barbarie de la Segunda. Junto al resto de los protagonistas, representa a la Generación Perdida, a todos aquellos «jóvenes tristes» que personificaron el mito de la pasión y el desamor, de la literatura que se funde con la vida.
Publicada por primera vez en 1925, El gran Gatsby está considerada como La Gran Novela Americana. Simboliza el triunfo, la perpetua juventud y el deslumbramiento que desembocan en la tragedia, la decadencia y la caída, constantes reflejadas con asombrosa precisión en la propia vida de Fitzgerald.
El proceso
de Franz Kafka (1925)
Obra emblemática, junto con » El castillo » y » La metamorfosis » , de lo que se ha dado en llamar » lo kafkiano » , » El proceso » se cuenta entre las pocas obras de la literatura que han alcanzado el raro destino de desbordar ampliamente los meros límites de su naturaleza como relato. En efecto, en esta novela que se inicia con el arresto, una mañana, de Josef K., supuestamente acusado de un delito que nunca llegará a conocer, y quien a partir de ese momento se ve envuelto en una maraña inextricable regida por un mecanismo omnipresente y todopoderoso cuyas razones y finalidades resultan inescrutables, Franz Kafka forjó una vigorosa metáfora de la condición del hombre moderno.
El asesinato de Roger Ackroyd
de Agatha Christie (1926)
El asesinato de Roger Ackroyd rompió todas las reglas de la novela policíaca y convirtió a Agatha Christie en un nombre reconocible.
Roger Ackroyd sabe demasiado. Sabe que la mujer que ama envenenó a su brutal primer marido. También sospecha que alguien la ha estado chantajeando. Ahora, trágicamente, le llega la noticia de que se ha quitado la vida con una sobredosis de drogas.
Pero el correo de la tarde trae a Roger una última y fatal información, que puede aportar alguna luz sobre la identidad del chantajista. Por desgracia, antes de que pueda terminar de leerla, es apuñalado por la espalda hasta morir.
Si usted no sabe nada de este libro le damos dos consejos: no comentarlo con nadie, y leerlo a toda velocidad, ya que contiene una de las mayores sorpresas de la historia de la novela negra.
Manhattan Transfer
de John Roderigo Dos Passos (1925)
La gran novela urbana de Nueva York.
En Nueva York, Jimmy Herf, huérfano de padre y madre, es adoptado por su tío, y desde muy joven empieza a trabajar como periodista. Después combate en la guerra, se enamora y se casa con Hellen Thatcher, una actriz divorciada que le abandona por un rico abogado cuando Jimmy pierde el trabajo y se ve obligado a vivir pobremente, hasta que un día en una reunión de amigos anuncia que va a dejar la ciudad.
Esta espléndida novela cuenta cómo el protagonista, rodeado de cientos de personas que viven en su ciudad, que actúan junto a él y a veces se cruzan con él, intenta vivir en Nueva York durante los años que anteceden y siguen a la Primera Guerra Mundial
Romancero gitano
de Federico García Lorca (1928)
El Romancero Gitano es una de las creaciones líricas más significativas del siglo XX. Punto culminante de la primera etapa estética de Lorca, el propio poeta lo define como el poema de Andalucía, y lo llamo gitano porque el gitano es lo más elevado, lo más profundo, más aristocrático de mi país, lo más representativo de su modo y el que guarda el ascua, la sangre y el alfabeto de la verdad andaluza y universal. Es, sin embargo, un libro donde apenas sí está expresada la Andalucía que se ve, pero donde está temblando la que no se ve: un libro antipintoresco, antifolclórico, antiflamenco…, donde las figuras sirven a fondos milenarios y donde no hay más que un personaje grande y oscuro como un cielo de estío… la Pena. Ofrece este volumen la magnífica edición de Christian De Paepe, reconocido como uno de los principales lorquistas, con un estudio de la estética y la estructura del Romancero y una detallada anotación temática y estilística. A ello se añaden la Introducción general de Esperanza Ortega, un rico apéndice documental y comentarios a los romances.
Una habitación propia
de Virginia Woolf (1929)
En 1928 a Virginia Woolf le propusieron dar una serie de charlas sobre el tema de la mujer y la novela. Lejos de cualquier dogmatismo o presunción, planteó la cuestión desde un punto de vista realista, valiente y muy particular. Una pregunta: ¿qué necesitan las mujeres para escribir buenas novelas? Una sola respuesta: independencia económica y personal, es decir, Una habitación propia. Sólo hacía nueve años que se le había concedido el voto a la mujer y aún quedaba mucho camino por recorrer.
