Nía

Reseña del libro «Nía» de Patricia Reimóndez Prieto, por Beatriz Alcaná

Hasta ahora la editorial murciana LES, especializada en literatura dirigida a un público LBT+, no se había atrevido con ningún título de fantasía. Sí que había sacado al mercado obras estupendas de ciencia ficción y hasta una antología ―Insólitas― en la que se incluían algunos relatos de corte fantástico. En 2022 han abierto la veda y por fin nos deleitan con una novela corta que derrocha imaginación: Nía.

Su autora, la berciana Patricia Reimóndez Prieto, ha sido la encargada de inaugurar esta prometedora línea con una historia que bebe principalmente de dos fuentes: la mitología y los cuentos tradicionales. Lo hace, eso sí, dándole un enfoque fresco y muy sugerente. Muchos de los elementos clásicos de esos relatos de toda la vida están presentes en Nía y son muy reconocibles: el bosque, la criatura fabulosa, el romance y, por supuesto, el tono. Porque lo importante al final es lo que se nos cuenta, pero también cómo se nos cuenta. Y en este caso hasta quién lo cuenta.

Vayamos por partes. Al principio la estructura de Nía puede antojarse convencional. Una anciana rodeada de niños los entretiene con lo que parece un cuento, acaso una antigua leyenda o un mito que, como todos los mitos, pretende ayudarles a comprender mejor por qué su mundo es como es. La protagonista de ese cuento es Mara, una campesina que se adentra en un bosque prohibido en busca de alimento para su familia. Lo hace a sabiendas del riesgo que corre, porque nadie ha sobrevivido nunca al encuentro con la dríada que protege tan enigmático paraje. Cuando la historia comienza a ofrecernos giros originales es a partir de ese punto. Para empezar porque los puntos de vista de la narradora y de la protagonista se conjugan con el de esta criatura mitológica, la dríada, lo cual enriquece la lectura y la vuelve más atractiva. No es lo más habitual que en esta clase de historias se nos invite a meternos en la piel ―o en el pelaje― de los seres fantásticos. Borges lo hizo en La casa de Asterión. Ahora Reimóndez, para no ser menos, también se atreve con el reto.

Este libro ha traído a mi memoria otros cuentos de sobra conocidos y que disfruté mucho en mi infancia. Hay algo de La bella y la bestia, algo de Hansel y Gretel ―puede que hasta algo de Caperucita Roja― en las andanzas de esta campesina que se aventura en un bosque prohibido y se topa con un ser temible. Estamos antes una reinterpretación contemporánea y amable. La guerra, el hambre y la muerte están presentes en este cuento, sin medias tintas, pero sin caer lo melodramático. Nía es, ante todo, una historia de amor preciosa, sana y profundamente enternecedora que recomiendo a los amantes del género fantástico, de los cuentos clásicos y de la mitología. Y, sobre todo, a quienes tengan ganas de pasar un buen rato con una novela corta entretenida y cargada de optimismo.

Por Beatriz Alcaná
@AlcanaBeatriz