Harry Potter y el legado maldito

Os traemos una reseña que nos ha enviado Alex Merino Aspiazu @al_merino Escritor y guionista. Doblador de Harry Potter en euskera. Apasionado del cine y las series, crítico en «EnClave de Cine» @enclavedecine y en «Abierto Toda La Noche» @AbiertoNoche .

Advertencia: la siguiente review no desvela puntos esenciales de la trama del libro pero se hace mención a personajes y lugares que aparecen en el mismo. Se recomienda al lector que quiera llegar plenamente virgen a la lectura de El legado maldito que no continúe leyendo.

Que El niño que sobrevivió volvería tarde o temprano era algo más o menos previsible. Algo así como una gira de los Rolling Stones: se anuncia a bombo y platillo que puede tratarse de la última pero, en el fondo, todos sabemos que nos sobrevivirán y continuarán ofreciendo conciertos para nuestros bisnietos. Y aunque Harry Potter y las reliquias de la muerte terminaba con un salto temporal de 19 años, los protagonistas se las habían apañado para seguir con vida y aseguraban, con su prole, la posibilidad de continuar estirando las aventuras de los niños magos hasta el infinito o, al menos, hasta que a J.K. Rowling le viniera en gana, que para eso es su creación. Lo que pocos sospechaban era que el retorno se daría en forma de obra de teatro.

Harry Potter y el legado maldito retoma la aventura desde donde la dejamos: con unos Harry, Hermione y Ron adultos despidiendo a sus hijos en la Plataforma 9 y 3/4 para poner rumbo a Hogwarts. De este modo se nos presenta a Albus Severus, hijo de Harry, un joven lleno de inseguridades que sufre lo indecible por vivir bajo la alargada sombra de su padre. También aparecen James y Lily, los otros dos hijos de Ginny y Harry Potter, y Rose, hija de Ron y Herminione, pero su presencia es testimonial, casi anecdótica, y a partir de esa primera escena en el andén su aportación se reduce al mínimo. Quien sí cobra una gran relevancia es Scorpius, el hijo de Draco Malfoy, que ejerce en la obra de fiel escudero de Albus y absoluto robaescenas. Algo así como Ron en la saga original, pero más dulce y con más luces. Porque Ron Weasley tenía sus virtudes pero la inteligencia no era una de ellas, y a tenor de lo que se relata en El legado maldito, 19 años después se ha vuelto terriblemente irritante y preocupantemente infantil para tratarse de un hombre adulto.

Con Albus y Scorpius ejerciendo de dúo dinámico, a J.K.Rowling y a sus colegas en la escritura Jack Thorne y John Tiffany se les ofrece la posibilidad de volver a visitar los pasillos de Hogwarts y ese mundo de fantasía construido a lo largo de 7 novelas. ¡Y vaya si lo hacen! La nueva obra es un desfile constante de rostros conocidos y escenarios reconocibles, un recorrido nostálgico por situaciones ya vividas, historias ya contadas y personajes míticos de la saga. Esto funciona de maravilla como ejercicio de nostalgia, el problema es que los escritores están tan absortos en la gloria pasada que se les ha olvidado crear nuevas aventuras y una mitología propia para sus nuevos personajes. Es como si Albus y Scorpius fueran arrojados a una especie de greatest hits potterianos con el único añadido de los traumas paternofiliales que sufren ambos.

Pese a ello, la obra se presenta de forma atractiva y se le antoja a uno que la representación teatral ha de ser grandiosa, con decenas de cambios de escenarios y trucos visuales fascinantes. Vamos, que si a alguno le sobran cerca de mil libras (que es el precio al que están las entradas en reventa) más el importe del precio del avión para viajar a Londres, podría asistir a la función y a buen seguro disfrutaría de un espectáculo memorable. El resto de los mortales tendremos que conformarnos con la lectura del libro, mucho más asequible económicamente, y esperar a que en unos años la representación se expanda a otros países y a un precio más comedido.

Conclusión: El legado maldito hará las delicias de los fans, que gozarán como niños con las apariciones de antiguos ídolos como Dumbledore o Snape y volverán a sentir escalofríos con la amenaza glacial de Voldemort. Sin embargo, decepcionará a quien esperara encontrar una mínima evolución en sus personajes, ya que Harry Potter sigue siendo un hombre completamente anclado en el pasado, Ron sufre un severo y muy inquietante trastorno de Peter Pan, y Hermione es, bueno, lo que siempre ha sido, el único personaje plenamente competente del trío. Lo único unánime que gustará a todos los lectores es Scorpius Malfoy, un personaje con el que J.K. Rowling bien podría iniciar una nueva saga y dar descanso, al menos temporalmente, a sus viejas glorias.

Queremos agradecer a Alex Merino que nos haya hecho llegar esta gran reseña y si tu también quieres colaborar con este blog puedes encontrar mas información de como hacerlo en este enlace.