Son muchos los repliegues psicológicos y sociales implicados en este ensayo de tan inteligente exposición; fascinantes los matices históricos que hacen que el tema de la condición femenina y la enajenación de la mujer en la sociedad no haya perdido ni un ápice de actualidad.
Partiendo de un tratamiento directo y empleando un lenguaje afilado, irónico e incisivo, Virginia Woolf narra una parábola cautivadora para ilustrar sus opiniones. Un relato de lectura apasionante, la contribución de una exquisita narradora al siempre polémico asunto del feminismo desde una perspectiva inevitablemente literaria.
Los monederos falsos
de André Gide (1925)
«André Gide, que de tantas cosas dudó, parece no haber dudado nunca de esa imprescindible ilusión, el libre albedrío. Creyó que el hombre puede dirigir su conducta y consagró su vida al examen y a la renovación de la ética, no menos que al ejercicio y al goce de la literatura. Nació en París en 1869, bajo el Segundo Imperio. Su formación fue protestante, su primera lectura apasionada fueron los Evangelios. Tímido y reservado, frecuentó los Martes de Mallarmé y pudo conversar con Fierre Louys, con Paul Valéry, con Claudel y con Wilde. En su primer libro, Les cahiers d’André Walter (1891), usó el dialecto ornamental de los simbolistas. Esa obra es menos de un autor que de una época. Siempre fue fiel, después, a la buena tradición de la claridad. Al cabo de una estadía en Argelia, que fue capital para él, publicó en 1897 Les nourritures terrestres, que exalta los deseos de la carne pero no su plena satisfacción. En ulteriores textos, cuya enumeración sería larga, predicó el goce de los sentidos, la liberación de todas las leyes morales, la cambiante ‘ disponibilidad ‘ y el acto gratuito que no responde a otra razón que al antojo. Fue acusado de corromper a la juventud con esas doctrinas. Profesó el amor de la literatura inglesa, dijo que prefería John Keats a Víctor Hugo. Leamos que la voz íntima de Keats era más de su agrado que el tono público y profético de Hugo. En 1919 fue uno de los tres fundadores de la N.R.F., la primera revista literaria de nuestro siglo. André Malraux ha escrito que Gide es nuestro principal contemporáneo. Gide, como Goethe, no está en un solo libro, está en la suma y en el contraste de todos ellos. La más famosa de sus novelas es Les faux monnayeurs, curiosa y admirable narración que incluye un análisis del género narrativo. En su Journal refiere las diversas etapas de su escritura. En 1947, un año antes de su muerte, recibió con aprobación unánime el Premio Nobel.» por Jorge Luis Borges.
La montaña mágica
de Thomas Mann (1924)
El libro más importante de Thomas Mann y una obra cumbre de la literatura universal.
Esta es la historia de Hans Castorp, un joven y modesto ingeniero que llega a un sanatorio ubicado en los Alpes suizos para visitar a su primo. La estancia que preveía corta se dilata en el tiempo y acaba formando parte de esta nueva forma de vida en la que se relativiza el transcurso del tiempo. Sentado en el balcón del sanatorio y envuelto en una manta, Hans reflexiona acerca de la vida, la muerte y el amor. El resultado es una de las grandes obras maestras de la literatura universal, que ofrece un retrato de la Europa de principios del siglo XX al mismo tiempo que hace una profunda reflexión acerca de la condición humana.
«Puede que la vida de un lector se divida en dos: antes y después de haber leído La montaña mágica, de Thomas Mann.»
Mario Vargas Llosa
Seis personajes en busca de autor
de Luigi Pirandello (1921)
Esta obra de Pirandello es un hábil drama, a la vez teórico y empírico, que trata sobre los elementos de la moderna dramaturgia enfocados desde nuevas perspectivas: el autor, el director de la compañía, la construcción del texto escrito y su concordancia con el texto escénico, en fin, los límites del teatro. La realidad, libertad e individualismo de los personajes, que reivindican su autonomía como trasunto de la agonía vital de los seres humanos, son vistos como un juego teatral pero sin dejar de ser, trágicamente, metafísico.