La serie se libros «Los irresistibles Beau», de Ruth M. Lerga. Si la necesidad te obliga a prometerte en menos de diez semanas, será mejor que no flirtees con el caballero al que todos señalan como perfecto para ti… y al que tus hermanos te han prohibido acercarte.
«La frescura de las escenas, los chispeantes diálogos y el precioso romance, me han conquistado. […] Es divertidísimo y demuestra la facilidad de la autora para envolverte. Clichés de época tiene, claro. Y es eso lo que hace que te veas en un salón de baile o en unos jardines floridos donde, si eres prudente, puedes tontear con el caballero de turno. La atracción entre los protagonistas es estupenda. Es un no querer, pero me gustas; un me estás prohibido, pero me atraes; un no quieren que te corteje, pero ardo en deseos de besarte…»
Cuando has de casarte con urgencia sin importar con quién, enamorarse solo sirve para que, de repente, cualquier candidato parezca una decisión abominable. Así que, ¿por qué Cupido se empeña en hacer que Jane y Malcolm se encuentren a cada momento, si están destinados a no elegirse?
Una dama que siente que la sociedad no la deja respirar, un conde que se ofrece como la brisa para que tenga paz y un hombre oculto tras unas cartas que entra en su vida como un huracán. Los vientos soplan con fuerza para lady Elisabeth.
Índice:
Saga Los irresistibles Beau, de Ruth M. Lerga
La diversión de desafiar a lord Herbert (Los irresistibles Beau 1)
Lady Mary Seymour es una de las cuatro primas Beaufort que va a debutar esa temporada y la primera que deberá casarse, según la costumbre familiar. Con veintiún años lo tiene más difícil que las demás, así que las más jóvenes le conceden la mitad de la temporada en solitario confiando en que, para entonces, ya haya encontrado un marido.
La guerra de la Península ha privado a lord George Milton, marqués de Herbert, de sus familiares directos y herederos, así que se ve obligado a encontrar una esposa con la que tener hijos lo antes posible para evitar que su título revierta en la corona a su muerte.
Mary y George tienen el mismo problema: no se sienten atraídos por ninguno de los partidos que les han sido presentados y con los que se supone que deberían contraer nupcias lo antes posible, así que suelen pasar las veladas juntos, desafiándose a buscar pareja, hasta que los hermanos de ella se interponen en tan extraña amistad.
La necesidad de casarse de lady Jane (Los irresistibles Beau 2)
Lady Jane Montague ha sido prometida por el cabeza de familia de los Beaufort a un hombre cuarenta y siete años mayor que ella. Pero su familia ha urdido un plan para desafiar al duque de Rule y dar a la joven una oportunidad de ser feliz: simularán una enfermedad contagiosa que la obligue a estar incomunicada durante seis semanas y, durante ese plazo, huirá a Edimburgo en busca de un esposo más adecuado.
Laird Malcolm Kincaid, conde de Divach, tiene que casarse con una heredera para salvar su herencia de una hipoteca inesperada. Encuentra pronto a la prometida perfecta y huye con ella, para que esta le deje plantado el mismo día de la boda. Y, para mayor castigo, el destino pone en su camino un instante después a lady Jane, una diosa inglesa capaz de hacerle olvidar sus obligaciones condales.
Jane desea al apuesto escocés, pero a pesar de sus prisas por contraer matrimonio, cree merecer un esposo que, al menos, no acabe de ser plantado por otra mujer a las puertas de la iglesia. Y, aun así, ninguno le interesa tanto como el apuesto highlander, con quien coincide en cada baile al que acude.
El riesgo de sonreír al príncipe Andréi (Los irresistibles Beau 3)
¿Debe Rachel perdonar un abandono que casi significa su ruina social?
Una decisión difícil cuando el sentimiento de traición es casi tan fuerte como el amor verdadero.
