200 aniversario del fallecimiento de Napoleón
Napoleón es ante todo el hijo de una época de transición, la del paso del viejo mundo feudal a una nueva sociedad burguesa. Encarna todas las contradicciones de esta época, su nombre está asociado a una ambición desmesurada y un poder despótico, a guerras crueles y sangrientas. Pero también nos recuerda el coraje y la audacia manifestados en las campañas italianas, el talento que supo atreverse, el hombre de Estado que asestó golpes mortales a una Europa feudal ya decrépita.
Napoleón Bonaparte
de Albert Manfred
Albert Manfred, genuino maestro en el arte de narrar la historia, consigue plasmar en esta biografía de Napoleón Bonaparte todos los matices de un hombre extraordinario y de la época que alumbró.
Un Napoleón Bonaparte que se nos aparece con el tiempo en toda su contradicción. El historiador soviético Albert Manfred comienza trazando un excelente retrato del joven Bonaparte, discípulo de Rousseau y de Raynald, jacobino y robespierrista, defensor de los ideales republicanos de la Revolución para ir desgranando su evolución gradual y su transformación en autócrata, en avasallador de Europa, en constructor de un Imperio a golpe de bayoneta.
Considera que Bonaparte traicionó el gran secreto de sus rutilantes triunfos militares: el entusiasmo revolucionario del pueblo que empujaba a sus soldados, lo que le llevó a su fracaso final. Manfred consigue plasmar en estas páginas todos los matices de un hombre extraordinario, así como los excelentes retratos psicológicos de numerosas personalidades históricas que le acompañaron, presentando un retrato verídico y fiel de Bonaparte y de la época que alumbró.
Waterloo
18 de junio de 1815: la batalla por la Europa moderna
de Andrew Roberts
La batalla de Waterloo fue uno de esos hitos históricos «una línea divisoria, un punto de inflexión, un suceso de los que marcan una época, un láser direccional del pasado hacia el futuro» de los que depende nuestra comprensión del pasado.
La pérdida de vidas en ambos bandos fue devastadora. Podríamos decir que se trató de un enfrentamiento en el que, en cierto sentido, ambos bandos resultaron perdedores. En última instancia, la victoria y la gloria imperecedera fueron atribuidas, con todo merecimiento, a Wellington. El desenlace de la batalla marcó un punto de inflexión crucial y perdurable en la historia de Europa.
La derrota de Napoleón Bonaparte en Waterloo supuso el ocaso de éste y el fin de su sueño imperial, mientras que la victoria de Wellington significó el inicio de una nueva aventura imperial inglesa.
La Europa revolucionaria 1783-1815
de George Rudé
Escrito por una de las principales autoridades en historia social esta obra maestra de George Rudé ofrece una crónica antes de la gran agitación, que describe tanto el desarrollo de la Revolución en Francia como el gobierno de Napoleón y su impacto e influencia en Europa.
En París, bajo el himno de la Marsellesa, la Revolución desembocó en el Terror, ocaso del horizonte de concordia y fraternidad, y la razón moderna se encarnaba en un nuevo Imperio que se extendería por Europa con las victorias de los ejércitos napoleónicos. En La Europa revolucionaria George Rudé, autoridad y referencia en historia social, ofrece una crónica previa a la gran agitación y describe tanto el desarrollo de la Revolución en Francia como el gobierno de Napoleón y su impacto e influencia en el resto de Europa y el mundo.
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