Al otro lado
de Marc Betriu

«He conocido a otros como usted. Se implican tanto que se hacen matar. No les importa el peligro, al revés, les gusta, les motiva. Para tipos como usted tiene que haber un final, bueno o malo, pero tiene que haber un final».

Durante la Guerra Civil, Mastreta, un hombre de pasado oscuro, es reclutado a la fuerza por el servicio de inteligencia del gobierno republicano para encargarse de una delicada misión: recuperar una filmación, en manos de un traidor ruso, en la que se muestran las ejecuciones masivas de prisioneros nacionales. Su publicación podría tener desfavorables efectos publicitarios para el bando republicano.

En San Sebastián, tomada meses atrás por las tropas nacionales, y bajo una identidad ficticia, Mastreta contacta con Frederika Heinz, una joven y atractiva agente alemana a quien el gobierno de su país ha enviado al frente de una expedición para intermediar en la obtención de la filmación. Frederika es una mujer independiente y de comportamiento demasiado liberal para lo que están acostumbrados los militares españoles del bando Nacional. En la guerra de propaganda, conseguir la filmación de las ejecuciones del bando republicano y publicarla puede ser el golpe de efecto necesario para castigar a la República y tapar la mala imagen internacional que ha provocado el bombardeo de Guernica.

Mastreta y Frederika inician un flirteo al que no serán ajenos diversos azares. La trama se complicará con un peligrosísimo doble juego: la misión de Mastreta no es lo que parece, y la de Frederika, tampoco.

Marc Betriu nació en Lleida en 1971. Estudió derecho y cine. Ha trabajado de guionista y de periodista. En la actualidad ejerce de abogado. Al otro lado es su primera novela.

Sobre el libro

Un auténtico page-turner ambientado en la Guerra Civil con una trama de intriga llena de «giros de guion»

Año 1937. La guerra en España va camino de estabilizarse, partiendo el país por la mitad, al tiempo que ambos bandos desarrollan aparatos de inteligencia y de propaganda en una lucha cada vez más compleja y más sucia.

En este contexto, Mastreta, un hombre de pasado oscuro, es reclutado a la fuerza por el servicio de inteligencia republicano para llevar a cabo una delicada misión en territorio nacional: recuperar una filmación, en manos de un traidor ruso, de las ejecuciones masivas de prisioneros nacionales, cuya publicación podría tener efectos devastadores para la república en la opinión pública internacional.

En San Sebastián, tomada meses atrás por las tropas nacionales, y bajo una identidad ficticia, Mastreta tiene como objetivo contactar con Frederika Heinz, una peligrosa agente alemana enviada por el gobierno Nazi para intermediar en la obtención de la película. Ambos se ven forzados a encontrarse y a conocerse, a la vez que son una amenaza el uno para el otro, en una ciudad castigada emocionalmente por la guerra, donde coinciden refugiados, artistas, apátridas y espías de los dos bandos que actúan sin miramientos. Personajes que viven al límite, y que son actores de una aventura donde nada es lo que parece.

«Era fría, no necesariamente en el trato, sino en esencia. El informe advertía que aquella mujer culta y educada era capaz de matar sin la menor vacilación a un hombre con el que había estado divirtiéndose unos minutos antes»

Al otro lado se adentra en la Guerra Civil española para contar las estrategias que llevan a cabo los distintos bandos con el fin de ganar otra guerra: la de propaganda.

La trama, marcada por una constante intriga, gira alrededor de una película que contiene la filmación de la matanza a prisioneros nacionales por parte del bando republicano. Ambas partes del conflicto harán lo posible para conseguirla.

Betriu enfrenta a dos protagonistas, Mastreta y Frederika que, marcados por un pasado convulso, se ven inmersos en un doble juego: ninguna de sus misiones son lo que parecen.

«Puede ser que a Moscú le interese sacarla [la película] a la luz simplemente para joder a los anarquistas. Hay otras guerras dentro de la guerra. Nadie juega tan bien a estos juegos sucios como los rusos»

En Al otro lado, un narrador cuenta en tercera persona lo que acontece en el norte de España, de manera que en ocasiones el lector sabe más que los propios personajes, aunque estos siempre oculten parte de la información.

Marc Betriu divide la novela en tres partes. La primera, con un total de 27 capítulos, comienza con Mastreta, uno de los protagonistas, siendo reclutado por unos militares en un barrio de Tarragona y termina con él llegando a San Sebastián para continuar con su misión de espionaje.

La segunda parte, de 32 capítulos, comienza un par de días después con el primer encuentro entre Frederika, una agente alemana, y Mastreta. Acaba con este queriendo volver a Hendaya. La tercera y última parte consta de otros 32 capítulos y empieza una vez llega Mastreta a Hendaya. Termina con un viaje programado a Inglaterra.

El inicio de la historia se data en abril de 1937, casi un año después del arranque de la Guerra Civil española (17 julio 1936 – 1 abril 1939), y terminará pasados unos meses.

*Contenido original proporcionado por la editorial 

«Soy un pendenciero, un fugitivo, a veces un borracho y un hombre sin arraigo, no tengo principios elevados, solo los básicos porque ya he vivido mucho y conozco cómo son las cosas. Me importa un bledo la República, el ejército y hasta quién gane esta guerra. Pero no soy un asesino»

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