Roma soy yo
de Santiago Posteguillo
DESPUÉS DE JULIO CÉSAR, EL MUNDO NUNCA VOLVIÓ A SER EL MISMO.
Si alguna vez hubo un hombre nacido para cambiar el curso de la Historia, ese fue Julio César. Su leyenda, veinte siglos después, sigue más viva que nunca.
Roma, año 77 a.C. El cruel senador Dolabela va a ser juzgado por corrupción, pero ha contratado a los mejores abogados, ha comprado al jurado y, además, es conocido por usar la violencia contra todos los que se enfrentan a él. Nadie se atreve a ser el fiscal, hasta que de pronto, contra todo pronóstico, un joven patricio de tan solo veintitrés años acepta llevar la acusación, defender al pueblo de Roma y desafiar el poder de las élites. El nombre del desconocido abogado es Cayo Julio César.
Combinando con maestría un exhaustivo rigor histórico y una capacidad narrativa extraordinaria, Santiago Posteguillo logra sumergir al lector en el fragor de las batallas, hacerle caminar por las calles más peligrosas mientras los sicarios de los senadores acechan en cualquier esquina, vivir la gran historia de amor de Julio César con Cornelia, su primera esposa, y comprender, en definitiva, cómo fueron los orígenes del hombre tras el mito.
Hay personajes que cambian la historia del mundo, pero también hay momentos que cambian la vida de esos personajes. Roma soy yo es el relato de los extraordinarios sucesos que marcaron el destino de César.
Santiago Posteguillo, doctor europeo por la Universitat de València, es en la actualidad profesor titular en la Universitat Jaume I de Castelló. Ha estudiado literatura creativa en Estados Unidos, y lingüística y traducción en diversas universidades del Reino Unido. En 2006 publicó su primera novela, Africanus: El hijo del cónsul, el inicio de una trilogía que continuó con Las legiones malditas y La traición de Roma. También es autor de la «Trilogía de Trajano», compuesta por Los asesinos del emperador, Circo Máximo y La legión perdida.
Posteguillo recibió el Premio a las Letras de la Generalitat Valenciana en 2010, el Premio Barcino de Novela Histórica de Barcelona en 2014 y, en 2018, fue galardonado con el Premio Planeta por su novela Yo, Julia, a la que siguió Y Julia retó a los dioses en 2020. Es el autor más vendido de novela histórica en lengua española con más de 4.000.000 de lectores.
Además, en 2018 fue profesor invitado del Sidney Sussex College de la Universidad de Cambridge.
Con Roma soy yo arranca su proyecto literario más ambicioso: una serie de novelas dedicadas a la vida de Julio César.
Santiago Posteguillo publica Roma soy yo, primera entrega sobre la vida de Julio César, su proyecto literario más ambicioso
El próximo 5 de abril Santiago Posteguillo publicará Roma soy yo en Ediciones B, primera entrega de un gran relato sobre la vida de Julio César. Se trata del proyecto literario más ambicioso de Santiago Posteguillo, indiscutiblemente el autor más importante de novela histórica en lengua española, con 4.000.000 de ejemplares vendidos. Centrada en la juventud del personaje, Roma soy yo parte de un episodio muy poco conocido: el momento en el que Julio César se da a conocer al pueblo romano como abogado en un juicio de enorme trascendencia política contra el poderoso y corrupto senador Dolabela. La novela también nos conduce por su infancia y sus años de formación, así como en su primera victoria militar, para guiar al lector hasta un final lleno de emoción y épica en el que, tras esos primeros años en los que se va dibujando la figura de un extraordinario estratega, surge el gran personaje histórico: el primer César. La novela se publica en todos los territorios de habla hispana, en catalán en el sello Rosa dels Vents (Roma soc jo), y se lanzará también en formato ebook y en audiolibro.
« Sé que muchos me preguntarán por qué no he escrito antes sobre Julio César. La respuesta es sencilla: tal y como yo entiendo la narrativa histórica, un neófito, un no experto en la materia, no puede levantarse un día y escribir sobre este personaje como si estuviera escribiendo cualquier otra novela. Julio César, simplemente, no funciona así. Su vida, su leyenda, su mito es demasiado grande para atreverse a escribirlo sin sentirse uno antes adecuadamente equipado. El propio William Shakespeare escribió algunas de sus grandes obras antes de atreverse con él. Yo siempre he querido escribir sobre César, pero sentía que debía merecer escribir sobre él. Sólo después de Escipión, Trajano y Julia, de dos trilogías y una bilogía, sólo después de más de 7.000 páginas escritas sobre la antigua Roma, sólo después de sentir que empiezo a tener una comprensión global del mundo romano, sólo entonces es cuando me he sentido con la capacidad suficiente para acometer el que, sin duda, será mi mayor desafío literario.»
Santiago Posteguillo empieza su mayor proyecto literario: novelar la vida del personaje más icónico de la Antigua Roma.
«Siempre he querido escribir sobre César, pero sentía que debía merecer escribir sobre él. Sólo después de Escipión, Trajano y Julia, de dos trilogías y una bilogía, sólo después de más de 7.000 páginas escritas sobre la antigua Roma, sólo después de sentir que empiezo a tener una comprensión global de la época romana, sólo entonces es cuando me he sentido con la capacidad suficiente para acometer el que, sin duda, será mi mayor desafío literario.» Santiago Posteguillo
¿Por qué leer Roma soy yo?
