Mi madre es un río
de Donatella Di Pietrantonio

De la autora de Las hermanas de Borgo Sud, una nueva y envolvente novela de una intensidad arrebatadora

Una autora multipremiada y de éxito internacional: Premio Campiello, Finalista del Premio Strega

Una mujer, ya anciana, muestra los primeros síntomas de una enfermedad que le arrebata la memoria e incluso a sí misma. Su mente se está convirtiendo poco a poco en una larga noche sin luna y solo su hija puede ayudarla a mitigar esa oscuridad, reconstruyendo su historia, pero también la de ambas, marcada por un amor «que se torció enseguida». Desentrañar día tras día los pequeños y grandes acontecimientos hace aflorar recuerdos dulces y al mismo tiempo duros, llenos de intensidad y de verdad.

Una novela poderosa y luminosa sobre el indisoluble vínculo de una madre y una hija que oscila entre el rechazo y el amor.

Donatella Di Pietrantonio nació en Arsita, un pequeño pueblo en la provincia de Teramo (los Abruzos, Italia), donde también pasó su infancia. Desde que teníanueve años escribe historias, cuentos de hadas, poesía y novelas. Se dio a conocer con Mia madre è un fiume (2011, Premio Tropea). Su siguiente obra, Bella mia (2014), fue galardonada con el Premio Brancati. Con su tercera novela, La Retornada (Duomo, 2018), consiguió ser finalista del Premio Napoli y erigirse con el Premio Campiello. Con Las hermanas de Borgo Sud ha sido finalista del Premio Strega.

Sobre el libro

Algunos días la enfermedad se come también los sentimientos. Es un cuerpo apático, que emana la ausencia que lo vacía. Ha perdido la capacidad de sentir. Y entonces no sufre, no vive”.

Esta es la narración de la vida de Esperia Viola, quien vio la luz por primera vez en 1942, en las pendientes de la región de Abruzzo, en la frontera entre Colledara y Tossicia, específicamente en la «última casa antes de las montañas». De aquella mujer robusta tanto en cuerpo como en espíritu, criada por campesinos que la inculcaron en la labor y el esfuerzo, poco queda: Esperia padece una enfermedad cruel y severa conocida como «atrofia cerebral», una condición que provoca que este órgano se deshidrate y se encoja.

Conforme la enfermedad le va robando su identidad, su hija se encarga de narrar (a nosotros) la historia de su vida, como si fuera un diario para retrasar el avance de la enfermedad. La narración de los eventos pasados, entrelazados con escenas de la vida cotidiana de una Esperia ya envejecida, también se convierte en una excusa para explorar y reflexionar sobre la complicada relación entre una madre poco dada a la ternura y al contacto, siempre demasiado ocupada con las labores del hogar y la tierra, y su hija, que intenta exorcizar ese dolor por la ausencia, reprochar ciertas decisiones, pero, sobre todo, perdonar.

La protagonista lleva consigo cicatrices emocionales desde su niñez, un hueco de afecto maternal que nunca se llenó, una brecha entre ella y su madre que nunca lograron cerrar. ¿Y ahora se espera que ponga su vida en pausa para cuidar a quien no estuvo presente para ella?

Esta es una novela sombría que aborda valientemente la complejidad emocional de los individuos y es un tributo al valor de los cuidados, pero también al desafiante camino de aquellos que acompañan al enfermo, que se sumergen sin temor en la adversidad y te sacuden hasta la médula. Es uno de esos textos que tiene la capacidad de dejarte conmocionado durante varios días.

Esta es una novela desgarradora, en la que nos sumergimos sin restricciones en la batalla interna de la protagonista, en su dolor interno, en su ira… y también en su culpa. Porque a pesar del rechazo que siente hacia su madre, la justifica. A pesar de no perdonarla, la comprende. Su madre es de esa generación que solo tuvo tiempo para trabajar, para mantener a la familia a flote, aunque eso significara su ausencia. Una madre demasiado agotada para mostrar afecto pero que demostraba su amor de otra manera. Y eso a veces no es suficiente.

«Mi madre es un río» es la historia de dos vidas que se entrelazan, se persiguen entre recuerdos y tradiciones, que se redescubren impulsadas por el deseo de escucharse pero que, incluso ante la enfermedad y el declive, nunca logran unirse completamente.

La novela «Mi madre es un río» es una lectura imprescindible para aquellos que disfrutan de historias que exploran las complejas relaciones entre madres e hijos. La obra se adentra sin temor en la complejidad emocional de los personajes y rinde homenaje al valor de los cuidados, así como al difícil camino de aquellos que acompañan a los enfermos. La novela es cruda y conmovedora, capaz de conmover al lector durante varios días.

Críticas

La prensa ha dicho de Mi madre es un río:
«Un libro audaz… Toca fibras extremadamente sensibles, sin concesiones ni sentimentalismos.» 
La Repubblica
«Una escritura febril y poderosa.» 
Corriere della Sera
«Maravillosa.» 
Libération

Sobre La Retornada:
«Una auténtica joya de la escritura.» 
Huffington Post
«Un delicado relato de aprendizaje.» 
Le Monde

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