Llámame Nice

Ana Isabel Fernández Bernabéu es trabajadora social (UPC), con Máster en Escritura Creativa (UCM). Cuenta con experiencia en talleres ocupacionales y desarrollo emocional. Destaca su labor como artista en textil contemporáneo participando en exposiciones y encuentros solidarios.

Escribe desde hace más de veinte años. En el terreno novelístico trabaja en profundidad las emociones de sus personajes. Otros títulos publicados: La vida juega en la plaza. Antología literaria (Ed. Fragua, 2021), Martina y la isla más pequeña del mar (Ed. Círculo Rojo, 2017), La Herencia de Fitz (Ed. Círculo Rojo, 2014). En la línea social formó parte del libro de la exposición Retrato Social de la mujer (Ed. Concejalía de Cultura Ayto. Colmenar Viejo, 2017), además de participar en ferias, presentaciones, tertulias y encuentros literarios.

La escritora Ana Isabel Fernández Bernabéu regresa a la escena literaria para contarnos la historia de una adolescente, hija única, que vive una vida ideal, pero con las sospechas de que existe un secreto familiar que ella desconoce por completo. “Llámame Nice. Crecer en Guadarrama” narra, como si de un diario se tratase, los sentimientos más íntimos, las dudas, las alegrías, los miedos de esta joven que se enfrentará a la arriesgada aventura de descubrir el lado más oscuro de su familia.

Berenice –la protagonista- aún recuerda cuando era pequeña y sus padres decidieron mudarse a Guadarrama, un pueblo de la sierra de Madrid, para recuperar la estabilidad familiar que rompió una llamada de teléfono. Desde ese momento, la sospecha de que su familia le ocultaba algo siempre rondaba en su cabeza y se proyectaba en sus sueños.

Ana Isabel Fernández sorprende con un estilo narrativo sencillo y directo que convierte a “Llámame Nice” en casi un diario en el que la joven Berenice narra sus vivencias, los primeros amores, las inseguridades juveniles. De esta forma, el lector se introduce en la mente de la protagonista de una manera mucho más íntima e incluso llega a identificarse con ella al vivir las experiencias que trae esta etapa de la vida como la llegada del primer amor.

Precisamente, el amor es uno de los grandes temas que centran la atención de la autora. El amor hacia el sexo opuesto, el de una mejor amiga, hacia la naturaleza y los animales, el de un padre y, el más fuerte y primario, el de una madre hacia su hija. En este mundo tan idílico se mueve Berenice hasta que empieza a notar que, en su familia, hay preguntas que no tienen una respuesta clara. Y con ellas, llegan las dudas, los miedos y el reto de intentar descubrir una verdad que le ha sido silenciada durante años.

Ana Isabel Fernández Bernabéu apuesta por la superación personal y el crecimiento ante la adversidad. De su mano, vivimos el camino hacia la madurez de la protagonista y descubrimos cómo el amor en todas sus formas y maneras prevalece inmutable ante todas las adversidades. Entre líneas, se refleja cómo los gestos, las miradas, las sonrisas, los abrazos o el respeto tienen mucho mayor significado que las palabras o los hechos.

“Llámame Nice” tiene como escenario principal el pueblo de Guadarrama y refleja el amor de la autora por la naturaleza y los animales. De hecho, a lo largo de sus páginas el lector encontrará numerosas referencias a rutas de senderismo y joyas naturales emblemáticas que se entremezclan en el día a día de Berenice creando una atmósfera llena de libertad que se contrapone con el hermetismo de la familia ante determinados temas.

La autora sorprende al lector con una historia en apariencia sencilla pero que se va llenando y dotando de complejidad a medida que avanza en su lectura. Sus páginas son un torbellino de sentimientos sobre los que dejarse llevar para recordar esa etapa de la vida marcada por la rebeldía y las ganas de querer saber sobre todo, a riesgo de que a veces descubramos cosas que no son agradables.

“Estuve años sin poder llorar. Las lágrimas no surgían. Lloraba únicamente en sueños. No era una novedad para mí. Escribo esta historia porque el perdón es doloroso. Y las palabras fluyeron cuando oí el llanto de mi hija. Ahora está en brazos de su padre. Es una niña muy querida. Su padre la llama Nice. Dice que no podría llamarse de otro modo. Acaba de sentarla en la trona para darle de comer. El pelo es del color del cobre y los ojos compiten con el mar. Cuando la veo dormida me parece una diosa y me da miedo. Y lloro. Porque desde que nació mi hija puedo llorar”.