El deseo de los accidentes

El deseo de los accidentes
de Rafael Caunedo

Biografía del autor

Rafael Caunedo

Me gusta ver a mis hijas dormir; me gusta el rugby desde la grada y el tenis en la pista; los cuadernos nuevos y los coches viejos; me gusta el fuego con un piano de fondo; tengo debilidad por los flequillos largos y cruzados, de esos que hay que sujetar detrás de la oreja; enloquezco cuando una mujer se coloca el flequillo detrás de la oreja; me gusta el francés, hablado, no escrito; el color negro y el turquesa; andar descalzo en casa; las gafas siempre limpias y la imaginación, a veces, sucia; escuchar a los que saben e ignorar a los que se creen saber; me gusta pasear con las manos en los bolsillos y sentir cómo todo el mundo tiene más prisa que yo; disfruto observando desde la distancia y de las terrazas al sol en otoño, vacías, con un camarero veterano de chaquetilla blanca y sin peinado de futbolista; me gusta que me pongan una pasta en el platillo del café; me gusta la gente que sonríe cuando saluda y la que llora en el cine.

No me gustan los tatuajes que se borran; odio a la gente que te ofrece un antídoto después de envenenarte; no me gustan las bombillas de mucha potencia, el mus ni las apuestas; no entiendo las tendencias, ni que las sigan; no me gustan los referentes, las selecciones por defecto ni la política en funciones; no me gustan las escaleras de caracol; enfermo al entrar en un banco; no aguanto secarme con una toalla mojada y tampoco que me pidan que sonría para hacerme una fotografía; no me gusta que me toquen la cabeza ni las respuestas por silencio administrativo; odio que los relojes se atrasen, las subtramas y los baños sin ventana; no me gustan las camisetas sin mangas ni los sobacos que las llevan; no puedo con los bolígrafos de punta fina ni con los tramposos de manga ancha; odio el despertador de los lunes…, y de los martes; no me gusta meterme en un coche aparcado al sol, la ropa de colores chillones ni los álbumes de fotos en los que aparezco.

Sinopsis

El matrimonio de Blanca, policía antidisturbios, y Alberto, profesor de Historia en un instituto, no pasa por su mejor momento a pesar de que acaban de ser padres. Después de su baja maternal, Blanca vuelve al trabajo, pero nada es como antes: siente que ya no está en forma y no puede dejar de pensar en su pequeña. El primer día la envían a cubrir la seguridad de un partido de la Champions, pero el fallo en el tiro de una bala de goma en una de las cargas policiales provocará que esa noche acabe de manera trágica. Este fatídico accidente supondrá el descenso a los infiernos de Blanca, que entrará en una espiral de destrucción con consecuencias devastadoras.

Con una sensibilidad extraordinaria para transmitirnos las emociones de unos personajes totalmente humanos, este thriller psicológico con tintes de domestic noir nos habla sobre el lado más oscuro del matrimonio, los conflictos de la maternidad, las consecuencias de seguir nuestros instintos y la obsesión por la búsqueda de la verdad.

Una novela en la que los deseos más íntimos lo hacen estallar todo, donde víctimas y culpables se confunden y nadie es lo que parece.

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¿Qué consecuencias tiene en nuestra vida satisfacer nuestros más íntimos deseos?

Un magnífico domestic noir donde víctimas y culpables se confunden

Con una sensibilidad extraordinaria para transmitirnos las emociones de unos personajes totalmente humanos, este thriller psicológico con tintes de domestic noir nos habla sobre el lado más oscuro del matrimonio, los conflictos de la maternidad, las consecuencias de seguir nuestros instintos y la obsesión por la búsqueda de la verdad.

