Bravo

En ocasiones lo único que nos pide el cuerpo es un poco de cachondeo, una excusa para echarse unas risas y olvidarnos de la cruda realidad, aunque solo sea por un rato. Si este es el caso (y es muy posible que lo sea porque menudo añito llevamos), no perdáis de vista la primera novela de Xavi Daura (humorista y miembro del conocido dúo cómico Venga Monjas). Estoy hablando de Bravo.

Rafael Bravo, su protagonista, es un exfutbolista reconvertido en entrenador de primera división al que le llega su oportunidad de oro cuando, tras una serie de chiripas del destino, se le ofrece el puesto de seleccionador de fútbol de España. El sueño de cualquier hombre, especialmente de un hombre como él, que mantiene una relación muy particular con sus testículos y no va muy sobrado de entendederas. A Rafael, además del deporte rey, le gusta lo que a cualquier español de a pie: el cachondeo, comer bien, beber bien y santiguarse al pisar un campo de fútbol. Está divorciado desde hace catorce años y es padre de unos trillizos que dan para el que probablemente sea uno de los capítulos más hilarantes del libro.

El conflicto surge cuando este personaje tan particular (y tan genérico al mismo tiempo) se encuentra, de golpe, con un obstáculo inesperado en la carrera hacia su meta más dulce. Y es que el bueno de Rafael, incapaz de afrontar la presión que se le viene encima, sufre una crisis nerviosa que obligará a la Federación a tomar cartas en el asunto y poner su salud mental en manos de una terapeuta que le pedirá que escriba un diario para ir volcando en él todas sus frustraciones. Y será precisamente a través de este diario como vayamos conociendo mejor a Rafael Bravo: su infancia, su fulgurante carrera como futbolista, su desastroso matrimonio, su accidentado paso por el programa deportivo El chiringuito, su filosofía de vida, su relación con sus tres hijos (en especial con King Kunta), su paso por Japón (donde conocerá al mismísimo Doraemon) y hasta el descacharrante tercer grado al que le someterá el presentador Bertín Osborne en un Mi casa es la tuya que se irá tornando cada vez más kafkiano.

No es absoluto exagerado afirmar que Bravo es una novela desternillante, imposible de leer sin soltar más de una carcajada, divertida y muy fresca. Tampoco lo es alabar el sentido del humor de Xavi Daura, absurdo, inteligente, a veces rayano en lo obsceno, pero en todo momento efectivo. Bravo es una lectura ligera, sí, pero al mismo tiempo es mordaz y aguda como solo pueden serlo los libros que se han escrito con mucha guasa y ninguna vergüenza. Una opción ideal para el verano… o para cualquier época del año en la que necesitemos echarnos unas risas.

Por Beatriz Alcaná (ver reseñas)
@alcana_beatriz