Banksy
de AA. VV.

Un completo repaso a la vida, la obra y las ideas del artista más discutido de los últimos decenios

¿Qué es realmente Banksy, un artista o un activista? ¿Cuál es su relación con el mercado? Y, sobre todo, ¿quién diantres es Banksy? Lo único cierto es que su figura ha alcanzado fama planetaria. Su trabajo siempre ha tenido implícitas una crítica política a cualquier forma de discriminación, una crítica del consumismo, de la contaminación medioambiental y del orden constituido. Pero, ante todo, es un fantasma: estamos ante un caso ejemplar de una notoriedad construida sobre la ausencia, el anonimato, la negación de la contribución explícita al debate público salvo en términos de activismo creativo.

El presente volumen, el único que cuenta con la aprobación oficial del propio Banksy a través de la organización Pest Control, plantea un recorrido por la vida, la obra y las ideas del artista más discutido de los últimos decenios. Y aborda uno de los temas más controvertidos: su relación con el mercado, a un tiempo distante, hostil, mas plenamente inserta en una lógica del márketing que se ha mostrado como una de las más eficaces jamás experimentadas. En suma, una contradicción aparente (o real) entre la adhesión al mercado y una crítica feroz de ese mismo mercado.

Sobre el libro

«Tenía dieciséis años la primera vez que crucé unas vías del ferrocarril para pintar en un muro las iniciales de mi crew, que estaba formada tan sólo por mí, después de lo cual sucedió lo increíble: absolutamente nada. No me saltaron encima los dóbermanes, Dios no me fulminó desde el cielo y mi madre ni siquiera se dio cuenta de que había salido. Fue esa noche cuando descubrí que se podía ser writer10 y salir indemne y sin castigo. También descubrí que detrás del letrero de “prohibido el paso” todo adquiere una mayor definición: la adrenalina agudiza la vista, el sonido más leve adquiere importancia, el sentido del olfato se convierte en el de un sabueso. Muchos creen que invadir la propiedad ajena para repintarla es un crimen: la realidad es que los 30 cm 3 de nuestro cerebro son violados todos los días por equipos enteros de expertos en márketing, de modo que los grafitis son una reacción completamente proporcionada contra quienes nos venden metas inalcanzables, en esta sociedad obsesionada con el estatus y el terror al fracaso.

La pintura de la criada escondiendo lo barrido debajo de la alfombra aparece en una pared exterior de la White Cube de Jay Jopling, una de las galerías más importantes de Londres, junto a la puerta principal en Hoxton Square. La galería la mantuvo por un tiempo, luego la pieza fue «cruzada» (dicho así por el acto de cubrir piezas de otros writers con las propias o haciendo cruces–crossing, en inglés–en los tags de otros) y luego «bufada» (con el significado de «eliminado», del verbo inglés to buff) 22. La obra debe leerse al revés, en el sentido de que la pared era blanca y fue Banksy quien pintó los ladrillos. El artista comenta así la intervención:

En 2004, Banksy continúa con las performances en el espacio público. En Piccadilly Circus libera una marioneta que representa a un niño, atada a un globo lleno de helio que lleva impreso el logotipo de McDonald’s. Mientras el niño se eleva hacia el cielo, Banksy, vestido con ropa de Ronald McDonald’s, grita: «McDonald’s está robando a nuestros hijos». A las nueve horas, el globo se desinfla y acaba en tierra, debajo de un autobús, y es el propio Banksy quien nos lo cuenta.

Tener algo que decir es el mandato artístico por definición; que se trate de la verdad no es algo que se dé por descontado. El estatus de veracidad del arte es un postulado del idealismo hegeliano, para el cual Arte, Filosofía y Religión no son más que tres formas diferentes de captar el absoluto, tres experiencias de la verdad. Según Hegel, la Religión nos ofrece la verdad como representación, la Filosofía como versión suprema del concepto, el Arte como forma de lo sensible. Desde esta perspectiva podemos argumentar que la trituración de Girl with Balloon es una verdad que Banksy suministra a nuestros sentidos para que podamos percibirla. Ahora sólo nos queda comprender de qué verdad se trata. Sin embargo, el Segundo Principio nos sugiere que el artista presenta verdades en forma de mentira, y aquí la cosa se enreda. Todo el trabajo del artista parece explorar las posibles relaciones entre el arte y la verdad, especialmente las más retorcidas, las menos lineales. De hecho, los dos principios que el artista pone al frente de su obra coinciden con la paradoja y la contradicción, las dos condiciones que mejor representan nuestro presente. Paradoja y contradicción son las dos claves para interpretar y conectar nuestro tiempo con el tiempo de la obra de Banksy. No olvidemos que sólo los más grandes artistas triunfan en esta sincronía, activando procesos individuales de «reencantamiento» del mundo; entre estos, sólo unos pocos desencadenan procesos de «reencantamiento» colectivo.

*Contenido original proporcionado por la editorial 

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