La biografía no autorizada de Max Verstappen

La biografía no autorizada de Max Verstappen,
el piloto superdotado que ha resucitado la fórmula 1.

Max Verstappen es la nueva y sensacional estrella de la Fórmula 1. Nacido en el seno de una familia automovilista, empezó a correr en karts a los 4 años y, en 2015, menos de seis meses después de su decimoséptimo aniversario, se convirtió en el piloto más joven en sentarse al volante de un Fórmula 1.

Tras su primera victoria en Grandes Premios en 2016, se convirtió en candidato al título mundial, corona que se ciñó por fin con la escudería Red Bull en 2021 y nuevamente en 2022. Como un verdadero maestro neerlandés, ha aportado savia nueva a la Fórmula 1 y ha convertido al más glamuroso de los deportes del motor en una actividad aún más emocionante.

Esta biografía, escrita por un periodista neerlandés especialista en F1, nos muestra el fulgurante ascenso de Max a la fama mundial, cubriendo todos los pasos de su carrera hasta hoy, y nos muestra los rasgos de su fuerte carácter y su gran talento, con la participación y las voces de grandes personajes de la Fórmula 1.

INTRODUCCIÓN:

«Max Verstappen ha revitalizado la Fórmula 1, ha reescrito sus reglas, le ha aportado emoción y, de paso, ha puesto a los Países Bajos en el mapa de los deportes del motor. Resulta imposible sobreestimar el alcance de su influencia. La Fórmula 1 es un deporte internacional que atrae a jóvenes y a mayores por igual, un deporte moderno, dinámico, implacablemente competitivo, y también un nido de víboras político. A pesar de todo, cuando Max apareció en 2015, con solo diecisiete años, dio la impresión de encontrarse en su ambiente desde el primer momento.

Enseguida mostró unas cualidades impresionantes, al principio un poco vacilantes, y fue adquiriendo seguridad hasta que, en la memorable temporada 2021, sumó una racha de poles y victorias que acabarían convirtiéndolo en campeón del mundo por primera vez, tras una espectacular vuelta final en la última carrera. Su cara es conocida en todas partes y en su país le falta poco para alcanzar el grado de ídolo e igualarse en popularidad con otro dios del deporte, en este caso del fútbol, Johan Cruyff.

De hecho, en 2021 superó las hazañas de Cruyff al ganar el Campeonato del Mundo de F1, una proeza que el futbolista no llegó a realizar porque, en 1974, perdió la final de la Copa del Mundo frente a Alemania Federal. Desde el momento en que su padre, Jos Verstappen, lo inició en las carreras de karts profesionales, la ambición de Max fue siempre convertirse en campeón del mundo de F1. Si para Cruyff lo más importante era jugar el mejor fútbol posible, los Verstappen, tanto padre como hijo, solo tenían en mente ceñirse la corona de reyes de la Fórmula 1.

No bastaba con ganar carreras. Lo que contaba al finalizar una larga temporada era el título mundial. Y un solo título de campeón del mundo tampoco bastaba. La sed de triunfo únicamente se aplaca cuando se gana más de uno.

Max ha puesto a los Países Bajos en un lugar destacado del panorama automovilístico internacional. Hasta su primera victoria en Barcelona, en 2016, los pilotos neerlandeses habían jugado un papel secundario en el mundo de las carreras. Solo Gijs van Lennep y Jan Lammers consiguieron un éxito memorable al ganar las 24 Horas de Le Mans. En Fórmula 1, los pilotos neerlandeses solo eran conocidos por sus accidentes y por ocupar las últimas posiciones.

La influencia de Max ha sido tan grande que los Países Bajos han recuperado su antiguo Gran Premio. Menno de Jong, propietario del circuito de Zandvoort, nuevamente en el calendario de la F1 tras treinta y seis años de ausencia, es sincero cuando dice: «Sin Max, no habría Gran Premio de los Países Bajos. Sin él, no tendría sentido organizarlo».

Por encima de todo, Max Verstappen ha llegado para quedarse. Campeón del mundo con solo veinticuatro años, le quedan, como mínimo, otros diez en la cumbre. Según ha declarado, tres títulos serían suficientes para él, títulos que lo situarían al nivel de los mejores pilotos de la historia: Jack Brabham, Jackie Stewart, Nelson Piquet y Ayrton Senna ganaron tres cada uno, mientras que Alain Prost y Sebastian Vettel — de quien curiosamente nadie se acuerda ya — consiguieron cuatro. No sería extraño que Max lograra sumar siete o más y ponerse así a la altura de los mejores entre los mejores de la historia: Michael Schumacher y Lewis Hamilton. Sin embargo, en ese camino se interponen todo tipo de variables y factores impredecibles, como cambios en el reglamento, problemas técnicos y, sí, también la mala suerte.

En los Países Bajos, el reducido entorno de Max no tardó en convencerse de las cualidades del muchacho. En el extranjero, David Coulthard se convirtió rápidamente en un ferviente admirador. Tampoco los periodistas Peter Windsor y Will Buxton albergaban dudas, especialmente este último, que vio brillar a un joven Max de solo dieciséis años en una carrera del campeonato norteamericano. Jackie Stewart sabe bien cómo manejar la presión que supone correr al más alto nivel: «Lo más importante en este deporte en controlar la cabeza, y Max sabe hacerlo, aunque en sus primeros años era un poco alocado».

Verstappen se ha convertido en uno de los grandes, gane o no más títulos mundiales, pero las palabras de Jackie Stewart están grabadas en piedra y Max las conoce mejor que nadie: «Para acabar primero, primero tienes que acabar». Dicho de otra manera, nadie se convierte en campeón del mundo en la primera curva.

En cierto sentido, Verstappen ha liberado al deporte del motor de una tediosa predictibilidad y, paradójicamente, le ha dado una nueva. Esto es así porque, a pesar de las memorables carreras del neerlandés, con todos sus adelantamientos, prefiere reservarlos para los rezagados y volar hacia la victoria sin más estorbos, como sucedió en Austria y en México durante la temporada 2021. Tal como un antiguo colaborador suyo declaró al autor: «Dale a Max un buen coche y dejará a todos atrás después de la salida. Sus competidores no volverán a verlo hasta que haya acabado la carrera». El propio Max lo confirma: «Así es como me gusta verlo».