Muhammad Ali: La vida de una leyenda
de Fiaz Rafiq

Publicación: 12 mayo 2021
Editorial: Libros Cúpula
Páginas: 384
ISBN: 978-8448028251
Traductor: Pilar Recuero Gil

Biografía del autor

FIAZ RAFIQ es escritor profesional en el ámbito de los deportes y del entretenimiento.
Colabora con más de media docena de periódicos de prestigio nacional de Estados Unidos
como The Sun. Durante quince años, fue columnista jefe de la exitosa revista de deportes
de combate Martial Arts Illustrated, y contribuyó también en otras como MMA Uncaged,
Fighters Only (la mayor revista de artes marciales mixtas del mundo), Men’s Fitness,
Muscle & Fitness e Impact: The Global Action Movie Magazine. Su trabajo se ha publicado
en medios de todo el mundo. Ha entrevistado a numerosas personalidades célebres,
entre ellas, a los mejores campeones de boxeo, UFC y culturismo, así como a
innumerables actores, productores y directores de Hollywood.

Es un aclamado biógrafo de alguna de las figuras más icónicas del ámbito deportivo y de
Hollywood. Es autor de tres biografías orales: Conversaciones sobre Bruce Lee: vida y
legado de una leyenda, Muhammad Ali: la vida de una leyenda y Arnold Schwarzenegger:
la vida de una leyenda.

Fiaz fue coautor junto con Rahaman Ali, el único hermano de Muhammad Ali, del libro
aclamado por la crítica My Brother, Muhammad Ali: The Definitive Biography (Mi
hermano, Muhammad Ali: la biografía definitiva), que The Sunday Times clasificó como
uno de los libros del año 2019. Asimismo, contribuyó en el documental autorizado How
Bruce Lee Changed the World (Cómo Bruce Lee cambió el mundo). Mantiene una estrecha
relación de amistad con los miembros de la familia de Muhammad Ali.

Sinopsis

Muhammad Ali es una de las personalidades y celebridades deportivas más destacadas de nuestra era,  cuya trayectoria ha influido en millones de vidas. Una leyenda que ha trascendido al boxeo y que ha sobrepasado todos los deportes. Ali, un hombre de proporciones míticas, ha llegado a convertirse en uno de los personajes más idolatrados de todo el mundo.

Su figura pública está bien documentada pero, sin embargo, la cantidad de pequeños momentos que salen a la luz en esta obra demuestran exactamente por qué era tan admirado. A través de los relatos exclusivos de familiares, amigos íntimos, colegas y rivales, Fiaz Rafiq ha construido una perspectiva irresistible y fascinante que nos permite comprender mejor a esta inmensa leyenda del deporte, y en el que muestra los pensamientos, recuerdos y anécdotas de una figura pública de primera magnitud en una historia épica, de valentía, coraje, esperanza, aptitud y voluntad indomable.

Así, entre los entrevistados en exclusiva para el libro, se encuentran personajes tan destacados del boxeo como George Foreman, Larry Holmes, Chuck Wepner, Joe Bugner, Angelo Dundee, Don King, Jim Brown, Lou Gossett Jr., Harry Edwards, Butch Lewis, Sugar Ray Leonard o Evander Holyfield, miembros de su familia ―con recuerdos de primera mano de los hijos de Ali, algunos de los cuales nunca habían hablado antes en público de su padre― y algunos de los principales y más destacados periodistas deportivos que trabajaron y vivieron al lado de Muhammad Ali.

 

Los atletas pueden ser recordados en sus respectivos deportes, pero a muy pocos se les recuerda por haber cambiado el mundo.

Nota de prensa

El retrato de una de las figuras más extraordinarias de nuestra época, considerado como el mayor deportista de la era moderna, el conocido como «The Greatest»

• Muhammad Ali es una de las personalidades y celebridades deportivas más destacadas de nuestra era, cuya trayectoria ha influido en millones de vidas. Una leyenda que ha trascendido al boxeo y que ha sobrepasado todos los deportes. Ali, un hombre de proporciones míticas, ha llegado a convertirse en uno de los personajes más idolatrados de todo el mundo. Su figura pública está bien documentada pero, sin embargo, la cantidad de pequeños momentos que salen a la luz en esta obra demuestran exactamente por qué era tan admirado.

• A través de los relatos exclusivos de familiares, amigos íntimos, colegas y rivales, Fiaz Rafiq ha construido una perspectiva irresistible y fascinante que nos permite comprender mejor a esta inmensa leyenda del deporte, y en el que muestra los pensamientos, recuerdos y anécdotas de una figura pública de primera magnitud en una historia épica, de valentía, coraje, esperanza, aptitud y voluntad indomable.

