La página 428
de Javier Muñoz Villén
Publicación: 2 junio 2021
Editorial: Espasa
Páginas: 400
ISBN: 978-8467062489
Biografía del autor
Javier Muñoz Villén nació en Madrid en septiembre de 1980, es licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid y trabaja desde hace quince años en una de esas grandes empresas que cotizan en el Ibex, pero su pasión son las letras y ha escrito su segunda novela utilizando solamente el móvil y la imaginación, aprovechando los instantes que le regala el día y alguna que otra hora robada por el insomnio a la madrugada.
Sinopsis
En 1979, la aparición del cadáver de Anne Sullivan, horriblemente mutilado en el idílico bosque de abedules que rodea el lago Pike, no es más que el primer indicio de que un asesino en serie anda suelto por la zona. ¿Quién mató a Anne Sullivan y a las otras muchachas? Dos policías de caracteres opuestos se verán absorbidos por la investigación hasta tal extremo que no podrán establecer un límite entre sus vidas públicas y privadas.
Cuarenta años más tarde, la psicóloga del departamento de policía, Katherine Nowak, empieza a dudar de su identidad tras unas palabras pronunciadas por su tía en su lecho de muerte. ¿Quién es ella realmente? ¿Murieron sus padres en un accidente de tráfico o su tía le ha estado mintiendo durante más de treinta años?
¿Y qué relación existe entre los asesinatos de 1979 y las dudas de la psicóloga?
Eso es algo que solo sabe el escritor que en 1989 visita una prisión de máxima seguridad para que un asesino lo ayude a afinar la trama de su novela hasta su última página: la 428.
La página 428 es un thriller psicológico que por medio de tres líneas temporales va conduciendo al lector, con suspense bien medido, hacia un final imprevisible.
Nota de prensa
Un thriller que es (también) un homenaje al género
UNA NOVELA APASIONANTE La página 428 es, ante todo, una novela apasionante y un thriller absorbente. Integra tres líneas temporales separadas por cuarenta años —1979, 1989 y 2019—, además de un capítulo que se detiene en siete momentos clave de las décadas de los cincuenta y sesenta, entre 1953 y 1971. Permítannos que no les demos pista alguna sobre estas siete vueltas al pasado, para evitar reventarles una parte fundamental de la trama.
ESTRUCTURA Y RITMO La novela tiene 400 páginas, divididas en 106 capítulos cortos y un sorprendente epílogo. Cada uno de esos capítulos se centra en uno de los tres períodos temporales y van alternándose. En la primera parte del libro, esa alternancia es regular, según el ciclo: 1979, 1989 y 2019. En la segunda, cuando el ritmo de la historia se acelera, la novela se desordena por el vértigo de los acontecimientos y los capítulos van alternándose en función de la necesidad narrativa. Javier Muñoz Villén moldea el ritmo a su conveniencia. En algunos momentos, sumerge al lector en unos paisajes y escenarios descritos con lirismo, en los que la historia avanza con calma, como un riachuelo hacia el lago Pike; en otros, en cambio, nos sube en una montaña rusa de diálogos afilados y de emociones a flor de piel.
DOS NOVELAS EN UNA En La página 428 nos encontramos con «dos novelas distintas», con sus propios protagonistas y una escritura (y una tipografía) diferenciada. Frente a la trama principal, que discurre por los tres hilos temporales ya señalados, se alza la misteriosa novela escrita, de forma febril y a veces desquiciada, por un anónimo autor de 1989 —pongamos que se llama Jake—. Algunos capítulos sueltos de esta última novela se intercalan entre los demás, aunque suelen ir tras uno centrado en 1989. En ambos casos se narra en tercera persona. En la trama principal es un narrador omnisciente que va focalizándose en un personaje diferente en cada capítulo. En cambio, en la novela escrita por Jake, el narrador está focalizado en el personaje del asesino James Crawford.
