Reseña del libro «La comedora de pecados» de Megan Campisi.
Por Onintze Domínguez.
Inglaterra siglo XVI. La joven May Owens intenta sobrevivir a su penosa existencia robando mendrugos de pan. Cuando es atrapada por las autoridades, la someterán a un terrible castigo: ser comedora de pecados. Salvará la vida, pero será una terrible condena. A partir de ese momento, escuchará los pecados de los moribundos y los transformará en alimentos, que, mediante su ingesta, quedarán en su cuerpo de por vida, para que el fallecido pueda entrar al cielo y obtenga el perdón de sus pecados. No podrá hablar con nadie, y ninguna persona la tocará. Jamás tendrá esposo ni hijos.
Su misión de dar consuelo y acompañar en la muerte le llevará a conocer los peores secretos…
“Ahora lo invisible ya es visible. Ahora ya se oye lo que no se oía. Los pecados de tu carne pasan a ser pecados de la mía, y me los llevaré a la tumba en silencio.”
Una preciosa fábula a medio camino entre la novela histórica y el cuento. La ambientación está modificada, de tal forma que reconocemos el tiempo y los personajes en los que se desarrolla la acción, pero no se menciona de forma directa. Al principio esto resulta algo confuso, pero es un recurso muy inteligente para crear un ámbito mágico.
Las comedoras de pecados, siempre mujeres, existieron realmente en la Inglaterra del siglo XVI, e incluso en fechas posteriores, pero se tienen pocos datos sobre ellas. Tan solo se conservan menciones dispersas y folklóricas, lo que hace que parte de la novela deba basarse en la impresión de la autora. No parece desafortunado pensar que vivieron como se demuestra en la novela, apartadas de la gente, en las peores condiciones de vivienda y subsistencia, más si se tiene en cuenta la situación en la que la gran masa de la población sobrevivía en la época.
Es una novela que engancha, se lee fácil y te transporta a la época, con descripciones justas y nada aburridas del ambiente de la corte, ropajes, banquetes y festejos, a la vez que formas parte de las intrigas palaciegas y contemplas la vida de la gente más humilde, de los pícaros, los mendigos y, en definitiva, quienes luchan por abrirse camino y tener algo que llevarse a la boca al terminar el día.
Pero también es una historia con grandes reflexiones sobre la soledad y la amistad, sobre la importancia del contacto físico y la convivencia. A través de las palabras y pensamientos de May Owens sentiremos la miseria de vivir apartado de la sociedad, de no poder relacionarse con nadie, como la mayor condena de todas a las que es sometida. El ambiente de sociedad opresora y el despotismo para con las mujeres, bajo el dominio de una supuesta religión verdadera y un gobierno injusto, terminan de conformar el marco, tanto de pensamiento como de crítica sobre una época que, en muchos aspectos, tampoco es tan diferente a la nuestra.
Megan Campisi es una dramaturga y novelista estadounidense que, además de dedicarse a estos ámbitos, también ejerce la docencia. Estudió en la Universidad de Yale, así como en la École Internationale de Théâtre Jacques Lecoq. A lo largo de su carrera Campisi ha trabajado en diferentes oficios, entre ellos el de ayudante de chef en París, el de agente forestal y el de especialista en teatro físico.
Por Onintze Domínguez.
@nudodesenlace
Editorial: DUOMO
Publicado: 31 mayo 2021
Páginas: 400
ISBN: 978-8417761578