«Lo que encumbró a mi padre fue su inexplicable talento en el ring. Pero lo que agrandó su figura fue el amor que mostraba hacia su gente. El modo en el que hacía que se sintieran los demás, especialmente las minorías y los afroamericanos, era algo increíblemente espiritual. Lo que él representó y la forma en que inspiró al mundo para ser genial y hacer cosas geniales, seguirá tocando lo más profundo de nuestros corazones. Espero que esta biografía inspire a otros no solo a amarse a sí mismos, sino también a marcar la diferencia en las vidas de los demás y alentarnos a ser la mejor versión de nosotros mismos». Rasheda Ali, hija de Muhammad Ali

Muhammad Ali significa muchas cosas para mucha gente. Muchos lo ven como el mejor campeón de boxeo de los pesos pesados y deportista surgido en los tiempos modernos. Otros se sienten inspirados por su coraje y su labor humanitaria. Personas de todos los ámbitos de la vida son conscientes de esta figura simbólica y célebre, cuyo popular atractivo y notoriedad siguen siendo evidentes a pesar de su fallecimiento. En estas páginas, los devotos admiradores de «the Greatest», así como aquellos que solo lo conocían a través de vídeos poco nítidos de YouTube o imágenes de televisión, descubrirán algo nuevo sobre una leyenda contemporánea.

En la cima de su carrera, el conocido como «the Greatest» («el más grande») ingresó en el Libro Guinness de los récords por ser la persona de quien más se había escrito en el mundo. Lo cierto es que los atletas pueden ser recordados en sus respectivos deportes, pero a muy pocos se les recuerda por haber cambiado el mundo. El propio Ali siempre se mostró humilde sobre su figura, algo característico en él. «Soy el hombre más reconocido y amado que jamás haya existido porque en tiempos de Jesús o Moisés no existían los satélites» contó en una entrevista no mucho después de que John Lennon proclamase que los Beatles eran más grandes que Jesús.

El autor, Fiaz Rafiq, popular también por la biografía que dedicó a Bruce Lee, repite en este libro la fórmula de entrevistar al entorno cercano de Ali como una de las mejores vías para mostrar una nueva perspectiva de un icono tan querido. Así, entre los entrevistados en exclusiva para el libro, se encuentran personajes tan destacados del boxeo como George Foreman, Larry Holmes, Chuck Wepner, Joe Bugner, Angelo Dundee, Don King, Jim Brown, Lou Gossett Jr., Harry Edwards, Butch Lewis, Sugar Ray Leonard o Evander Holyfield, miembros de su familia —con recuerdos de primera mano de los hijos de Ali, algunos de los cuales nunca habían hablado antes en público de su padre— y algunos de los principales y más destacados periodistas deportivos que trabajaron y vivieron al lado de este icono.

Ali fue un catalizador del cambio social, del que se hizo eco, lo que le granjeó el cariño de la gente. El lado humano del hombre y del personaje público no solo resulta conmovedor, sino que define profundamente la esencia del verdadero carácter de Ali. Rafiq consigue, a partir de un exhaustivo trabajo de investigación, ofrecer una lectura equilibrada y apasionante sobre su vida que profundiza en muy diversas facetas no tan exploradas como su trayectoria en el boxeo, que cosechó infinidad de portadas, columnas, artículos y entrevistas. El resultado se refleja en esta obra que permite, como nunca antes, descubrir a un hombre vibrante, con sentido del humor e intuitivo que, además, era una persona cálida, afectuosa y accesible: un púgil asombroso que era tan amable fuera del ring como feroz dentro de él.

LA FAMILIA La familia de Ali — el apoyo que le brindaron, las lecciones que le enseñaron e incluso las formas en las que no pudieron ayudarle — tuvo un gran impacto en su carrera. A pesar de haber contraído matrimonio cuatro veces (con Sonji Roi, Belinda Boyd, Veronica Porche y Yolanda Williams, comúnmente conocida como Lonnie) y de tener sus correspondientes problemas domésticos, Ali fue un incondicional hombre de familia. Tuvo nueve hijos: Maryum, Rasheda, Jamillah, Hana, Laila, Khaliah, Miya y Muhammad hijo. Laila es, probablemente, la más destacada de todos tras forjarse una carrera en el boxeo con gran éxito. Dos de sus hijas, Khaliah y Miya, nacieron fuera del matrimonio, y Assad Amin fue hijo adoptivo. Por desgracia, como les ocurre a muchos padres, Ali no pudo pasar demasiado tiempo con sus hijos y verlos crecer. Sin embargo, era un buen padre y los amaba a todos.