El sueño de lady Rachel Thynne siempre ha consistido en ser una debutante ejemplar y casarse con el mejor partido de la temporada. Y, al parecer, tiene la oportunidad de lograrlo en su primer año: un príncipe ruso va a instalarse en Londres y, lo sepa él o no, será su esposo. Aunque para eso tenga que sacrificar alguna de las estrictas normas del decoro…
El príncipe Andréi acude a Londres en misiones diplomáticas, un objetivo que olvida en el momento en que le presentan a lady Rachel, la mujer más cautivadora que jamás haya conocido y a la que decide conquistar por encima de todo. Solo hay una cosa que no puede ignorar: el mandato de su zar de regresar a San Petersburgo, por lo que se ve obligado a dejar Inglaterra de la noche a la mañana, sin promesas ni despedidas.
La desaparición del príncipe desata todo tipo de cotilleos sobre una pareja que, se daba por sentado, sería el mejor matrimonio de la década, dejando a Rachel con el corazón roto. Para cuando Andréi regresa, su dama parece haberlo olvidado.
Tal vez su corazón haya sanado, pero su orgullo exige que se cobre la revancha.
El disparate de amenazar a Lord Candem (Los irresistibles Beau 4)
No es que lady Esther Thynne no quiera casarse, es que no le atrae lo desconocido, así que prefiere esperar a ver cómo les va a sus primas recién casadas antes de decidirse a pasar por vicaría y por eso mantiene a una distancia prudente a todos sus pretendientes.
Lord Andrew Candem, vizconde de Sterling, se convirtió hace un año en el mejor amigo de un hombre al que aborrece por orden del ministerio de Guerra, pues sospechan que ese caballero no solo es un depravado, sino también un espía francés. Así que se une con él en cada evento de la temporada y allí conoce a la peor de las distracciones, lady Esther, una joven hermosa y de buena familia que, sin embargo, llama su atención porque parece aborrecerle.
Huyendo de unpetimetre demasiado insistente, Esther se oculta en el jardín y escucha una conversación privada entre dos caballeros, una que le reafirma que el matrimonio puede ser el peor de los abusos si se elige al hombre equivocado. Así que cuando lord Candem comienza a interesarse en ella y su familia la anima a aceptar sus atenciones, temiendo que nadie conozca la verdadera naturaleza del vizconde, esa que solo ella ha descubierto, el miedo la fuerza a cometer una locura: amenazarle de muerte si no se aleja.
La ingenuidad de apostar con Lord Beckett (Los irresistibles Beau 5)
Lady Elisabeth Cavendish no está interesada en las actividades femeninas, sino en lo que las damas se pierden por el hecho de ser mujeres. Como en muchas veladas, se esconde con una de sus primas para evitar bailar y plantea una apuesta loca que, desde luego, la otra no acepta. Pero poco después recibe la carta anónima de un hombre que le propone llevar a cabo los términos de su desafío. El caballero la ayudará a introducirse en White’s y, de logarlo, le exigirá a cambio una compensación por determinar. Una oferta que la curiosidad de Elisabeth no puede ignorar, a pesar del riesgo que supone.
Lord Andrew Beckett, conde de Harlech, se enamora de Elisabeth en cuanto la ve, pero, conocedor de su desinterés por casarse, halla el modo de seducirla en secreto a base de proposiciones arriesgadas y diversión poco recomendable. Lo que no sabe es que, al hacerlo, al mismo tiempo que se acerca a la joven la aleja de su lado, pues también lord Beckett ha llamado su atención.
Lady Elisabeth ha creído encontrar, al fin, a un caballero con el que ser feliz, pero ahora que la aventura la asalta por sorpresa duda entre vivir según su espíritu inconformista o ser prudente y no poner en riesgo su reputación, pues el más mínimo error le impediría casarse con el único hombre al que podría amar.
La razón para rechazar al señor Foster (Los irresistibles Beau 6)
Lady Sarah Beaufort tiene una vida de ensueño: unos padres que la adoran, un hermano que daría la vida por ella y un montón de divertidos primos. Su mayor deseo es casarse ese año y formar una familia como la suya, llena de amor y de gente. Así que no puede permitirse casarse con un americano que vive al otro lado del Atlántico, por lo que lo mejor es alejarlo para siempre.
