La memoria eres tú de Albert Bertran Bas
Publicación: 4 febrero 2021
Editorial: Roca Editorial
Páginas: 480
ISBN: 978-8418249549
Biografía del autor
Albert Bertran Bas (Barcelona, 1982) se licenció en Periodismo y estudió Dirección de Cine en Nueva York. Ha trabajado varios años en comunicación y también como guionista creativo para diferentes agencias de publicidad. Actualmente trabaja en un guion de largometraje para Filmax y lo combina con sus tareas de director de comunicación en el Puerto de Sitges-Aiguadolç. La memoria eres tú es su primera novela, pensada inicialmente como un guion para una película. Con texto original en castellano, La memoria eres tú está también disponible con publicación simultánea en catalán, bajo el título La memòria ets tu.
Sinopsis
UN VIAJE ÚNICO POR LA HISTORIA DE ESPAÑA, A TRAVÉS DE LOS OJOS DE UN CHICO DE QUINCE AÑOS.
PORQUE NO ES LO MISMO CONOCER NUESTRA HISTORIA, QUE ANDAR POR ELLA.
Mi nombre es Homero y perdí a mi familia durante la guerra. He cruzado los Pirineos a pie con quince años camino del exilio. He crecido huérfano en las calles de Barcelona y he rozado la muerte en las cárceles del Uruguay. He bebido con Hemingway, he saludado a Hitler y he hecho el amor en el coche de Franco. Me han disparado por la espalda y me han disparado al corazón. He silenciado El Molino y me ha besado la Bella Dorita. He empuñado el cuchillo de Toro Sentado. He estado donde muere el viento y he dormido entre tesoros perdidos. Me han fusilado. He inspirado a genios y conocido a otros. He bebido hasta caer, he reído hasta llorar, he soñado, he robado y he matado. Y me he enamorado. Tres veces. Las tres de la misma mujer.
Esta es mi historia. Esta es mi odisea.
Homero es un adolescente de quince años, hijo único de una familia acomodada de Barcelona, que se queda solo durante la Guerra Civil española. Su vida se transforma en una lucha –tan interna como externa– por la supervivencia, la soledad y el autodescubrimiento. Mientras hace lo imposible por seguir la pista de su padre, en su mente siempre está presente la indómita Cloe, una granjera que le salvó la vida y que se la marcará para siempre. Aunque ambos pertenecen a mundos distintos, sus vidas se irán entrelazando en diferentes momentos y situaciones a lo largo de toda una década.
La memoria eres tú es un viaje único a través de los ojos de un chico que, mientras intenta descubrir quién es, avanza por la historia de España cruzándose con personajes como Robert Capa, Hemingway, Hitler, Machado o la Bella Dorita; presenciando inventos como el futbolín, lugares míticos como El Molino o momentos históricos como el hundimiento del Uruguay, la entrada de los nacionales en Barcelona o la reunión en Hendaya entre Franco y Hitler.
Porque no es lo mismo conocer nuestra historia, que andar por ella.
Nota de prensa
Albert Bertran Bas necesita un solo párrafo para cautivar al lector. Promete una odisea llena de aventuras y azañas imposibles, y eso es lo que va regalando página tras página en una novela en la que narra de manera excepcional la historia de su familia.
La memoria eres tú es un viaje a la Barcelona de la Guerra Civil y a la de los primeros años del franquismo de la mano de Homero, hijo único de una familia acomodada de la ciudad que a los quince años se queda solo y su vida se transforma en una lucha por la supervivencia, la soledad y el autodescubrimiento. Como tuvo que hacer tanta gente, Homero huye de una Barcelona en guerra con la esperanza de llegar a Francia, la nueva tierra prometida. Andando la mayor parte del camino, sobreviviendo gracias a la ayuda de la gente de los pueblos y esquivando controles de soldados, Homero conseguirá refugio allí «donde muere el viento», una cueva llena de tesoros custodiados por toda una guerrera de las montañas, Cloe, una granjera que le salvará la vida y se la marcará para siempre. Aunque ambos pertenecen a mundos distintos, sus vidas se irán entrelanzando en diferentes situaciones a lo largo de toda una década en la que Homero hará lo imposible para seguir la pista de su padre.
La memoria eres tú es el viaje de Homero, pero también es un paseo por la Barcelona de la época. Desde la tranquilidad de la plaza de Adriano donde vivía la familia Beret al bullicio del Paralel·l, la magia de El Molino, la oscuridad del Raval, los colores de la Rambla o la brisa salina de la playa. Homero pasea al lector también por el puerto y por el cementerio de Montjuïc, y narra hechos históricos como el hundimiento del buque prisión Uruguay durante el bombardeo al puerto de Barcelona el 16 de enero de 1939; la entrada de las tropas franquistas en la ciudad; o, fuera de Barcelona, la reunión entre Franco y Hitler en Hendaya, el 23 de octubre de 1940.
