La gata de Schrödinger

Reseña del libro “La gata de Schrödinger” de Aránzazu Gordillo.

El pasado 31 de agosto, la escritora barcelonesa Aránzazu Gordillo publicó, de la mano de Editorial MaLuma, su nueva novela.

Con La gata de Schrödinger, la autora irrumpe en el panorama literario haciendo el ruido que bien merece. Y lo hace con una obra cuyo título es un ingenioso juego de espejos con la conocida teoría del Premio Nobel Erwin Schrödinger; en base a la cual no puede existir una única realidad.

A lo largo de sus páginas, Gordillo confronta con pericia la realidad de la protagonista con las múltiples realidades que perciben aquellos que la rodean. Es fácil caer rendido ante la escritura de la autora, que nos coge la mano y nos acompaña a esas realidades insólitas y extraordinarias que habitan en la novela.

Quica, la protagonista de esta historia, tiene setenta años, bebe ginebra, trabaja en una línea telefónica del tarot y vive pendiente de los sonidos que hay al otro lado del muro de su jardín, donde acaba de instalarse una familia cuyo gato deambula entre ambas casas.

Para Quica, la vida es un extraño acontecimiento. Habita en una casa que parece estar viva, una casa en una urbanización que parece querer comunicarse con ella. En el jardín, un gran muro separa a Quica de sus nuevos vecinos, pero la mente de la protagonista es capaz de traspasar ese grueso muro para trasladarse hasta ese hogar ajeno que parece anhelar. Cada sonido, cada vibración, cada luz y cada sombra llegan desde esa casa hasta Quica, que espera impaciente que la vida lata al otro lado del muro, como si la suya, no fuese una vida igual de viva.

A lo largo del libro, Quica elabora una perpleja confesión sobre su no maternidad, el vacío, el matrimonio longevo y la violencia súbita. Despojada de cualquier artificio literario, la autora trata estos temas de manera audaz y con exquisita sensibilidad, introduciendo al lector bajo la piel de la protagonista hasta hacerlo partícipe de cada uno de sus sentimientos.

Este libro no es un tributo a los gatos. Si bien el animal es uno de los grandes protagonistas de esta historia, es en realidad un nexo de unión. Y es que Gordillo se vale de la figura del gato para traspasar esa piel, la piel de un personaje insólito que parece susurrarnos al oído, capaz de convencernos de cualquier cosa, capaz de hacernos creer que la suya, es la única verdad posible.

Una lectura ágil y a ratos vertiginosa, que nos traslada a esa casa, a ese jardín, frente a ese muro. Una historia donde la narración en primera persona está tan lograda, que el lector podrá sentir que habita en la propia mente de la protagonista. Una mente que, si nos descuidamos, creeremos que es en realidad la nuestra.

www.aranzazugordillo.com

Por Marcos Sangrador

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