El hijo del chófer

El hijo del chófer de Jordi Amat

Biografía del autor

Jordi Amat (Barcelona, 1978) es filólogo y escritor. En 2007 ganó el premio Casa de América de Ensayo con Las voces del diálogo. Poesía y política en el medio siglo y en 2016 obtuvo el premio Comillas de Historia, Biografía y Memorias con La primavera de Múnich. Esperanza y fracaso de una transición democrática. El panfleto La conjura de los irresponsables lo situó como uno de los principales comentaristas políticos del presente y su polémico Largo proceso, amargo sueño ha sido saludado como obra fundamental para entender el siglo xx en Cataluña.

Sinopsis

En la Cataluña donde Jordi Pujol ganaba una tras otra las elecciones y los medios construían la imagen de un oasis libre de corruptelas, la trayectoria del periodista y abogado Alfons Quintà (1943-2016) ―literariamente reconstruida aquí por Jordi Amat― refleja una perversa encrucijada de asedio y poder, dinero y tráfico de influencias. Crecido a la sombra de Josep Pla y periodista de gran prestigio durante la Transición, a lo largo de los años, gracias a su conocimiento de las cloacas del poder político y financiero, Quintà ―artista consumado del chantaje, el acoso y la manipulación― desarrolló una prestigiosa carrera mediática, llena, a la vez, de claroscuros inquietantes. Fue el primer delegado en Cataluña del diario El País, desde donde destapó el caso Banca Catalana; fue el primer director de la televisión autonómica catalana (nombrado por cuanto sabía de la trastienda del poder, según propia confesión); creó asimismo El Observador, un medio afín al gobierno convergente, cuya hegemonía terminó despreciando profundamente; y acabó sus días, sin apenas ser leído, denunciando los recortes en sanidad y la deriva del Procés. El trágico colofón a esta trayectoria se producía en diciembre de 2016: Alfons Quintà, enfermo, asesinaba de un disparo a su expareja y a continuación se suicidaba.

Nota de prensa

Una historia de periodismo,
chantaje y corrupción que se
lee como un thriller.

En un extraordinario ejemplo de periodismo narrativo, en la estela de los grandes maestros del género, como Emmanuel Carrère, Jordi Amat narra el ascenso y caída de Alfons Quintà (1943-2016). Tras una carrera periodística, que transcurre de la dirección de TV3 a las tertulias de Intereconomía, se oculta una penosa trayectoria de chantajes, acosos sexuales, abusos de autoridad y atropellos diversos. Un hombre de inteligencia pérfida y sin moral alguna. Jordi Amat ha llevado a cabo una exhaustiva investigación para recrear la vida del monstruo; turbio, intoxicador, chantajeador sin escrúpulos, pero sumamente inteligente, que durante un tiempo ejerció el poder que le confiaba la presidencia de la Generalitat. Este libro es también una increíble historia sobre las cloacas del poder en Cataluña durante los últimos cuarenta años.

En la Cataluña donde Jordi Pujol ganaba una tras otra las elecciones y los medios construían la imagen de país libre de corruptelas, la trayectoria del periodista y abogado Alfons Quintà (1943-2016) refleja una perversa encrucijada de asedio y poder, dinero y tráfico de influencias. Crecido a la sombra de Josep Pla y periodista de gran prestigio durante la Transición, a lo largo de los años, gracias a su conocimiento de las cloacas del poder político y financiero, Quintà desarrolló una prestigiosa carrera mediática, llena de claroscuros. Fue el primer delegado en Cataluña de El País, desde donde destapó el caso Banca Catalana; fue el primer director de la televisión autonómica catalana; y creó asimismo El Observador, un medio afín al gobierno convergente. El trágico colofón a esta trayectoria se producía en diciembre de 2016: Alfons Quintà, enfermo, asesinaba de un disparo a su expareja y a continuación se suicidaba.

El 29 de abril de 1980 apareció en El País un artículo de Alfons Quintà que descubría las dificultades económicas de Banca Catalana. Enseguida empezaron a sonar los teléfonos en influyentes despachos de España y las llamadas fueron atendidas. Porque hacia menos de una semana que el hombre identificado históricamente con aquella entidad financiera en crisis había sido elegido presidente de la Generalitat. Y en las llamadas cruzadas que hubo ese día, en la reunión en un lujoso reservado de Madrid, empezó a sedimentarse un nuevo poder: aquel donde se cruzan el dinero, la política y el periodismo. Y Alfons Quintà no protestó al serle comunicado que no podría continuar con la serie sobre el banco sino que, por el contrario, como si hubiese llegado algo siempre esperado, tal vez entendió que esa era su oportunidad para explorar a través del chantaje la posibilidad de situarse en el centro de ese poder. No era la primera vez ni sería la última que actuaría de aquel modo: a sus veinte años se permitió chantajear al propio Josep Pla (“Espero que esta carta defina exactamente y para siempre nuestras futuras relaciones”, se permitía escribirle). Esta historia es la que descubre la novela de no ficción El hijo del chófer. Entonces logró su objetivo. Al cabo de dos años, a mediados de 1982, fue nombrado director general de un departamento de presidencia con el encargo de construir desde cero la televisión autonómica catalana (“me eligieron por todo lo que aún podía contar”). La ambición profesional superó todas las expectativas. Pero al poco de celebrarse las elecciones, a pesar de haber blanqueado con su firma la querella contra Banca Catalana, Quintà fue despedido.

*Contenido original proporcionado por la editorial Tusquets

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