Los renglones torcidos de Dios

Reseña del libro «Los renglones torcidos de Dios» de Torcuato Luca de Tena.
Por Ander Terrones Arellano.

Las personas con problemas mentales, especialmente las que tienen dolencias severas, suelen ser, en gran parte, marginadas por la sociedad. Muchos no quieren ni asomarse al abismo que supone convivir con ellas y observar la terrible degradación que su enfermedad ha ocasionado.

Los renglones torcidos de Dios (1979), que fue escrita por Torcuato Luca de Tena (1923-1999), se mete de lleno en esa parte de nuestra sociedad incómoda de mirar para los foráneos. El autor, para poder documentarse y sentir en sus propias carnes lo que era vivir en un psiquiátrico, se coló como un enfermo más en un hospital de esa especialidad engañando a la administración. Consiguió estar dentro dieciocho días y documentó todo lo que allí vio para poder desarrollar esta novela.

La primera cuestión que tenemos que abordar antes de hablar de la obra es la moralidad de utilizar para una ficción casos reales de personas que sufren día a día (sin olvidar, por supuesto, a sus familiares). Cierto es que los nombres de los personajes, los orígenes y demás han sido deformados, por lo que a pesar de basarse en seres humanos de verdad difícilmente un lector tendrá posibilidad de saber en quién pensaba el autor. Por otro lado, prácticamente todos los casos que Luca de Tena relata tienen su posterior revisión psiquiátrica dentro del libro por parte de algunos de los médicos de la institución donde ocurren los hechos. El escritor aprovecha la gran capacidad de atracción que tiene Alice Gould, la protagonista, para que los diferentes doctores le hablen sin reparo de los diferentes tipos de enfermedades mentales. Casi podría considerarse esta novela una clase de psiquiatría. Con sus pros y sus contras, Los renglones torcidos de Dios tiene un valor histórico, ya que es un retrato de los sanatorios mentales de la época.

La protagonista se llama Alice Gould, como hemos dicho antes, y es una mujer de origen inglés de unos 40 años, muy culta, educada y con una capacidad de atracción fuera de lo normal. Durante toda la historia, Alice es capaz de engañar y decir la verdad según le convenga y provocar problemas en el sanatorio mental sin que eso le reporte castigo alguno. Todo lo hace por llevar a cabo una misión como detective privada, que es lo que la ha llevado allí: encontrar a un asesino. A pesar de lo inverosímil de la historia, Alice se las ingenia para que los propios doctores tengan más dudas que nunca con otros pacientes y la vean como una persona sana. Su caso creará prácticamente una guerra civil entre los médicos del lugar debido a la divergencia de opiniones.

Más allá del hilo narrativo principal, Torcuato Luca de Tena nos muestra la historia, la vida y la enfermedad de por lo menos varias decenas de pacientes. Algunos tienen pasados tristísimos, otros dantescos… Lo que está claro es que el escritor no rehuye ser explícito con cuestiones que revuelven el estómago: lo cuenta todo tal cual, sin ambages. En algunos puntos casi se regodea en describir con sumo detalle hasta la última desgracia de los “renglones torcidos de Dios”, como los llama uno de los internos en el hospital psiquiátrico.

La novela combina con gran acierto en varios puntos la tensión con el propio terror que nos genera la situación y el posible futuro que le aguarda a la protagonista, con la que empatizamos sin remedio, pues su capacidad de atracción también atraviesa las páginas. Por otro lado, Luca de Tena juega a despistar al espectador: en algunas ocasiones todo parece indicar que Alice se está inventando lo que dice, pero más tarde la protagonista consigue aportar pruebas o credibilidad a sus palabras. En mi opinión, lo más interesante de esta obra es esa eterna investigación que el lector hace inconscientemente, uniendo las piezas que se han ido dando. Torcuato Luca de Tena te obliga a apuntar mentalmente cada dato que puede ser esencial para resolver el misterio, al más puro estilo de Alice Gould en sus labores de investigadora privada.

Por Ander Terrones Arellano
@anderterrones