Martin Foster es un rico empresario de Boston que está pensando en abrir un imperio financiero en Inglaterra, por lo que pide consejo a un viejo conocido de su padre, el marqués de Denver, quien lo invita a Londres para el debut de su hija y presentarle en la fiesta a toda la aristocracia. Pero cuando conoce a lady Sarah se olvida de sus negocios y se marca un único plan: convertirla en su esposa.
No cuenta con el peor de los rechazos; la joven no es tan dulce como parece, sino una inglesa clasista que considera a los americanos personas de segunda clase. Tal vez deba darle una lección a la marquesita.
El riesgo de enfadar a Lord Robert (Los irresistibles Beau 7)
Lord Robert Seymour, conde de Hill, se le encarga alejar de su primo debutantes no recomendadas durante la temporada. Y su primera labor va a ser detener los avances de la señorita Laura, una pequeña cazafortunas que parece querer conquistarlo a cualquier precio. Sin duda, una muchacha tan joven no puede saber tanto sobre seducción, así que debe de estar siendo guiada por su hermana, la viuda del barón de Redfort. Pues tendrá que cruzar unas cuantas palabras con la dama, quien ya se casó en su día con un hombre muy por encima de sus posibilidades.
Lady Helena Scott no va a permitirque ningún noble, por guapo e influyente que sea, le diga cómo tienen que comportarse ella o su hermana Laura. Quizá la muchacha sea algo descarada, pero después de lo que han sufrido ningún conde elitista le va a decir cuál es su lugar. Será ella quien lo ponga en su sitio.
Pero bajo el odio acérrimo que parecen sentir el uno por el otro hierve una pasión que amenaza con desbordarlos. Sobre todo, cuando ambos jóvenes desaparecen y Helena y Rob salen tras ellos rumbo a Escocia para evitar un escándalo.
El enredo de coquetear con Lady Blanche (Los irresistibles Beau 8)
Lady Blanche Candem lleva enamorada en secreto del conde de Bedford desde que lo conoció, el día de la boda de su hermano. Desde entonces, han coincidido en cada evento familiar sin que haya logrado llamar su atención, es más, tiene la sensación de que la ve como a otra de sus primas. Así que, en el año de su debut, sabiendo que también él acudirá a los bailes, va a demostrarle que es una mujer deseable y que, si él no la quiere, otros se enamorarán de ella.
George Beaufort, conde de Bedford, conoce desde hace años a Blanche, la cuñada de su prima, una joven bonita y tímida. A la que le cuesta reconocer es a lady Blanche Candem, la señorita que debutaen Londres y que ya no es joven y bonita, sino una mujer preciosa a la que todos sus amigos pretenden conquistar… aunque solo lo lograrán por encima de su cadáver.
Blanche nunca pensó que intentar casarse con George sería tan divertido. Claro, que no contaba con la ayuda del resto del clan Beaufort.
Cuando los anhelos del corazón se enfrentan al amor por la familia, el sufrimiento parece estar garantizado. ¿Cómo escoger cuando ambas elecciones duelen tanto? ¿Qué los separa en realidad, la diferencia de clases o la diferencia de países? ¿Y qué los une verdaderamente, la pasión o el amor?
Es difícil para Helena mantener a su hermana lejos de cierto caballero, cuando ella solo desea acercarse a su acompañante. Es hipócrita por parte de Rob decirle a su primo que se aleje de cierta señorita, cuando a él le viene justo mantener las manos alejadas de su carabina. Es imposible seducir a alguien cuando los intereses se enfrentan. ¿O no?
¿En qué momento exacto la joven tímida a la que veía en cada evento familiar se ha convertido en la mujer más deseable de todo Londres? Y ¿por qué ningún primo le ha dicho a George hacia dónde tenía que mirar si, al parecer, todos sabían que se convertiría en una dama preciosa?