ESCENARIOS RECONOCIBLES La novela se enmarca en un ficticio condado de la América profunda, del llamado Rust Belt —el Cinturón de Óxido—, una región industrial del Medio Oeste que engloba áreas de una docena de estados como Michigan, Illinois, Ohio, etc. La ambientación es oscura, un guiño respetuoso y logrado a los escenarios propios de los thrillers literarios y cinematográficos clásicos norteamericanos. Hay ecos del Castle Rock de Stephen King y de Twin Peaks.
GUIÑOS Y PEQUEÑOS HOMENAJES Esos guiños también se trasladan a los perfiles de los personajes, a los diálogos y a algunas situaciones. Hay menciones explícitas a Horatio Caine, de CSI Miami, del que Chris, el marido de Katherine, es un fan, a Batman y al Joker, a Moriarty y a Sherlock Holmes. De este último mito del relato de misterio hay homenajes muy sutiles, a través de la calle en la que vive uno de los sospechosos del crimen de Anne Sullivan, Baker Street, y de la personalidad del misterioso asesino Jack, dotado de una singular capacidad de deducción. De hecho, Javier Muñoz Villén adapta una de las escenas más famosas de las historias de Sherlock Holmes, en la que éste muestra su capacidad de observación y deducción a partir de un pegote de barro que lleva el doctor Watson en una de sus botas. En La página 428, Jack lanza varias afirmaciones —algo muy sherlockiano— a partir del barro que mancha los zapatos del escritor Jake.
PERSONAJES INOLVIDABLES La galería de personajes es también un homenaje a la novela negra norteamericana. El autor conoce muy bien el género y juega con los tópicos con mucha habilidad, sin caer en la caricatura, y dando volumen psicológico tanto a los protagonistas como a los secundarios. Nos encontramos con un abanico muy reconocible de personalidades: policías corruptos y honrados, periodistas, camareras de bares de carretera, prostitutas, convictos, pobres diablos, traficantes de poca monta… y prósperos profesionales de clase media. Los diálogos son ágiles siempre y afilados como cuchillos cuando conviene.
DOMINIO DEL SUSPENSE A lo largo de La página 428 nos encontramos con distintas formas de suspense que nos mantienen atados a la lectura. Los capítulos suelen acabar abruptamente o anticipándonos hechos futuros de los que no da más pistas que alguna frase lapidaria —«parecía imposible que pudiesen tan siquiera imaginar que uno de los tres [policías] estaba a punto de morir» (p. 229)—. El lector conoce cosas que los protagonistas ignoran, aumentando la inquietud por su suerte. Hay también carreras contra el tiempo y giros dramáticos que nos sorprenden y llevan en una dirección contraria a la que creíamos.
LA BANDA SONORA En momentos puntuales de la novela, suena la música. Son canciones cuyas letras se relacionan con la acción, reforzándola y dando sentido a determinados sucesos. No podemos evitar ver la escena y escucharla en nuestra mente mientras leemos. Destacan Another brick in the wall, de Pink Floid; After Forever, de Black Sabbath; Blame It On the Boogie, de The Jacksons; The End, de The Doors; Saints in Hell, de Judas Priest, y hasta la obertura de Tristán e Isolda, el drama de Richard Wagner.
*Contenido original proporcionado por la editorial Espasa
REFERENCIAS LITERARIAS
A lo largo de los capítulos protagonizados por Jake y Jack —recuerden: el escritor y
el asesino— hay numerosas referencias a obras literarias clásicas, cuyos argumentos
o personajes el inteligente preso encaja con su situación personal y su forma de
entender la vida. Incluye varias referencias —muy norteamericanas, por otro lado—
a la Biblia: Apocalipsis y Evangelio de Lucas; también al Infierno de la Divina Comedia,
de Dante. Entre los clásicos del XIX cita a Hugo y Los miserables; a Dumas y El conde
de Montecristo; a Dostoievski y Crimen y castigo, y a Wilde y El príncipe feliz. Más
modernas son las referencias a Que no muera la aspidistra, de Orwell, y El señor de
las moscas, de Golding. Hay espacio también para la poesía de Emily Dickinson y
para autores más comerciales y tan populares como Stephen King y Agatha Christie.
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