Premoniciones
de Alfonso Tarancón y Javier del Valle

Algo catastrófico está a punto de suceder; la Tierra se está convirtiendo en la nueva religión a la que los políticos deben rendir culto en las cumbres del clima
 y en sus discursos diarios. Si en la Edad Media se visitaban líderes religiosos, ahora se visitan plantas de reciclaje y de energías renovables. En lugar de advertir que el fin del mundo llegará tras desatar la cólera de Dios, se pregona el fin del planeta por la insensatez del ser humano.

De unos años a esta parte, el cambio climático se ha convertido en un argumento polémico de constante aparición en medios, al que se le tiende a achacar el origen de la práctica totalidad de nuestros problemas actuales. Pero ¿está justificada tan abrumadora presencia? Y lo que es más importante, ¿cuánto de premonición y cuánto de rigor científico hay en este fenómeno?

En ‘Premoniciones’, los científicos Alfonso Tarancón y Javier del Valle arrojan una buena dosis de cordura sobre un tema que, a pesar del empeño por parte de ciertos sectores en afirmar lo contrario, no está ni mucho menos claro. En sus páginas, examinan las variaciones del clima a lo largo de los siglos, y dilucidan la a menudo inexistente relación entre multitud de problemas medioambientales, sociales o económicos. Una fresca y necesaria mirada a un fenómeno que la ciencia no respalda con la rotundidad que muchos dan por sentada.

Catedrático de Física Teórica, ha desarrollado una intensa carrera científica en la física de partículas elementales, con numerosas publicaciones, proyectos, docencia, dirección de tesis doctorales, etc. Su formación científica le ha permitido analizar a fondo los datos
 y metodologías usadas en torno al cambio climático, dando una visión precisa sobre su alcance, interpretación y posibles sesgos en las conclusiones.

Doctor en Geografía (Climatología), Máster en Educación ambiental y Altos Estudios Internacionales, y profesor del Centro Universitario de la Defensa y UNED. En 2015 recibió el Premio Aragón del Medio Ambiente por su amplia actividad docente e investigadora en áreas como climatología, espacios naturales y recursos hídricos. Es también un apasionado montañero y amante de la naturaleza.

Sobre el libro

Alfonso Tarancón y Javier del Valle: Premoniciones. Cuando la alerta climática lo justifica todo.

De unos años a esta parte, el cambio climático se ha convertido en un argumento polémico de constante aparición en medios, al que se le tiende a achacar el origen de la práctica totalidad de nuestros problemas actuales. Pero ¿está justificada tan abrumadora presencia? Y lo que es más importante, ¿cuánto de premonición y cuánto de rigor científico hay en este fenómeno?

En Premoniciones, los científicos Alfonso Tarancón y Javier del Valle arrojan una buena dosis de cordura sobre un tema que, a pesar del empeño por parte de ciertos sectores en afirmar lo contrario, no está ni mucho menos claro. En sus páginas, examinan las variaciones del clima a lo largo de los siglos, y dilucidan la a menudo inexistente relación entre multitud de problemas.

Un libro basado en hechos y evidencias medioambientales, sociales o económicos. Una fresca y necesaria mirada a un fenómeno que la ciencia no respalda con la rotundidad que muchos dan por sentada.

Y, en palabras de los propios científicos:

Nuestras opiniones se fundamentan en los datos y las observaciones, por lo que nuestro análisis de la situación actual debe ser analizado y eventualmente criticado en ese contexto.

Para todo ello, deberemos hablar de ciencia: de física, de geología, de climatología, y también, desgraciadamente, de política, sociología, economía… disciplinas todas ellas que se han mezclado en un totum revolutum, un cóctel diabólico del que ha emergido una teoría que ha devenido religión.

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Este libro no refleja la idea de dos personas; hemos querido difundir en él la visión del problema que comparten muchos científicos, pensadores, políticos o ciudadanos de a pie, a los que en la actualidad les resulta difícil explicitarlo, a menos que quieran correr el riesgo de ser automáticamente tachados de negacionistas o bien tildados de bufones, cuando no directamente de extremistas antisociales.

Deseamos aclarar desde un inicio que quienes no defendemos la actual teoría del cambio climático no somos enemigos de la naturaleza; somos defensores a ultranza del medio ambiente, de eliminar residuos contaminantes de manera adecuada o de castigar los abusos medioambientales. Es decir, apostamos por un planeta habitable y limpio. Un planeta en el que los humanos puedan desarrollarse y vivir cada vez mejor.

Aceptamos un juicio de opinión sobre nuestros argumentos científicos, no un juicio de aquellos que ponen en boca de quienes como nosotros se muestran críticos, palabras u opiniones que jamás han pronunciado, o de los que nos descalifican por el hecho de no ir con la corriente mayoritaria. Entre los defensores de la teoría del cambio climático se cuentan grupos que propugnan medidas extremas,  algunas fuera de lo razonable, pero no por ello se asocia a los defensores moderados con tales ideologías extremistas. Del mismo modo, hay quien se opone a la teoría del cambio climático aduciendo argumentos acientíficos, igualmente fuera de lo razonable, pero cuyas propuestas u opiniones no se pueden ser achacadas a quienes nos situamos en el lado de la ciencia.

Nuestras opiniones se fundamentan en los datos y las observaciones, por lo que nuestro análisis de la situación actual debe ser analizado y eventualmente criticado en ese contexto. Para todo ello, deberemos hablar de ciencia: de física, de geología, de climatología, y también, desgraciadamente, de política, sociología, economía… disciplinas todas ellas que se han mezclado en un totum revolutum, un cóctel diabólico del que ha emergido una teoría que ha devenido religión.

*Contenido original proporcionado por la editorial 

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