Personajes como Robert Capa, Ernest Hemingway, Antonio Machado o María Yáñez, la Bella Dorita, se cruzan en el camino de Homero y enriquecen la novela con anécdotas pintorescas y guiños a una realidad compartida con el lector, que sabe mucho más de esos personajes que el propio protagonista de la novela. La guinda a esta historia bien ambientada, bien narrada y bien tramada la ponen los libros que forman parte de la vida de Homero, que lo acompañan y le ayudan a entender lo que siente y lo que vive. La literatura y la música son parte importante de la novela y de la historia del protagonista y contagian al lector sus ganas de querer saber más, leer más, y escuchar esas melodías que él llora con su guitarra hasta lograr emmudecer el público de El Molino.
ENTRE LA REALIDAD Y LA FICCIÓN
La memoria eres tú está inspirada en las anécdotas vividas y recordadas por el abuelo del autor, que a los 95 años sigue en plena forma. Como Homero, el abuelo también huyó en plena Guerra Civil y también tuvo que ser rescatado por una familia de granjeros. También tocaba un instrumento y también pasó un buen rato en el coche de Franco. Por supuesto que la guerra fue real, como lo fue el Uruguay, los bombardeos, los heridos y el exilio. Pero a pesar de todo, y como narra Homero en la novela, Barcelona también era una verbena en las salas de baile. Si la historia de Cloe o el encuentro con personajes ilustres fue real o no forma parte de la magia de la novela.
El suave balanceo entre la realidad y la ficción convierten a La memoria eres tú en una oda a las historias, a las leyendas y a la tradición oral. Igual como Homero canta su historia con Cloe en una canción sin final, Albert Bertran canta en la novela la historia de tanta gente en este país. Es imposible no identificarse con Homero y sus compañeros de aventuras cuando se han tenido padres o abuelos que vivieron la Guerra Civil también en primera persona. El resultado es una narración extraordinaria con detalles que el abuelo del autor ha ido revelando poco a poco de un tiempo a esta parte y que Albert Bertran ha sabido capturar de forma excepcional para compartirla con todos.
«Volvía a ser Navidad aunque nadie cantaba. No había regalos, ni árboles iluminados, ni familias alrededor de una mesa. Si algo había cambiado en ese último año era que había mucho menos de todo. Sobre todo de optimismo.»
«La gente está cansada, Homero. Lo único que quiere es vivir sin tener que mirar al cielo. Sin estar pendiente de que suenen las sirenas por las calles. La gente quiere volver a tener luz en sus hogares, comida, trabajo. Quiere que sus hijos vayan al colegio y jueguen como cualquier niño merece. La gente quiere paz. Si de algo sirve una guerra es para eso. Para anhelar la paz. Para desear aquello que antes dábamos por sentado. Antes de que nuestras palabras e insultos se tornaran en disparos y muertes… Antes de que una opinión te convirtiera en amigo o enemigo. Por eso ahora saltan sobre sus brazos y les lanzan flores. Estos soldados, negros o blancos, representan el fin de la penuria. Por eso sonríen los padres y lloran las madres. Felicidad Homero. Felicidad.»
Hechos reales como el discurso del general Yagüe al final de la guerra o la entrada de los nacionales en Barcelona componen también esta postal de la Barcelona de la época y se integran en la historia como un hilo más de este tejido que es La memoria eres tú. Luego están los rincones bien descritos y bien ambientados, desde el Paralel·l a la cueva en el Pirineo pasando por la Barceloneta o el Majestic. Es en ese hotel, justamente, donde se desarrolla parte de la trama de uno de los capítulos más trepidantes de la novela. Es enero de 1939:
«Mi día había concluido. El día que había desayunado en el Majestic. El día que conocí a Hemingway, Capa, Gellhorn, Cox y Matthews. El día que envenené a un usurero y recuperé mi medallón. El día que hablé con el poeta Antonio Machado y me puse sus pantalones secos para volver a mojarlos. El día que rescate a treinta y tres presos de una cárcel flotante. El día del hundimiento del Uruguay. El día que terminó la guerra. El día que no quedó nada más, excepto el rugido de esos Heinkel 111 alejándose entre las nubes con la satisfacción del trabajo bien hecho.»
