El historiador en el estadio
de Toni Padilla
Publicación: 27 octubre 2021
Editorial: Principal de los Libros
Páginas: 336
ISBN: 978-8418216299
Biografía del autor
Toni Padilla (Sabadell, 1977) es periodista e historiador. Ha dirigido durante diez años la sección de deportes del periódico ARA, participa en programas y transmisiones de los canales Gol y Movistar y colabora en medios de comunicación como Catalunya Ràdio, RAC1 o TV3. También es uno de los fundadores de la revista Panenka, de cuyo consejo editorial forma parte, y del proyecto Marcadorint.com. Además, es profesor del Máster de Periodismo Deportivo de la Blanquerna-Universitat Ramon Llull.
Sinopsis
Nota de prensa
Extracto. FC Bayern de Múnich (Alemania)
Un presidente en el campo de concentración
En 1933, Adolf Hitler subió al poder. Era la culminación del ascenso meteórico de ese veterano de guerra austríaco que una década antes había fracasado con un intento de golpe de Estado en Múnich, la ciudad donde algunos de sus seguidores se pelearían en las cervecerías locales con los futbolistas de un club que sufrió de lleno el ascenso al poder del nazismo: el Bayern. […El Bayern nació así. Entre risas y brindis, en un ambiente fascinante. Pensaba en ello paseando por el campo de concentración de Dachau, a catorce kilómetros de Múnich. Durante el Mundial de Fútbol de Alemania, en el verano de 2006, la Federación Alemana organizó visitas a Dachau para los hinchas que habían venido de medio planeta a ver el torneo. Como periodista enviado, me apunté a una de ellas. Allí aprendí que muchos socios del Bayern fueron internados entre esos muros. Los mismos aficionados del club se encargaban de hacer visitas guiadas para que nadie olvidase lo que había sucedido en su tierra. Para los amantes de la historia, Múnich es un sitio extraño. Allí se celebra la vida en las mismas cervecerías donde Hitler pronunció sus primeros discursos. Donde la modernidad se junta con la tradición. Donde se cantan goles no muy lejos del primer campo de concentración levantado por los nazis poco antes de llegar al poder, en Dachau. Donde se encarceló a uno de los presidentes más importantes del Bayern. […]
Entre los nazis de la ciudad, el Bayern se había ganado durante muchos años la fama de ser el club de los judíos, aunque estos no fueran mayoría entre su masa social. En 1934, los jugadores, después de una cena de equipo, se pelearían en las calles con un grupo de camisas marrones, los miembros de la Sturmabteilung, una milicia vinculada al Partido Nazi. Dos años después, durante los Juegos Olímpicos de Berlín, el delantero Willy Simetsreiter se fotografió con el atleta norteamericano Jesse Owens, el deportista de color que había roto el sueño de Hitler de demostrar en los Juegos la superioridad de la raza aria. El defensa Sigmund Haringer también sería multado por definir una manifestación nazi como «una payasada». Y Konrad Heidkamp escondió en su casa las copas ganadas por el Bayern cuando el mariscal Hermann Göring pidió donar todo el metal posible para ayudar a la máquina de guerra nazi durante la Segunda Guerra Mundial. […]
Extracto. Dick, Kerr’s Ladies F.C. (Inglaterra)
Las obreras que crearon el fútbol femenino
Ya nada fue lo mismo después de la Primera Guerra Mundial. Las nuevas armas, como las ametralladoras, los aviones o los tanques, cambiaron las reglas de la guerra. Cuando el conflicto acabó, nacieron nuevas fronteras. Y los futbolistas que volvieron a sus casas en Inglaterra descubrieron que su lugar lo habían ocupado unas mujeres apasionadas del deporte. […]
En esos tiempos, el fútbol ya empezaba a ser una pasión global. Algunos clubes se animaban a realizar las primeras giras por el extranjero después de largos viajes en tren, y, en los Juegos Olímpicos, las selecciones se enfrentaban por primera vez para alcanzar la gloria en un torneo internacional. Pero, entonces, estalló la guerra. Millares de jóvenes marcharon al frente pensado que, en pocos meses, desfilarían victoriosos por París o Berlín. Los pobres no sabían que esa no sería una guerra como las otras. […]
En los campos de batalla de Flandes, en la Navidad de 1914, se jugó uno de los partidos de fútbol más famosos de la historia del deporte, pese a que no se sabe muy bien quién lo jugó. Ni el resultado. Tampoco se sabe si fue un solo partido o muchos. Solamente se sabe que los ejércitos pactaron una tregua para poder cantar villancicos en paz. Y los soldados salieron de sus trincheras para ver de cerca quién era el temible enemigo. En tierra de nadie, descubrieron que tenían más en común de lo que pensaban. Y jugaron algunos partidos de fútbol, como si volvieran a ser niños pequeños. […]
*Contenido original proporcionado por la editorial Principal Historia
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