- Con más de 4.000.000 de ejemplares leídos en todo el mundo, Santiago Posteguillo es el referente de novela histórica en nuestro país.
- Con esta novela arranca el proyecto literario más ambicioso de Santiago Posteguillo: una serie que acercará a millones de lectores la historia de Julio César. Los siguientes libros abordarán episodios clave de su vida, desde la guerra de las Galias hasta su historia de amor con Cleopatra.
- El autor combina con maestría su exhaustivo rigor histórico con una capacidad narrativa extraordinaria.
NOTA DEL AUTOR
Siempre he querido escribir sobre Julio César. Desde pequeño, desde aquel viaje de infancia a Roma con mis padres cuando tenía seis años. Entonces aún no sabía qué suponía escribir, pero aquel mundo de la antigua Roma me apasionaba.
Siempre he querido escribir sobre Julio César. Desde que en la adolescencia leía las historias de Astérix y veía como éste y Obélix sacaban de sus casillas una y otra vez al legendario líder romano. Yo creo que incluso, desde la broma y el humor, los guiones de Goscinny sobre Astérix destilan esa admiración inconmensurable ante el mito de César.
Sé que muchos me preguntarán por qué, si mi obsesión viene de tan atrás, no he escrito antes sobre Julio César. La respuesta es sencilla: tal y como yo entiendo la narrativa histórica, un neófito, un no experto en la materia, no puede levantarse un día y escribir sobre este personaje como si estuviera escribiendo cualquier otra novela. Julio César, simplemente, no funciona así. Su vida, su leyenda, su mito son demasiado grandes para que uno se atreva a abordarlos si no se siente antes adecuadamente equipado.
Yo siempre he querido escribir sobre César, pero sentía que debía merecer escribir sobre él. Sólo después de Escipión, Trajano y Julia, de dos trilogías y una bilogía, sólo después haber escrito más de 7.000 páginas sobre la antigua Roma, sólo después de sentir que empiezo a tener una comprensión global del mundo romano, sólo entonces me he sentido con la capacidad suficiente para acometer el que, sin duda, será mi mayor desafío literario.
Sobre Julio César han escrito muchos, hasta los más grandes. El propio Shakespeare creó una magistral obra de teatro sobre el magnicidio del líder romano y sus consecuencias. Ni siquiera él, ni siquiera el propio Shakespeare, se atrevió con César al principio de su producción literaria. Dependiendo de la cronología que consideremos sobre sus obras, Shakespeare escribió unas veintisiete obras literarias hasta atreverse con él. Antes, Shakespeare cultivó su estilo para dotarlo de recursos literarios, de un lenguaje perfecto y de un dramatismo inigualable en escena para narrar el mayor de los relatos históricos. En modo alguno me comparo con él; sólo intento ilustrar que si hasta el más grande de los escritores se lo pensó mucho y bien antes de narrar a César, cuánto más yo. Sólo he tomado nota de la inteligente prudencia del genial bardo inglés.
Abordo esta novela reconstruyendo con todo detalle la primera gran aparición pública de Julio César en el foro de Roma, porque siempre me pregunté: ¿cuándo empezó Julio César a ser conocido como alguien relevante para los romanos? Su nombre ha pasado a ser equivalente a emperador o líder supremo en español y en múltiples lenguas. La palabra kaiser en alemán viene de César, y la palabra zar, en ruso, también. Pero ¿cuándo fue la primera vez que la gente del mundo romano usó la palabra César para aclamar a alguien como líder, en su caso, en un primer momento, al propio Julio César? De eso va esta novela.
Roma soy yo narra el primer juicio en que César, entonces un abogado de sólo veintitrés años, aceptó actuar como fiscal en un proceso que parecía imposible de ganar, enfrentándose al todopoderoso senador Dolabela. Sin embargo, para narrar este episodio tan poco conocido y nunca antes novelado de su vida, he necesitado explicar de dónde venía y quién era el joven César.
Quienes lean la novela irán conociendo a Aurelia, la madre del héroe, forjadora de su carácter indómito; a su tío Cayo Mario, el mayor de los líderes romanos del momento, hasta siete veces cónsul y un militar sobresaliente que adiestra a César en el arte de la guerra; a Cornelia, la primera esposa de César, de quien el joven romano estuvo apasionadamente enamorado hasta estar dispuesto a arriesgar su vida por ella; al propio acusado Dolabela, de modo que conozcamos de primera mano, uno a uno, los horribles crímenes que realizó y que están siendo sometidos a juicio; a Sila, dictador todopoderoso de Roma, enemigo mortal de Cayo Mario y, en consecuencia, del propio César, que hace todo lo posible y lo imposible por acabar con el joven César antes de que se convierta en un enemigo peligroso; y a Tito Labieno, amigo personal del protagonista, compañero leal y apoyo constante de César durante sus primeros años de vida política y de combate militar. La novela es un desfile de personajes singulares, enormes en su bondad o en su maldad, entre los que surge, poco a poco, la inmensa figura de un Julio César que está destinado a cambiar la historia del mundo.
Realmente, Roma soy yo no es sólo una novela. Roma soy yo es el principio de un gran relato de largo aliento al que dedicaré los próximos diez años de mi vida en una intensa serie de novelas. Y es que narrar a César al completo, sin que se revuelvan los dioses romanos contra mí en sus templos, no requiere menos. El desafío literario ha empezado. Como diría alguien que yo me sé, Alea iacta est: la suerte está echada. César es mi particular cruce del Rubicón. No hay vuelta atrás.
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