La exitosa escritora vallisoletana Lae Sánchez presenta su cuarto libro, Justo el día después: vivir es hoy: una obra, a medio camino entre el poemario y la reflexión, que pretende seguir el éxito de los primeros: Te lo diré bajito (5 ediciones, casi 20.000 ejemplares), Vamos a subir el cielo a pie y Te voy a doler siempre.
Según la autora, el amor también merece entrar en fase cero. Pero, ¿cómo detectar ese tipo de momentos? “Imagínate un partido de fútbol: cabeza vs corazón”, plantea. “Cuando tu corazón está cansado, sofocado, al borde de la lesión y pide cambio. Ahí es donde un entrenador se tiene que replantear el esquema de juego”.
A medio camino entre el poemario y la reflexión, Justo el día después está escrito durante la pandemia, entre inquietudes, certezas y confesiones, sintetizando, en prosa y también en verso, las mismas impresiones que comparte con su generación.
Así lo confirman los más de 135.000 seguidores que siguen sus pasos (y sus letras) en Instagram. “Se trata de una conexión de emociones, valores e ideas que hace que todo se haga más bonito”, alega cuando se le pregunta sobre el motivo de su tirón en redes sociales. “Al fin y al cabo, todos llevamos heridas de guerra, historias con final feliz y cosas que contarle al mundo”.
“Aprendimos que el amor también se merece entrar en fase 0 de vez en cuando. Pero cuanto más lejos tenía sus abrazos, más quería correr en dirección a su boca. Me consolaba algo: a Sabina también le robaron el mes de abril y siguió llenado estadios”.
Es importante templar el pulso de quién disparará por ti cuando no te queden balas. Así que tengo una noticia buena y una mala: la mala es que, en esta vida, vas a tener que ir más de una vez a la guerra. La buena es que tendrás el tiempo suficiente para elegir con quién.
EL LIBRO
Dice Lae Sánchez que, a veces, el amor también merece entrar en fase cero. Pero, ¿cómo detectar ese tipo de momentos? “Imagínate un partido de fútbol: cabeza vs corazón”, plantea. “Cuando tu corazón está cansado, sofocado, al borde de la lesión y pide cambio. Ahí es donde un entrenador se tiene que replantear el esquema de juego”.
A medio camino entre el poemario y la reflexión, Justo el día después es su cuarto libro. Escrito durante la pandemia, la voz de esta joven se asoma a estas páginas entre inquietudes, certezas y confesiones, sintetizando, en prosa y también en verso, las mismas impresiones que comparte con su generación.
Así lo confirman los más de 135.000 seguidores que siguen sus pasos (y sus letras) en Instagram. “Se trata de una conexión de emociones, valores e ideas que hace que todo se haga más bonito”, alega cuando se le pregunta sobre el motivo de su tirón en redes sociales. “Al fin y al cabo, todos llevamos heridas de guerra, historias con final feliz y cosas que contarle al mundo”.
A golpe de frases escuetas y concisas, la autora aboga por no dejar el amor para luego, y defiende el derecho a volver a empezar de nuevo las veces que haga falta. “Eso, por favor, que no te lo quite nadie”.
UNAS PREGUNTAS A LA AUTORA
PREGUNTA. Justo el día después fue escrito durante la pandemia. Como sociedad, ¿qué cree que han aprendido los jóvenes de esta etapa?
RESPUESTA. Creo que hemos aprendido la importancia de los pequeños detalles. Valorar el simple hecho de poder irte a tomar un vino con tus
amigos, dar un abrazo a tus padres, incluso la mera tontería de dar un paseo respirando aire puro. Creo que antes nos ahogaban ciertas prioridades que hemos ido colocando conforme veíamos el telediario y la realidad que hoy en día vivimos. En uno de mis textos digo que el mundo nos ha pedido que paremos y que reflexionemos, y creo que la crudeza del día a día de muchas familias del mundo nos va a hacer mejores personas.
P. A medio camino entre el poemario y la reflexión, este título busca dejar una reflexión que cale en el lector. Si tuviera que sintetizar ese mensaje, ¿cuál sería?
R. Vivir es ya. El mensaje sería: disfruta del ahora como si no hubiera mañana, valora a las personas que realmente merecen la pena y no te pares perdiendo el tiempo (que es oro) en aquello que no nos hace felices o que -por lo menos- no está de camino a nuestra felicidad.
P. Su estilo está marcado por una fuerte carga emocional. ¿Qué es lo más complejo de ‘desnudar’ los sentimientos sobre el papel?
R. Lo más complejo es atreverse, pero lo demás es fácil porque todo lo que plasmas en el momento en el que abres la puerta de tu corazón es sincero. Cada palabra conecta con lo siguiente e intenta definir un sentimiento verdadero. A veces, me da miedo ser tan yo en mis letras porque cuando me leo me entran ganas de salir corriendo. Pero lo importante es que siempre me quedo. Me quedo porque, como dije hace poco en una publicación, los minutos en el terreno de juego dan algo muy importante: un jugador veterano siempre ve más.
P. ¿En quién piensa cuando escribe?
R. Pienso en que después me voy a sentir mejor y en la suerte de poder haber vivido algo que me lleve a desatar esos sentimientos, a pesar de que a veces duelan. No sé, últimamente trato de enfocarme en el lado bueno de las cosas.
P. Esta no es su primera incursión literaria. ¿Cómo definiría su evolución desde la publicación de su primer título?
R. He evolucionado en la escritura de la misma manera en la que he evolucionado como persona. Mis últimos libros son más maduros, con la capacidad de explorar ciertas perspectivas que antes ni me imaginaba. Con ganas de explorar nuevos lugares, géneros, personajes, ideas e historias. Lo más bonito es esa sensación interior que te dice que definitivamente nunca dejamos de crecer.
P. Con más de 136.000 seguidores, ¿cuál cree que es la clave de su éxito en las redes sociales?
R. No sé si es éxito, creo que lo definiría más como conexión. La gente empatiza con las historias porque al fin y al cabo son historias cotidianas que nos acaban pasando a todos en la vida. Cada vez las personas necesitamos más gritar al mundo lo que nos pasa como vía para desahogarnos y encontrar en una letra lo que nos da miedo o lo que nos
hace felices es una bonita sensación. Intento, además, en la medida de lo posible estar cerca de la gente y responder a los comentarios o compartir contenido que ellos suben a sus redes.
La Autora:
Me llamo Leticia y este año he cumplido 30 años en circunstancias tremendamente especiales para todos. Tengo tres libros, nueve amigos clave, cinco imprescindibles y un siete tatuado al otro lado de un
punto y una coma que me recuerda que pase lo que pase siempre hay que seguir hacia delante. Me acuerdo de T., oigo de vez en cuando «Lo mejor de ti», pero no sé si la escucho. Me gusta el mar, leer, llamar a mis amigos para
preguntarles que qué tal están, me gusta el vino, reírme mucho, llorar para sentir que todavía sé volar, caminar junto a mi madre, ver a mis yayos felices, saber que todos seguimos en el mismo barco.
Creo que nos proyectamos, creo en el amor verdadero, en la corazonada, en el impulso, creo que si sientes que eso te va a dar la felicidad absoluta es, sin duda, por lo que tienes que luchar hasta el final. He aprendido que la flor muere si la riegas de menos, pero también si la riegas de más. Es una lección que parece absurda, pero es vital entenderla. El equilibrio es importante, y yo lo encontré en este libro. Vivan.
Tapa blanda : 152 páginas
ISBN-13 : 978-8491649090
Editorial : LA ESFERA DE LOS LIBROS, S.L. (21 octubre 2020)
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