Nadie salva a las rosas
de Youssef El Maimouni

(Thriller y suspense – 19 enero 2023)
Una trepidante novela negra, un misterioso asesinato en el que nada ni nadie es lo que parece.

Rihanna, una joven trans y de Marruecos es torturada hasta la muerte por sus secuestradores en las afueras de Barcelona. Marina regresa de un viaje y descubre que su amiga y compañera de piso ha sido brutalmente asesinada. Yusuf está asimilando el nacimiento de su hija cuando recibe una llamada: la joven no acompañada a la que ha estado apoyando en los últimos diez años ha muerto y hay más: las desgracias nunca llegan solas. Los inspectores encargados de la investigación no tienen ninguna pista y no reciben colaboración de los conocidos de la víctima.

Marina y Yusuf no se fían y prefieren investigar por su cuenta. La Rihanna que ellos conocen no tiene enemigos, más allá de los problemas que acumulan todos los jóvenes no acompañados que han pasado por diferentes centros de acogida para acabar en la calle sin la tutela de ninguna administración.

Las piezas del puzzle están esparcidas entre Casablanca y Barcelona. Unirlas no será tan fácil, nada es sencillo cuando el destino de muchos lo deciden unos pocos.

Youssef El Maimouni (1981) nació en Ksar el Kebir. Al mes la familia se instaló en Coma-ruga. Estudió Filología Árabe y Mediación de conflictos. Su carrera profesional se ha centrado en la educación social en proyectos para jóvenes. Actualmente compagina la escritura con la dirección de un espacio juvenil en el centro de Barcelona. Desde el 2009 escribe una columna en la revista Masala. Su primera novela, Cuando los montes caminen fue la primera parte de una trilogía que aborda los conflictos históricos y sociales entre la población de las dos orillas del Estrecho de Gibraltar. Nadie salva a las rosas es su segunda novela.

Sobre el libro

Una trepidante novela misterioso asesinato en el negra, un que nada ni nadie es lo que parece.
Rihanna, una joven trans y de Marruecos es torturada hasta la muerte por sus secuestradores a las afueras de Barcelona Marina regresa de un viaje y descubre que su amiga y compañera de piso ha sido brutalmente asesinada. Yusuf está asimilando el nacimiento de su hija cuando recibe una llamada:
la joven no acompañada a la que ha estado apoyando en los últimos diez años ha muerto. Los inspectores encargados de la investigación no tienen ninguna pista. Marina y Yusuf no se fían y prefieren investigar por su cuenta. La Rihanna que ellos conocen no tiene enemigos. Las piezas del puzzle están esparcidas entre Casablanca y Barcelona. Unirlas no será tan fácil, nada es sencillo cuando el destino de muchos lo deciden unos pocos.

YOUSSEF EL MAIMOUNI (1981) nació en Ksar el Kebir. Al mes la familia se instaló en Coma-ruga. Estudió Filología Arabe y Mediación de conflictos. Debutó en 2021 con Cuando los montes caminen. Nadie salva a las rosas es su segunda novela.

• Una novela negra que lo tiene todo. Ideal para los lectores de La novia gitana.
• La Barcelona más oscura y la misteriosa Casablanca son los escenarios a los cuales el autor llevará a los lectores de manera magistral.

LA DUREZA DE SER UN MENA HECHA NOVELA

Si ser inmigrante en una sociedad hostil es duro, crudo y cruel, Nadie salva a las rosas también es dura, cruda y cruel porque retrata el miedo y la desesperanza con la que tantas personas deciden cruzar el mar con los bolsillos vacíos. Es un relato sobre la valentía de dejarlo todo atrás, de ser fiel a uno mismo, de confiar y de tener esperanza en un futuro mejor.

«La razón de todo está en la enfermiza atracción por un mundo desconocido que se encuentra a escasos kiló­metros, del que solo se oyen, arrastradas por el viento, mara­villas, mitos, leyendas y alguna realidad.»

«Niños, futuros menas en Eu­ropa o carne calcinada por el motor de un camión, merodean evitando cruzarse con los adultos que no dudan en desabro­charse el cinturón, sacudir en el aire una rama de olivo o blandir un trozo de manguera para alejarlos. Son tratados como desechos humanos. Una lacra para un país que se sostiene con el turismo y trata de ocultar la vergonzosa imagen de la pobreza infantil. No es extraño que quieran emigrar a toda costa.»

Si ser inmigrante en una sociedad hostil es duro, crudo y cruel, súmemosle ser una menor trans y el resultado es Rihanna, la protagonista de la historia. Rihanna para unos, Zakariaa para otros, Ibrahim, la hija, la amiga, la prostituta torturada hasta la muerte. En Nadie salva a las rosas no hay sitio para el romanticismo, ni para el todo irá bien.

Todo empieza con Rihanna atada a una silla. La han torturado, quemado y humillado. La escena duele al leerla. «El informe de la forense da para una serie de terror». Es la clave de la novela descubrir quién está detrás de la muerte de Rihanna, pero sobre todo descubrir quién era ella en realidad y qué hacía cuando no estaba con sus amigos y confidentes.

A la muerte de Rihanna le sigue la investigación de la policía, pero también la de sus amigos que tratarán de reseguir sus pasos desde su llegada a Barcelona para encontrar dónde se empezaron a torcer las cosas, cuándo empezaron los secretos y cuándo se ganó a los enemigos que le han quitado la vida. Marina, su compañera de piso, y Yusuf, que la acogió en el casal nada más llegar, se pondrán en marcha tratando de hacer justicia mientras intentan poner orden en sus propias vidas.

