La niebla de los recuerdos

La niebla de los recuerdos
de Antonio Ulled

La amistad, el amor, la distancia, el paso del tiempo. La pintura, el arte de pintar, el valor de lo pintado, la necesidad de copiar. La ambición, la codicia, la maldad, el odio. Una España esperanzada, una España en guerra, una España desangrada, una España otra vez ilusionada. Desde las primeras páginas será como volver atrás en el tiempo, al ruido de las calles, las voces de la gente, los detalles de las ciudades, los edificios y las habitaciones. Las vidas cruzadas de unos copistas del Museo del Prado, la historia de un increíble plan para la protección de las obras de arte en los museos en 1914, el primer encuentro de tres amigos, el amor entre un coronel americano y una copista inglesa, los sucesos de un viaje precipitado en los días de la sublevación de 1936, la desgraciada muerte de unos maestros. Entremedias sucede un robo que se diría imposible, un robo en plena guerra civil española. La niebla de los recuerdos trata también de la casualidad, de las serendipias que nos suceden a todos, de los recuerdos de otros y de los tuyos, del puzle de la vida. Todo esto y mucho más define esta obra que merece ser leída de principio a fin, aunque cuando el lector cree haber llegado al final, descubrirá que se encuentra solo al principio.

Antonio Ulled es arquitecto y ha disfrutado siéndolo a lo largo de más de treinta años, proyectando y dirigiendo obras de edificios en España, Italia, Suecia, Finlandia, Egipto, Emiratos y otros países árabes. Profesionalmente, ha escrito artículos, dado conferencias y colaborado en publicaciones, pero también escribió dos libros sobre arquitectura que se presentaron en congresos internacionales en Lima y en Santo Domingo. Aunque siempre le había gustado escribir relatos, con la jubilación, empezó a escribir regularmente, no siendo consciente al principio de que estaba volcando muchas ideas y escenas ideadas durante años en un cuerpo mayor, que acabó siendo su primera novela, que finalmente tituló LA NIEBLA DE LOS RECUERDOS. Nadie sabe cuál es la estación de destino en la que tiene que bajarse del tren de la vida, pero, hasta que llegue ese momento, él dice que seguirá leyendo, creando y escribiendo historias.

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