Estación. Ida y vuelta

Reseña del libro «Estación. Ida y vuelta» de Rosa Chacel.

Estación. Ida y vuelta es una obra de Rosa Chacel, una de las escritoras más importantes de la literatura española del siglo XX. Se trata de un texto que combina la narración, el ensayo y la autobiografía, en el que la autora reflexiona sobre su vida, su obra y su época.

El libro se publicó por primera vez en 1930, en la revista Cruz y Raya, dirigida por José Bergamín. Posteriormente, se reeditó en 2020 por la editorial Cuadernos del Vigía, con un prólogo de José-Carlos Mainer. En él, el crítico literario destaca la calidad de la lengua literaria de Chacel, que nos permite reconstruir el fondo, el contexto y el ambiente de su experiencia vital e intelectual.

Estación. Ida y vuelta se estructura en tres partes: «Estación», «Ida» y «Vuelta». En la primera parte, la autora narra su infancia y adolescencia en Valladolid, su ciudad natal, donde descubre su vocación literaria y artística. En la segunda parte, relata su viaje a Madrid, donde se casa con el pintor Timoteo Pérez Rubio y entra en contacto con el ambiente cultural de la Residencia de Estudiantes y la Generación del 27. En la tercera parte, cuenta su regreso a Valladolid, donde se enfrenta a la realidad social y política de una España convulsa por la dictadura de Primo de Rivera y el advenimiento de la Segunda República.

Estación. Ida y vuelta es un testimonio personal y colectivo de una época crucial de la historia española, visto desde la perspectiva de una mujer que busca su lugar en el mundo a través de la palabra. Es también una obra que cuestiona los límites entre los géneros literarios y que muestra la originalidad y el rigor del proyecto literario de Rosa Chacel.

La trama de «Estación. Ida y vuelta» se centra en la vida de la protagonista, Erika, una mujer madura que regresa a España después de muchos años viviendo en América Latina. Erika es una mujer compleja y bien formada, y a través de su viaje de regreso, la autora nos ofrece un retrato íntimo de su vida, así como una reflexión sobre la vida misma.

A lo largo de la novela, vemos cómo Erika recorre la estación de trenes de Atocha en Madrid mientras reflexiona sobre su vida y sus relaciones. La autora utiliza la estación de trenes como una metáfora para la vida y la muerte, y en la novela, la estación se convierte en un lugar de transición donde los personajes se detienen antes de seguir adelante con sus vidas.

Uno de los aspectos más notables de «Estación. Ida y vuelta» es la forma en que la autora utiliza el lenguaje y la narrativa para explorar temas complejos como la identidad y el tiempo. La novela es escrita en un estilo poético y reflexivo que a menudo se mueve hacia la filosofía, lo que hace que sea una lectura enriquecedora para aquellos interesados en la literatura que se acerca al pensamiento profundo.

Además, la novela destaca por su representación realista de la vida y la sociedad españolas de la época en la que fue escrita. A través de los personajes de la novela, vemos cómo las tradiciones culturales y los valores sociales afectan a las vidas de los españoles, y cómo el amor y la amistad pueden afectar a las decisiones de las personas.

En resumen, «Estación. Ida y vuelta» es una novela que ofrece una visión íntima y poética de la vida y la muerte, así como una reflexión sobre la identidad y el paso del tiempo. La prosa poética y la narrativa reflexiva de Rosa Chacel hacen que esta novela sea una lectura enriquecedora para aquellos interesados en la literatura que se acerca al pensamiento profundo. Sin duda, una obra maestra de la literatura española contemporánea que debe ser leída por cualquier amante de la buena literatura.