No te veré morir

No te veré morir
de Antonio Muñoz Molina

Durante su juventud, Gabriel Aristu y Adriana Zuber protagonizaron una apasionada historia de amor que parecía destinada a durar para siempre. El futuro, sin embargo, tenía otros planes para ellos. Separados durante cincuenta años por un océano de incomunicación, ella atrapada en la España de la dictadura, él viviendo el éxito profesional en Estados Unidos, vuelven a encontrarse en el ocaso de sus días. Miradas, caricias, deseos acallados y viejos reproches dejarán paso entonces a la constatación de que la nostalgia de aquel primer amor lo es también de la persona que una vez fuimos.

No te veré morir es una novela sobre el poder de la memoria y del olvido, la lealtad y la traición, los estragos del tiempo y la obstinación del amor y sus espejismos. La conmovedora historia de una pasión frustrada por la vida y un hermoso retrato de la vejez escritos con una delicadeza extrema.

Tras aquel «magistral acto de fe en la escritura como depósito de memoria» (Domingo Ródenas de Moya, Babelia) que supuso Volver a dónde, Antonio Muñoz Molina vuelve al territorio de la ficción con una novela soberbia marcada por la musicalidad de una prosa que recuerda al mejor Thomas Bernhard.

Sobre el libro

Carta de la editora:

Querido/a amigo/a:
Me hace muy feliz comenzar el trimestre con la excelente noticia del regreso de Antonio Muñoz Molina con
una gran novela. No te veré morir cuenta la historia de un hombre que regresa a España para reencontrarse
con su primer amor casi cincuenta años después de dejarla atrás para marcharse a trabajar a Estados Unidos.
Él se va a Norteamérica lleno de promesas; ella se queda en la España de 1967, atrapada en un matrimonio
y un país miserables.
La novela fluye como una composición musical estructurada en tres partes que van trazando las miradas de
los tres protagonistas que narran la historia. La primera parte, siguiendo la metáfora musical, es un solo, una
larga frase de varias páginas narradas por Gabriel, un hombre atrapado entre el recuerdo de la despedida
de su gran amor y la ansiedad del reencuentro; en la segunda parte nos habla el profesor Máiquez, que va
desgranando su amistad con Gabriel a lo largo de los años, quien lo convierte en depositario de sus recuerdos
de aquel primer amor, pero también de los orígenes de su familia y de cómo estos forjaron su personalidad;
y la tercera parte es la resolución final de ese rencuentro entre Gabriel y Adriana, ya mayores, y la
confrontación con un pasado que ambos recuerdan de forma diferente, que a ambos afecta de forma
diferente, y que lleva a Adriana a intentar cobrarse una deuda pendiente con él.
Maravillosamente escrita, No te veré morir abarca con enorme contención y capacidad de síntesis hechos
cruciales de nuestra historia desde los años treinta hasta entrado el siglo XXI, pero como es habitual en el
caso de Antonio Muñoz Molina lo hace poniendo el foco en la gente de a pie, en la complejidad del alma
humana, en las razones y consecuencias últimas de nuestros actos en las vidas de los demás. Thomas
Bernhard o Sandor Marai resuenan en esta novela que debe su título a un verso de un precioso poema que
Idea Vilariño dedica a Onetti y que encierra algunas de las páginas más bellas escritas por Muñoz Molina. Si
te es factible, no dejes de leer la novela escuchando los cuartetos de Beethoven o de las suites de Bach
interpretadas por Pau Casals.
Nos vemos muy pronto. Feliz regreso, y feliz lectura. Un fuerte abrazo,
Elena Ramírez
Directora editorial Seix Barral

*Contenido original proporcionado por la editorial 

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