Mi pequeño mundo
de Daniela Santiago

Mi pequeño mundo es más que una biografía. A raíz de sus vivencias, conoceremos el universo de Daniela Santiago, una mujer hecha a sí misma que siempre tuvo claro su camino, aunque este, además de rosas, también tuviera alguna que otra espina. Desde su infancia en Málaga hasta sus recientes éxitos en la televisión y en el cine, pasando por la noche de Chueca, Daniela nos lleva de la mano a través de su historia y promete no soltarnos hasta el final.

La actriz de Veneno se abre, por primera vez, con una honestidad y franqueza inquebrantables para explicar lo que ella y muchas mujeres trans han vivido (y siguen viviendo) en España. Es el relato de una vida compartida con miles de mujeres y de jóvenes que han estado en su misma situación. Pero también es un libro que funciona como un talismán: no solo muestra todo lo que ha sido, sino todo lo que puede ser. Y es que, a veces, los sueños se cumplen.

Mi pequeño mundo es un pedacito de Daniela Santiago, aquella parte de su historia que había mantenido solo para sí misma, junto a su corazón, y que ahora quiere compartir con todos nosotros.

Daniela Santiago Villena es una modelo y actriz española, conocida por interpretar a Cristina «La Veneno» en la serie biopic Veneno (2020), creada por Los Javis, y por la cual fue premiada con un Premio Ondas. En enero de 2021 protagonizó el cortometraje Julia, escrito y dirigido por Miguel Ángel Olivares, a favor de la visibilidad trans. En abril del mismo año, se anunció su fichaje para el reparto de Madres paralelas, dirigida por Pedro Almodóvar, que se estrenó en cines en septiembre del mismo año.

Sobre el libro

Mi pequeño mundo es mi pequeño gran homenaje a mi tío Pepe, hermano de mi madre. Ellos tenían una relación muy especial, eran uña y carne, él era su aliado, su cómplice, su protector; fue quien le tendió una mano, la ayudó y la levantó cuando le hizo falta. Y aunque lamentablemente no pude disfrutar de mi tío mucho tiempo (murió de cáncer muy joven, a los cincuenta años), sí tuve la gran fortuna de crear un vínculo y una conexión con él muy bonita. Pues parece que entre lobas nos reconocemos; y eso fue justo lo que pasó entre nosotros dos, nos olimos desde el principio. Ahí me di cuenta de que siempre iba a tener su apoyo incondicional y yo pasaría a ser su sobri favorita.

Mi tío Pepe regentaba un restaurante en Torre del Mar (Málaga) llamado Mi Pequeño Mundo. Ese era su lugar de libertad, su refugio, un sitio donde no se sentía juzgado sino todo lo contrario, se sentía arropado por todas las personas con las que compartía fiestas y alegrías. En aquella época, la única manera que encontró para poder ser libre era reunirse en su restaurante, a puerta cerrada, y organizar fiestas en las que todos cantaban, bailaban… Eso sí, solo algunos fines de semana o en fechas especiales (ya le habría gustado a él vivir así todos los días; bueno, a él y a todos). La cosa es que en esos shows él se transformaba en la persona que de verdad era. Recuerdo que me contaba lo bien que lo pasaban en esas fiestas, llena de artistas (como Lola Flores o Rocío Jurado) y que, algún día, cuando yo fuera mayor, podría ir y disfrutar de Mi Pequeño Mundo con él. Al final, me quedé con la espinita de conocer aquel sitio en el que mi querido tío Pepe fue tan tan feliz. Así que, con el paso de los años, fui creciendo y conmigo fue creciendo también el deseo de ser la artista que siempre soñé, para, entre otras cosas (que ya os iré contando más adelante), rendirle un homenaje a mi tío; no sabía ni cómo ni cuándo ni de qué manera, pero tenía claro que lo haría. Y hoy, por fin, ha llegado ese momento.

Así que me parecía muy bonito titular este libro Mi pequeño mundo, porque sin ser el «verdadero» Mi Pequeño Mundo se ha terminado convirtiendo en él, pues este también es mi refugio y en estas páginas me siento arropada y libre.

«Soy consciente de que la mayoría de la gente me conoce por Veneno, la serie por la que salí a la palestra y a la cual estoy y estaré eternamente agradecida; sin embargo, no son pocos los que me identifican o incluso me confunden con Cristina, la Veneno, y no saben quién soy ni de dónde vengo ni cuál es mi historia. Por eso, lo que pretendo con este libro es que las personas que me lean puedan sentirse identificadas conmigo, con mis vivencias, que obtengan ese impulso, a veces muy necesario, para luchar y abrirse camino en un mundo que empieza a estar preparado para darnos a todas y a todos las mismas oportunidades. Por fin hay un lugar al que cualquiera puede llegar y es, ni más ni menos, ese en el que tú quieras estar».

Soy una mujer, una mujer transexual, y sé que mi «condición» puede ser un reclamo (o el reclamo) para que la gente lea este libro. Pero nada más lejos de mi intención. Pese a que ni soy ni voy de abanderada de nada, sí me considero defensora de los derechos del colectivo LGTBIQ+, por lo que si tengo que dar un paso al frente para defender nuestros derechos contra viento y marea lo hago y lo haré, siempre.

Es muy simple: si el hecho de que mi cara sea conocida y visible para los medios sirve para contribuir a que tengamos un futuro mejor, más digno, como cualquier otra persona, y a que contemos con los derechos básicos que se nos han negado durante mucho tiempo, ahí estaré.

*Contenido original proporcionado por la editorial Libros Cúpula

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