Mientras alguien nos recuerda
de Carmen Conde Veiga
Una vertiginosa novela negra situada en la Barcelona más convulsa de mediados del siglo XX.
Barcelona, 1946
Tras recibir una llamada en la comisaría de Vía Layetana, el inspector Aparicio y el agente Muñoz, dos policías de la brigada criminal, van al Instituto Mental de la Santa Cruz a investigar el asesinato de la hermana Natividad. El instituto era un centro de referencia de la psiquiatría barcelonesa, pero después de la guerra civil pasó a manos de religiosos sin formación que se aplicaron a reprimir a los enfermos con brutalidad.
La hermana, que era la máxima responsable de los pabellones femeninos, ha aparecido muerta en la sala de cirugías. La han asesinado de forma muy violenta utilizando el instrumental médico de la sala, lo que hace pensar que el motivo del crimen ha sido la venganza.
Aparicio y Muñoz se encontrarán con muchos impedimentos para avanzar en sus investigaciones. Tanto el responsable máximo del instituto, el hermano Olegario, como un alto cargo del franquismo, Jaime Bertrán de Andrade, van a intentar que los dos policías no puedan descubrir los terribles secretos que se ocultan entre aquellos muros.
Carmen Conde Veiga nació y vive en Barcelona. Trabaja como maestra de primaria en la escuela pública. En 2016 ganó el II Premio la Trama de Novela Negra y publicó Para morir siempre hay tiempo con Ediciones B. En 2017 publicó La escritora con la misma editorial. Mientras alguien nos recuerda es su tercera novela.
Sobre el libro
En una época gris y oscura, en los años de la posguerra española, un experimentado investigador y su joven acompañante pugnan por encontrar al asesino del Instituto Mental de la Santa Cruz. En su camino descubren los horrores de las instituciones para enfermos mentales del franquismo. Décadas después, una joven bibliotecaria revive la historia y las consecuencias de unos hechos que llegan hasta su presente.
Los datos históricos, así como los tratamientos psiquiátricos descritos en la novela, son verídicos. Los personajes pertenecen a la ficción.
A través de la investigación de los dos policías —el veterano inspector Federico Aparicio y el debutante agente Arturo Muñoz—, Mientras alguien nos recuerda nos transporta a los años 40, a un escenario de represión y abusos en el que los falangistas y los religiosos parecen ser los únicos que se mueven con libertad. Una época con aroma a Ideales y a carajillo, y con la banda sonora de Suspiros de España o Tatuaje, en la que los dos policías intentan acercarse a la verdad del caso, que se inicia con el asesinato de la monja:
«Entre las paredes blancas había una decena de armarios metálicos cerrados con llave, camillas y hasta una mesa de autopsias, pero resultaba mucho más acogedora que las galerías oscuras y desiertas que habían recorrido. Por eso resultó tan impactante descubrir el cadáver de una monja estirado sobre una de las camillas y con un objeto punzante sobresaliendo de su cavidad ocular como una banderilla. La sangre de la herida había cubierto el hábito blanco de rojo.»
Paralelamente a la trama para descubrir al asesino de la hermana Natividad, seguimos el devenir de Irene Bertrán, una ayudante de bibliotecaria que se refugia en la literatura para afrontar la soledad. Irene tropieza por casualidad con documentación proveniente del Instituto Mental de la Santa Cruz y se ve implicada en la historia hasta límites que nunca habría sospechado. La biblioteca en la que trabaja ocupa uno de los antiguos pabellones del centro para enfermos mentales:
«Cuando Irene salió de la biblioteca, ya era de noche. Cruzó la Plaça Major de Nou Barris y al pasar frente a la sede del distrito, que ocupaba el pabellón principal, se detuvo y observó el edificio recortado en la penumbra. Lo miró como nunca lo había hecho, bajo un prisma nuevo, el de la historia que se escondía tras sus muros centenarios.»
La novela combina ficción y hechos reales para contar las atrocidades cometidas durante el franquismo en centros como el Instituto Mental de la Santa Cruz y dejar testimonio del horror al que se sometía a los internos. Mientras alguien nos recuerda denuncia también el uso de las instituciones mentales y de la policía para doblegar a la disidencia y a todo aquél que no seguía los patrones morales de la época o que se encontraba en el camino de los falangistas y de los poderosos. Un relato sobrecogedor que nos hace estremecer con la ambientación, la trama y el retrato de unos hechos y unas prácticas propios de cuentos de terror.
*Contenido original proporcionado por la editorial
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