LOS PROTAGONISTAS
Homero y Cloe encabezan la lista de personajes de La memoria eres tú, pero no son los únicos. Están los padres de Homero, los biológicos y los que lo acogerán como si lo fueran; también el padre de Cloe; y su gran enemigo, el General Frontera. Luego está la larga lista de amigos de ambos, empezando por Polito y Lolín; pero también con Pascual y los invisibles. Luego están todos esos personajes que se cruzan en sus caminos, para allanarlos a veces, y para empinarlos tantas otras. El universo de personajes y personalidades creado por Bertran es delicioso. Algunos son simples chispas en una novela llena de matices. Otros tienen historia propia y pasan a formar parte del corazón del lector igual que los protagonistas. Y luego están todos esos nombres propios que van más allá de la novela: Hemingway, Capa, Machado y la Bella Dorita; pero también Alejandro Finisterre, inventor del futbolín; un jovencísimo Joan Manuel Serrat; y otros nombres del periodismo internacional como fueron Herbert Matthews (New York Times) y Geoffrey Cox (News Chronicle). Por supuesto, hay soldados de ambos bandos y guerrilleros de la Resistencia. Se habla de Franco y se habla de Hitler, incluso de Buffalo Bill y de Toro Sentado. No falta nada ni sobre nada. En La memoria eres tú, Albert Bertran consigue algo fascinante: más allá de contar nuestra historia, permite al lector pasear por ella.
Homero: «Sabía que no era valiente. Nunca lo había sido. Tampoco era el más chulo de la clase, ni el más fuerte, ni el más rápido, ni el más guapo. A mis quince años tenía la eterna incertidumbre de no saber quién era en realidad. Y todavía me angustiaba más el hecho de saber que ninguno de mis amigos se planteaba esas cosas. Ese era yo y esa mi etiqueta. Ni el guapo, ni el listo, ni el fuerte… Era el rarito.»
Cloe: «Sus ojos eran enormes y fuertes. Tenía esa clase de mirada directa, como la de un animal, que la hacía insostenible y capaz de empequeñecer al más grande de los mortales. Su piel era más bien pálida, del color de la nieve, aunque el sol le había coloreado las mejillas. Su pelo se movía anárquico por encima de su cabeza, y le caía totalmente enredado y libre por debajo de los hombros. Era hermosa, de una belleza salvaje como la que se percibe en los paisajes vírgenes, libres de todo rastro humano y de su nefasta necesidad de transformar.»
Polito: «Cuando levanté la vista vi como un chico de mi edad, quizás mayor, no me quitaba los ojos de encima. Tenía algo diferente al resto. Su mirada no era triste sino todo lo contrario. Era viva y audaz. Su pelo negro y acartonado dibujaba formas casi imposibles y estaba casi tan escuálido como un perro abandonado. Aún y así, de su rostro asomó una sonrisa cuando lo miré.»
El General Frontera: «El General era un hombre de mirada fría con ligeros destellos de locura que lo hacían del todo imprevisible. Un lobo peligroso de pelaje oscuro y colmillos afilados. Su complexión era tan dura y robusta como su mandíbula. Alto, corpulento y con un espeso bigote que ocultaba sus finos labios. Cloe siempre había visto a su padre como un hombre fuerte y formidable, pero al lado de ese General parecía más un adolescente enclenque. […] Y por si todo el conjunto no era suficientemente inquietante, lo que más destacaba de esa imponente figura era el parche negro en su ojo izquierdo con el símbolo del águila imperial.»
LOS APRENDIZAJES DE HOMERO
La memoria eres tú es la odisea de Homero y su viaje hacia el autodescubrimiento. Quedarse solo en el mundo demasiado pronto y con la incertidumbre de dónde está su padre y quién fue realmente lo llevarán a cuestionarse quién es él mismo y en quién quiere convertirse. Se buscará en los ojos verdes de Cloe, en las cuerdas de su guitarra, en los poemas de Neruda y en las historias de Julio Verne, pero sobre todo se encontrará en las frases sabias que recuerda de su padre y de tantos otros personajes que a lo largo de toda una década lo ayudarán a encontrar su lugar.
Pero si hay un aprendizaje recurrente en toda la historia, que la motiva y que la mueve, es este consejo de Antón Beret a su hijo, Homero: «Vive como si leyeras un libro, pero ama como si recitaras un verso.» Y así lo hará Homero a lo largo de casi 500 páginas en las que deja otras lecciones maravillosas sobre la guerra, el destino, la amistad o el amor:
«Debes saber que la vida no es todo blanco o negro, buenos o malos, indios o vaqueros. La vida, como el mundo, está llena de matices. Y saber verlos y entenderlos, es los que nos enriquece y lo que nos distingue.»
«El pasado siempre nos alcanza, igual que la guerra siempre nos llega.»
«A veces, la vida deja de avanzar en línea recta para obligarnos a caminar en círculos y enseñarnos que, el camino que recorremos siempre es el mismo y los únicos que cambiamos, somos nosotros.»
«El que busca mucho, corre el riesgo de perderse a sí mismo.»
«Si la historia nos ha enseñado algo es que solo existen dos cosas en este mundo por las que un hombre puede perder del todo la cabeza: el oro y el amor.»
*Contenido original proporcionado por la editorial Roca Editorial
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