Hoy caviar, mañana sardinas
de Carmen Posadas y Gervasio Posadas

Publicación: 8 septiembre 2021
Editorial: Espasa
Páginas: 336
ISBN: 9788467060805

Biografía del autor

Carmen Posadas es autora de doce novelas, más de quince libros infantiles, dos biografías y varios ensayos, relatos y guiones de cine y televisión. En 1998 ganó el Premio Planeta con Pequeñas infamias. También ha sido galardonada con el premio Apel·les Mestres de literatura infantil y el Premio de Cultura que otorga la Comunidad de Madrid. Entre sus títulos más destacados se encuentran La cinta roja, Invitación a un asesinato, El testigo invisible, La hija de Cayetana y La maestra de títeres. Traducidas a veinticinco idiomas, todas sus obras han sido recibidas con gran éxito de crítica y público. En 2003 la revista Newsweek la señaló como «una de las autoras más destacadas de su generación».

Gervasio Posadas (Montevideo, Uruguay, 1962) ha trabajado durante muchos años en el mundo de la publicidad, hasta que decidió volcarse en su vocación literaria, que combina con la docencia y la gestión cultural. Ahora dirige Ámbito Cultural, y copilota la escuela de Escritura Creativa Yoquieroescribir.com, fundada junto a Carmen Posadas.

Como autor, se ha ganado el favor de la crítica y los lectores con novelas como El secreto del gazpacho, La venganza es dulce y además no engorda, Doctor Mateo, El mentalista de Hitler o su último proyecto: El mercader de la muerte.

Sinopsis

Espasa ofrece una edición «enriquecida» de una novela que, desde su publicación en 2008, se ha convertido en una de las lecturas favoritas de cualquiera que presuma de gusto por la vida, inteligencia, hedonismo, sentido del humor… y, sobre todo, sentido práctico.

Esas cualidades se encarnan en la protagonista, esposa del embajador de Uruguay, matriarca del clan Posadas y una auténtica fuerza de la naturaleza, a la altura de personajes tan formidables como la madre de los Durrell (los de Corfú): una mujer a la que no se pone nada por delante, a la que los autores recuerdan y celebran entre la admiración (por su inagotable capacidad para salvar todo tipo de apuros) y el terror (por su aún más inagotable capacidad para meterse en líos de lo más variopinto).

De Uruguay a Madrid, de Madrid a Moscú y de Moscú a Londres, entre cócteles, almuerzos y recepciones, y con un elenco de personajes entre los que se encuentran la reina Isabel II, Breznev o Nixon, esta es una lectura para disfrutar en todos los sentidos.

Nota de prensa

Un maridaje perfecto de gastronomía y literatura -muy evidentes pasiones de ambos autores-, salpicado desde la primera hasta la última página de anécdotas y curiosidades de toda índole narradas con tal acierto que no se puede sino comprender por qué esta obra se ha convertido en todo un long seller que promete continuar deleitando el paladar de los lectores que vuelvan o se acerquen por primera vez a ella.

Y un emocionante viaje al pasado para quienes disfrutan de volver la vista atrás y recordar con una nostálgica sonrisa cómo era la vida, los modos y costumbres en los sesenta, setenta u ochenta.

 

Un amable y divertido relato sobre la vida diplomática y su lado gastronómico

Hoy caviar, mañana sardinas no es un libro histórico, ni unas memorias, ni un recetario, ni todo lo contrario. Esta obra nos propone un fascinante viaje por el Madrid del tardofranquismo, el Moscú de Brézhnev y el Londres de Lady Di de la mano de unos diplomáticos uruguayos, la familia Posadas. También es un suculento recorrido por cócteles, comidas, cenas y recepciones donde la madre de los autores tiene que recurrir a todo tipo de triquiñuelas para suplir la falta de recursos y conseguir sorprender a los invitados más exigentes con un presupuesto mínimo.
En su versión francesa, la novela ha merecido el premio Eugenie Brazier, que reconoce a los mejores libros de cocina escritos por una mujer o cuyo tema es la cocina de la mujer.

Cuando lo escribimos, no pudimos imaginar que tantas personas se sentirían identificadas con las locas peripecias de esta familia de nómadas que somos los Posadas. Desde entonces, sin embargo, hemos descubierto que el mundo está lleno de nómadas. De personas que nacen en un lugar, estudian en otro y más tarde vuelven a cambiar de país, de ambiente, de amigos. También está lleno de gente, como nuestra madre, para las que la hospitalidad es una virtud, casi una religión, y a las que les encanta recibir, a ser posible sin que se les desequilibre demasiado el presupuesto del mes.

 

Aventuras y desventuras de la familia Posadas

La fórmula que ha hecho de Hoy caviar, mañana sardinas todo un clásico contemporáneo a pesar de su juventud se basa en la excelente combinación de recuerdos de los autores -testigos directos en este exquisito anecdotario- y la suerte de anotaciones de su madre que inspiran su narrativa. Ella es la mujer del embajador, figura sobre la que recae la presión del éxito o el fracaso de todos los encuentros que aquí se narran, en los que la comida juega un papel fundamental en la imagen de la misión diplomática en el extranjero de un país pequeño como Uruguay.

El resultado es una peculiar bitácora, entretenida y amena, escrita en un tono fino y elegante que consigue que el lector se enganche a un libro que reúne una combinación poco frecuente que, sin embargo, en este caso, funciona a las mil maravillas: gastronomía, sinceridad, humor y un sofisticado toque de glamour.

 

Arqueología gastronómica

La cocina es el hilo conductor de estas memorias que rescatan esas recetas culinarias tradicionales que corren peligro de quedar relegadas por las nuevas tendencias. Dirigido a los que aprecian los sabores de siempre y disfrutan del buen comer. «A quienes saben, por ejemplo, que donde estén unos buenos huevos fritos con puntillas elaborados según la vieja receta del restorán Zuazo de los años cincuenta, que aquí recogemos, que se quiten todas las esferificaciones, deconstrucciones y demás zarandajas».

 

Dos nuevos capítulos, un homenaje

«Si hemos decidido añadir un par de capítulos a Hoy caviar, mañana sardinas, con nuevas recetas y recomendaciones económicas, ha sido en homenaje a nuestros padres que ya no están con nosotros. A él porque, aunque su mayor proeza culinaria fue hacer un día su versión sui géneris del welsh rarebit en una tostadora, era el primer y más entusiasta catador de todas las delicias «made in Posadas». Y a ella porque nunca dejó de buscar nuevas recetas, nuevos sabores y, sobre todo, de disfrutar con ellos».

 

Cocinando a escondidas en el Ritz

«Por la noche hacíamos acampada. No es metáfora, literalmente acampábamos, porque una de las primeras compras que mi madre hizo en Madrid fue un hornillo (¡!) y cocinábamos en la habitación. No vayan a creer que calentábamos latas o algo parecido. Eran comidas en toda regla, como distintos tipos de tortilla, patatas fritas y hasta platos razonablemente sofisticados. He aquí, por cierto, un ejemplo más de lo que es la vida diplomática para quien tenga de ella una idea romántica: por las noches, mis padres se iban guapísimos, porque los dos lo eran, vestidos de esmoquin y traje largo a quién sabe qué cena tralalá, y nosotros nos quedábamos con la niñera hirviendo espaguetis en un hornillo de gas en nuestra suite del Ritz. Nunca nos descubrieron con las manos en la masa».

*Contenido original proporcionado por la editorial Espasa

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