«Me muestra la libreta en la que ha escrito en la primera página «2009». Entiendo por dónde va. Reconstruir diez años, una vida. Aparte del tiempo, no tenemos nada que perder. No será fácil, habrá miles de detalles que no conocemos. El carácter de Rihanna no ayudaba a saber qué pensaba, dónde iba, en qué agujero se había metido o quién era antes de llegar a nuestras vidas. Muchas páginas quedarán en blanco.»

Por el camino, el lector descubrirá la infancia terrible de Rihanna siendo Zakariaa, cómo se marchó de casa, cómo dejó Tánger y Casablanca y cómo cruzó media España hasta llegar a Barcelona. Marina y Yousuf se llevarán unas cuantas sorpresas, pero también se reencontrarán con la Rihanna valiente del primer día que lo dio todo por lograr un poco de justicia para ella y para tantas otras como ella.

Además, Nadie salva a las rosas es también una crítica feroz a la Barcelona actual, hipócrita y cruel, que habla de abrir los brazos, pero que cierra las puertas en las narices de los que llegan pidiendo ayuda.

«Me cuestiono qué es para ella [la regidora] «todo lo posible». ¿Minimizar el paro juvenil, mejorar la oferta y la calidad de la formación pública, retirar la concesión de los centros de menores a empresas que se lucran a costa de la pobreza, detener todos los desahucios y que ninguna familia ni ningún joven se vea obligado a dormir en la calle, en cajeros o bajo un puente compartido con enormes ratas? Quizás, en el fondo de su ser, cree que los moritos, los negros, los gitanos, los pakis, los latin, los mal llamados «segunda generación» la van a tomar en serio.»

«No necesitamos que exageren nuestras virtudes o que camuflen nuestros defectos. No necesitamos que exageren nuestra igno­rancia o que camuflen nuestras bondades. […] Y en los canales de televisión, progresistas o retrógrados, siempre la misma chica cubierta con estiloso hiyab, defendiendo a la umma con un perfecto acento de joven integrada. Así somos todas las moras, con velo y angelicales. Hijas de la multiculturalidad.»

Con el thriller como motor, Nadie salva a las rosas es sin duda una canción a la diversidad y al respeto, que trata de dar un poco de luz a tantas personas invisibles. Lo de la canción, además, no es solo una metáfora. Recomendable leer la novela escuchando la playlist escondida entre líneas.

 

LOS PROTAGONISTAS

Como la vida misma, el elenco de protagonistas de Nadie salva a las rosas es infinito. Está Rihanna, con su vida y con su muerte. Están Marina y Yusuf, que tratarán de hacer justícia. Está la policía, la familia, los amigos, los conocidos y los saludados. Están también los enemigos. Gente que lo pone fácil, y personas que lo ponen imposible.

Rihanna: la joven trans marroquí que llegó siendo una mena sin papeles, sin dinero y sin futuro, y se marchó envuelta de cariño tras poner a más de uno contra las cuerdas.

«Siempre alerta, te veías obligada a provocar, a desafiar. Te retabas a ti misma. No cedías un centímetro de tu libertad. […] Fuiste descuidada, negligente, tus puntos débi­les. Tu encanto ejercía una atracción fascinante, irrechazable. Un imán en el centro de la Tierra, un tornado que se lleva por delante todos los materiales pesados y abandona los li­geros. Te creías selectiva, una reina, con intuición infalible. Considerabas que con la química alcanzaba, que era exacta. Aparentabas caos y libertad. Un torbellino de emociones.» 

«Había llegado el momento de valerse sin la ayuda de nadie, de sustentarse con sus propios medios, de reinventarse. Tenía dos opciones: degenerar y ser tragada por la rueda de la mala vida o hacerse un nombre y comerse una ciudad. Rihanna de Barcelona.»

Marina: la amiga, la confidente, la compañera de piso. Marina la inocente, la adorable, la hija rebelde de una familia adinerada que se arriesgará hasta el final para aclarar qué le ha pasado a Rihanna y tratará de encontrarse a sí misma por el camino.

«Siempre que pueden, se ríen la una de la otra. Marina, de la mierda de vida que le ha tocado a Rihanna. Y ella, del carácter inocentón de una de sus pocas y verdaderas amigas, criada con todas las comodidades en el barrio de Sarriá: familia política­mente correcta y sobreprotectora, bulimia purgante y tediosas vacaciones en la segunda residencia.»

Yusuf: trabaja en un casal acompañando a jóvenes inmigrantes en su salida hacia delante. Lo hizo con Rihanna a su llegada a Barcelona, pero ahora cada día su papel le cuesta más. Le pesa la ciudad deshumanizada, la sociedad cruel y la muerte de Rihanna, pero también el nacimiento de su primera hija y la relación con su mujer.

«No he tenido una vida de mierda; de hecho, no he parado de pasármelo bien desde que abandoné el hogar familiar. Por otro lado, a medida que maduro, entiendo y soporto menos. Además, con el paso de los días, las resacas son más duras y duraderas. Diez, once, doce años después acierto a sentirme, la mayoría de los días, asquea­do, confuso, pesimista, deprimido, con ganas de encerrarme en una cueva.»

Y luego están los lectores, invitados a reflexionar a ritmo de thriller sobre los propios prejuicios con la inmigración.

Una lectura dura y cruel, por el autor de Cuando los montes caminen.

*Contenido original proporcionado por la editorial 

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