Loto Rojo

Loto Rojo: La novela de Ching Shih, la pirata más poderosa de la historia
de Clara Mendívil

En la China de principios del siglo XIX, la joven Ching Shih consiguió salir de un burdel flotante de Cantón para comandar la Armada de la Bandera Roja, la mayor fuerza pirata que ha existido jamás, con más de dos mil barcos y setenta mil hombres bajo su mando. Con ella llegó a enfrentarse y a vencer al mismísimo emperador de China.

El coraje y la voluntad de esta mujer le hicieron pasar por encima de lo que nadie esperaba de ella, liberarse del futuro al que la destinaba su nacimiento y alcanzar el poder y la gloria en un mundo dominado por los hombres.

Esta es la novela de Ching Shih, la pirata más poderosa de todos los tiempos.

Clara Mendívil estudió historia aunque no ejerce. Publicó su primera novela De viento y sal en 2019, sobre Anne Bonny, una famosa pirata que operó en el mar Caribe en el siglo XVIII. En el curso de sus investigaciones descubrió muchas otras mujeres pirata en distintas épocas y lugares, la mayoría de ellas muy desconocidas, y decidió darles voz y contar sus aventuras. Loto rojo es la historia de una de ellas.

«Si hay algo que me cautiva de las mujeres piratas es su fuerza, su determinación y sus ansias de libertad. Pasaron por encima de lo que sus sociedades respectivas les tenían destinado y buscaron su propio camino sin rendir cuentas a nadie. ¿A quién no le inspira eso?», plantea Clara Mendívil, autora de la novela. «Nunca ha habido un pirata más poderoso. Ni hombre, ni mujer. Su imagen dirigiendo un ejército pirata de hasta dos mil naves, derrotando al emperador y dominando el Mar del sur de China me pareció tan poderosa, tan inspiradora, que no tuve elección. Ella me eligió a mí cuando comencé a escribir, no yo a ella».

«Ching Shih es un personaje del que conocemos datos exactos, determinadas fechas y, por ejemplo, las batallas en las que se enfrentó al emperador y a los occidentales», prosigue la autora. «De su última etapa como pirata hay mucha documentación. Se sabe cómo era el código de conducta que creó y hasta los nombres de sus almirantes. Aunque hay algunos datos que se contradicen con otros, como el número de naves del que disponía, o épocas de las que no hay nada, como su niñez o su juventud en el burdel, yo he respetado todo lo que se sabe con certeza».

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