El asesino sin rostro
En 1976 empezó a actuar uno de los asesinos en serie más crueles y escurridizos que jamás ha visto California. Tras estudiar los hábitos de sus víctimas, el criminal las asaltaba en sus casas provisto de un pasamontañas y una linterna. Comenzó violando a mujeres y más adelante se convirtió en asesino. Llevó el terror a otro estado y, de golpe, cesó su actividad criminal y su rastro desapareció. Décadas más tarde, la guionista y periodista Michelle McNamara se sintió atraída por este macabro caso sin resolver y reabrió por su cuenta la investigación y se obsesionó con revelar la identidad y atrapar a una bestia devenida un fantasma. Fue una tarea que le costó la vida.En este artículo, Antonio Lozano cuenta porque El asesino sin rostro es uno de los mejores True Crime que se han publicado. |