El médico de Himmler: El hombre que salvó a miles de personas del Holocausto
de François Kersaudy

La verdadera historia de la lista de Kersten, un relato desconocido de terror, fanatismo, generosidad y heroísmo.

Hasta las figuras más temibles de la historia tienen sus debilidades, y la de Heinrich Himmler fue sin duda su médico, cuyas manos milagrosas eran las únicas capaces de aliviar sus insoportables calambres abdominales. Felix Kersten, nacido en Estonia y formado por un maestro tibetano en Finlandia, era uno de los fisioterapeutas más prestigiosos de los años treinta, con una agenda internacional de pacientes y un buen patrimonio. En 1939, recibió la petición de atender a Himmler y, tras vencer sus dudas iniciales, se convirtió en su médico personal o, en palabras del Reichsführer, en su «Buda mágico». En lugar de recibir honorarios, pidió que le remuneraran mediante la liberación de judíos y combatientes de la resistencia.

Todos conocemos a Oskar Schindler, que salvó a mil judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Pero sabemos mucho menos de la hazaña de Kersten y, sin embargo, el Congreso Judío Mundial estableció en 1947 que este hombre había salvado en Alemania a «unos cien mil prisioneros de distintas nacionalidades, entre ellos sesenta mil judíos, arriesgando su vida», una cifra sin duda subestimada.

Para seguirle los pasos a Kersten, François Kersaudy, gran especialista en la Segunda Guerra Mundial, se ha sumergido en diarios, notas y declaraciones en seis lenguas de los principales protagonistas, y emplea todo este material para narrar de un modo admirable esta trama sin un ápice de ficción.

François Kersaudy es un historiador que ha impartido clases en la Sorbona y en la Universidad de Oxford. Es especialista en historia diplomática y militar contemporánea. Habla nueve lenguas, ha recibido doce premios por sus obras. Su biografía de Winston Churchill obtuvo en 2001 el Gran Premio de Historia de la Societé des Gens de Lettres de Francia.

Nota de prensa

Felix Kersten fue un terapeuta alemán que se nacionalizó finlandés por motivos profesionales y que aprendió la técnica de la «terapia fisioneural» de la mano de un médico tibetano que, deseoso de regresar a su país, le pasó su cartera de pacientes. Kersten aprendió a manejar aquella técnica con tanta pericia que atrajo a su consulta no solo a enfermos de toda Europa, sino también de Estados Unidos. De hecho, su fama alcanzó tales cotas que el mismísimo Heinrich Himmler, aquejado de unos dolores abdominales tan agudos que incluso le provocaban calambres, solicitó sus servicios. Kersten acabó convirtiéndose en el terapeuta personal del Reichführer —y de otros dirigentes nazis— y, además de conseguir que firmara la liberación de una enorme cantidad de presos, le sonsacó información clasificada que después hizo llegar al gobierno sueco. Especialmente interesantes son las conversaciones —aquí reproducidas de un modo fidedigno gracias a los documentos obtenidos por el autor— que Himmler y Kersten mantuvieron, durante las sesiones de terapia, sobre los límites de la responsabilidad en la toma de decisiones que implicaban la muerte de otras personas.

Aunque se ha escrito sobre Felix Kersten, nadie había emprendido una investigación tan profunda para contar su historia, y no se había conseguido fijar la verdad sobre los motivos que le llevaron a jugarse la vida para salvar a miles de desconocidos. Los historiadores habían dibujado hasta el momento un retrato algo confuso sobre su persona, considerándolo unas veces un benefactor de la Humanidad que incluso mereció ser propuesto para el Premio Nobel de la Paz, y otras un pícaro que actuó siempre en propio beneficio. basándose en una profunda investigación. De ahí la importancia de la biografía que ahora presenta François Kersaudy, reconocido historiador políglota y especializado en la Segunda Guerra Mundial, construida no sólo a partir de las memorias del propio Kersten, sino también de los testimonios de cuantos lo trataron, así como de documentos diplomáticos de la época, de informes de comisiones parlamentarias, de archivos del Instituto neerlandés de Documentación sobre la Segunda Guerra Mundial y de recopilaciones de textos publicados por Arno Kersten, hijo de Felix. Con todo este material, escrito en alemán, inglés, sueco, noruego, danés y holandés, el autor ha reconstruido un episodio fundamental para la historia europea: el del terapeuta que, aprovechando los ataques de estrés de Himmler, salvó la vida a miles de personas.

El médico de Himmler zanja de un modo definitivo las discusiones existentes en torno a la figura de Felix Kersten, además de poner fin a las exageraciones o menosprecios con los que tradicionalmente se analizaba su participación en la toma de decisiones del alto mando alemán. Por fin los lectores pueden conocer la vida del hombre que salvó a miles de personas del Holocausto.

*Contenido original proporcionado por la editorial Penguin Random House Grupo Editorial

Críticas

«Kersten no alcanzó una gloria similar a la de Schindler. ¿Por qué? Esta obra -rigurosa, minuciosa, implacable- le otorga un reconocimiento tardío».
Le Point

«Increíble pero cierto. Kersaudy conoce los misterios del régimen nazi como la palma de su mano, y le ofrece la consagración histórica a este héroe a la vez grandioso y modesto».
Le Figaro

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