Aunque el árbol familiar de Ali está enmarañado, se esforzó por mantener buenas relaciones con sus hijos y con sus madres. Como todo buen padre, Ali apreciaba el tiempo que pasaba con su prole y procuraba compensar las horas que pasaba en la carretera o en otras ciudades colmándolos de afecto cuando los veía. De los relatos íntimos de los miembros de la familia, que probablemente conocen mejor que nadie al hombre que subyace al personaje público, surge la verdadera imagen detrás de la leyenda. Aunque Ali era conocido por su fanfarronería y su personalidad franca, tras esa fachada y sus bromas, mostraba la personalidad opuesta a puerta cerrada, una cara oculta para la mayoría de los extraños. En privado, Ali era un hombre tranquilo, lejos de la imagen que representaba ante las cámaras y la prensa para promocionar sus combates. El contraste entre ambas facetas de su personalidad era profundo.

LA PRENSA Dos días después de su primer combate con Liston en 1964, Ali reveló en una rueda de prensa que se había unido a la Nación del Islam, posiblemente la organización más temida y denostada en Estados Unidos en aquella época. La prensa lo vilipendió, a pesar de que por aquel entonces llevaba años vendiendo periódicos a su costa: primero como el joven y descarado campeón olímpico, luego como el engreído bocazas sin esperanzas de vencer al taciturno campeón e incluso, unos días antes, como el nuevo campeón que les dijo a todos que se comieran sus palabras. Fue otro notable momento de un hombre cuya relación con el mundo estaba definida, en gran parte, por su prensa.

Teniendo en cuenta que Ali se convirtió en el rostro más famoso del país, sorprende quizá que fuera también uno de los atletas más accesibles de su tiempo. Hablaba con los reporteros durante horas, alargando las conferencias de prensa más allá del tiempo programado y, asimismo, permitía que los periodistas accedieran al gimnasio y los invitaba a su casa. Según Bobby Goodman, que trabajó durante años con Ali como agente de relaciones públicas, Ali hizo más que nadie — boxeador, promotor o cualquier otro — para promocionar y publicitar sus combates. Además, mientras las estrellas prominentes pueden mostrarse a menudo reservadas y distantes, como se puede comprender, la relación de Ali con los medios de comunicación era, en general, excelente.

Esta política de puertas abiertas continuó incluso después de que el campeón se retirase. Además, trataba a todos por igual, independientemente de lo grande o conocido que fuera el medio de comunicación. La fama mundial de Ali se le puede atribuir a muchas cosas: sus hazañas dentro del cuadrilátero, su singular personalidad y la controversia que suscitaron sus pronunciamientos políticos. Sin embargo, los cronistas deportivos y los periodistas desempeñaron un papel fundamental en la mitificación de su vida.

LOS OPONENTES Cuando terminó el combate, ¿estabas resentido? ¿Qué pensabas? Cuando terminó el combate, naturalmente que estaba resentido, triste y herido. Había perdido la corona deportiva más preciada que se pudiera recibir: el campeonato mundial de peso pesado. Me sentí herido, realmente devastado, durante mucho tiempo. Cuando puse mis ideas en orden, lo primero que deseaba ante todo era la revancha. Nunca logré la revancha. Por alguna razón, Ali nunca quiso volver a boxear conmigo. Dejé el ring en 1977, claro, y él siguió con su carrera. Cuando regresé al boxeo, hacía tiempo que él lo había dejado.

GEORGE FOREMAN Usted ha boxeado contra Mike Tyson y Muhammad Ali.
¿Cómo los compararía a ambos? No sé por qué se menciona su nombre [el de Tyson]. No sabía boxear. Solo demostró que no podía mantener el título. ¿Lo vas a comparar como un gran boxeador? ¡No sabía boxear!
¿Se hizo amigo de Muhammad Ali? Éramos amigos. Lo éramos antes de boxear contra él. Éramos amigos ya en 1971 cuando lo conocí por primera vez. Siempre hemos sido amigos.
¿Qué fue lo más interesante que le dijo? No sé nada interesante.
¿Qué voy a hacer? ¿Retroceder el reloj más de treinta años? No puedo recordar lo que pasó hace treinta años. ¿Cómo decirlo? Todo lo que sé es que boxeé contra él y le gané. Me puse en forma para vencerlo y trabajé con él como compañero de entrenamiento. Era un gran tipo. Yo no guardaba rencor. Él no guardaba rencor. Salí y le vencí. Él no me daba consejos ni yo seguía consejos suyos. No lo hice. No le dejé que me diera consejos porque hice lo que quería hacer, porque él intentaba vencerme todos los días en el gimnasio. Eso es lo que él intentaba hacer: ganar cada día.

*Contenido original proporcionado por Comunicación Libros Cúpula

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