Reseña del libro «Canto yo y la montaña baila» de Irene Solà.
Por Ander Terrones Arellano.
Canto yo y la montaña baila (2019) de Irene Solà, publicado originalmente en catalán bajo el nombre Canto jo i la muntanya balla, ganó el Premio de Literatura de la Unión Europea, entre otros galardones, y ha tenido una adaptación a teatro exitosa que ha logrado tres Premios Max. No es para menos, pues sus páginas encierran un mundo propio que hacen notar y mucho el estilo de la autora que está detrás del texto.
En ocasiones se habla de la naturaleza y de lo rural con una visión de ciudad. Se trata de comprender las pulsiones sociales de esos lugares utilizando los parámetros erróneos. Irene Solà, sin embargo, desgrana con precisión la relación entre lo natural y los humanos en un ejercicio empático e imaginativo digno de elogio, aprovechando así las infinitas posibilidades que le da el realismo mágico.
La acción se desarrolla en el Pirineo catalán. Varios personajes, con la predominancia clara de una familia, la de Domènec y Sió con sus hijos Hilari y Mia, son la referencia humana principal de la historia. Pero podríamos decir que los protagonistas del libro son los seres inanimados y los animales. Cada capítulo es contado desde perspectivas diferentes, y cuando no es un ser humano quien te habla puede ser una montaña, un temporal, un corzo o incluso una seta. Solà no distingue entre personas y seres y, desde una visión antropocentrista, confiere a todos sus narradores las cualidades humanas de la reflexión y el pensamiento.
Casi podríamos decir que la acción es secundaria en esta obra. Lo importante y lo que más atrapa al lector es el gran ejercicio estilístico en todos los capítulos. Toda la historia está contada en primera persona, siendo en cada capítulo una primera persona diferente. Irene Solà se coloca en la mente del narrador que está narrando su historia y es capaz de utilizar voces diversas. Una niña no hablará igual que una adulta y un perro, tampoco. De hecho, hay un capítulo escrito en castellano a pesar de que el resto de la obra es en catalán. Cada voz en este libro importa y cada una de ellas se diferencia de las demás. Por eso es tan interesante esta novela: ningún capítulo se parece al anterior, a pesar de que haya un hilo narrativo que una el conjunto.
En esta oda a la Catalunya rural y del pirineo, la mitología local es pieza fundamental. Lo real y lo imaginario se funden en una misma línea narrativa, teniendo su momento para la guerra civil española y para las brujas y sus juicios. Los fantasmas también interactúan de manera natural y lo vivo y lo muerto traza una línea confusa. La fantasía está presente durante gran parte de la obra, pero la historia dramática de una familia no deja de ser lo principal.
Incluso la poesía tiene su momento con el personaje de Hilari. El sugerente título del libro viene de uno de sus poemas. La obra está compuesta por diferentes obras de todo estilo y color que componen una misma novela unitaria y compacta. Solà hace posible lo casi imposible: engarzar con maestría narradores de todo tipo y expresiones artísticas diferentes para crear una historia familiar con un principio y un final.
En definitiva, la novela Canto yo y la montaña baila propone tantos elementos novedosos y una voz tan particular, la de Solà, que su lectura provoca una reacción en el lector. No deja indiferente y conecta parajes y mundos olvidados con las personas del siglo XXI. Con un asombroso amor y respeto, Irene Solà ha escrito un homenaje a la Catalunya rural, a la mitología catalana y, sobre todo, a la naturaleza y sus elementos en un momento en el que se encuentran más amenazados que nunca.
Por Ander Terrones Arellano
@anderterrones
Título: Canto yo y la montaña baila Autor: Irene Solà Saez Editorial: Anagrama Publicado: 5 junio 2019 Páginas: 200 ISBN: 978-8433998774 |