Leer a Rafael Caunedo resulta tremendamente adictivo, mantiene al lector en tensión sin engaños, con credibilidad, mostrándole las piezas del puzle para que sea él quien las encaje. Y todo envuelto en un relato lleno de emoción que no da tregua y con una estructura narrativa sólida que permite observarnos como sociedad ante un gran abanico de pasiones. En esta novela los deseos más íntimos son los que lo hacen estallar todo, ya que el autor no ceja en el intento de buscar la humanidad de los personajes en su amor y su desamor, en su generosidad y su egoísmo, su entrega abnegada y sacrificio, sus búsquedas incesantes y la manera en que se anegan en la inmensidad de su ser.

EL RELATO

El matrimonio de Blanca, policía antidisturbios, y Alberto, profesor de Historia en un instituto, no pasa por su mejor momento a pesar de que acaban de ser padres.

Ella es la sargento Blanca Zárate y trabaja en uno de los doce grupos operativos de la Unidad de Intervención Policial de Madrid, la U.I.P., a la que todo el mundo conoce como «los antidisturbios». La apodan Kung Fu Panda porque parece dulce por fuera pero puede dar unos golpes mortales. Tras un embarazo difícil, al fin nace su preciosa hija Edurne, pero cuando vuelve al trabajo nada es como antes: siente que ya no está en forma y no puede dejar de pensar en su pequeña. El día que se reincorpora la envían a cubrir la seguridad de un partido de la Champions, pero el fallo en el tiro de una bala de goma en una de las cargas policiales provocará que esa noche acabe de manera trágica. Este fatídico accidente supondrá el descenso a los infiernos de Blanca, que entrará en una espiral de destrucción con consecuencias devastadoras.

Esa primera mañana, su esposo Alberto finge estar dormido, como en tantas otras ocasiones, pues hace tiempo que el matrimonio está cada vez más distanciado. Alberto es profesor de instituto y según los chavales es un «profe enrollado». Pero lleva diez años haciendo lo mismo y puede repetirlo de memoria; su vida es una secuencia repetitiva de rutinas, como su matrimonio. Lo único diferente es que ahora está escribiendo una novela. Y que tiene una aventura.

Lo demás tendrás que descubrirlo tú mismo…

NOTA DEL AUTOR
RAFAEL CAUNEDO
«Un accidente es un suceso eventual e imprevisto que altera el orden regular de las cosas y puede provocar daño involuntario a las personas. Como escritor, siempre he tenido predilección por todo lo que sea eventual, imprevisto e involuntario. Las casualidades, como los accidentes, me fascinan; no por el hecho en sí, sino por la imposibilidad de gobernarlas. De una manera u otra, nuestras vidas dependen de ellas.

Elegir el camino de la derecha o el de la izquierda, subir o bajar, abrir o cerrar, aceptar o rechazar, avión o tren; todo son decisiones que, en la mayoría de las ocasiones, apenas meditamos. Solo cuando pasa el tiempo nos planteamos qué hubiera sido de nosotros si hubiéramos elegido la otra opción.

En un accidente, como en la más cruel de las casualidades, pueden confluir elementos que lo convierten en letal. Un solo suceso, un mal día en la oficina, y nuestra vida se va al traste. Y mientras queremos reconducirla, sentimos que todo se desmorona y no podemos hacer nada salvo empeorarlo.

Y eso es justo lo que decide hacer Blanca, la sargento de antidisturbios que vuelve al trabajo después de su baja por maternidad y un accidente se cruza en su camino. Cree que destrozando todo podrá volver a empezar, eliminando el adjetivo involuntario del concepto de accidente.»

Rafael Caunedo (Madrid, 1966) estudió Derecho en la Universidad Complutense hasta que se dio cuenta de que prefería el lado creativo de la vida. Admira la creación en cualquiera de sus variantes y su pasión es la ficción, incluida la adaptación de la propia realidad. Ha publicado las novelas Plan B (2009, Premio Atlantis Isla de las letras), Helmut (2011), Se acabó (2014) y Lo que ella diga (2017). Es coordinador del club de lectura del Ámbito Cultural de El Corte Inglés y profesor en el taller de escritura de Carmen Posadas. Vive en Madrid, ciudad a la que ama.

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