Federico García Lorca – Ilustrado por Ricardo Cavolo
El Romancero Gitano de Federico García Lorca es una de las creaciones líricas más significativas del siglo XX, que aún hoy, casi 100 años después de su publicación, sigue vendiendo más de 10.000 ejemplares anuales.
Ricardo Cavolo, uno de nuestros ilustradores contemporáneos más originales, reinterpreta con su inconfundible mirada una nueva versión de este clásico de la literatura española.
Los inmortales poemas de García Lorca cobran nueva vida en unas páginas rebosantes de colores y símbolos en cada esquina. Un hermoso ejemplo de cómo dos artistas aparentemente lejanos pueden fundir sus mundos creativos para crear belleza.
Ricardo Cavolo es uno de los ilustradores más prestigiosos de nuestro país y un artista con un sentido de la imaginación único. Creció profesionalmente como director de arte de agencias de publicidad, hasta que comprendió que su iconografía colorista de seres tatuados, leyendas y naturalezas fantásticas debía mostrarse al mundo. Ha colaborado con numerosas empresas internacionales y expuesto por todo el mundo.
Una reinterpretación ilustrada del Romancero Gitano de Lorca
Romancero Gitano es una de las creaciones líricas más significativas del siglo XX. Punto culminante de la primera etapa estética de Lorca, el propio poeta lo definió como el poema de Andalucía, y lo llamó “gitano” porque, en sus propias palabras, “el gitano es lo más elevado, lo más profundo, más aristocrático de mi país, lo más representativo de su modo y el que guarda el ascua, la sangre y el alfabeto de la verdad andaluza y universal”.
Este es, sin embargo, un libro donde apenas está expresada la Andalucía que se ve, pero donde está temblando la que no se ve: un libro antipintoresco, antifolclórico, antiflamenco…, donde las figuras sirven a fondos milenarios y donde no hay más que un personaje grande y oscuro como un cielo de estío… la Pena.
Para Lorca los gitanos simbolizan el instinto y la libertad frente a la civilización y el cumplimiento de las normas sociales que minan la voluntad individual. Una idea que comparte Ricardo Cavolo, que ha hecho referencia a la etnia gitana en sus libros en más de una ocasión. El autor contaba en Jamfry, su autobiografía ilustrada, que cuando sus padres se divorciaron, su madre empezó una nueva relación con Antonio, que era gitano. Para el autor fue una de las experiencias más positivas de su vida, “por todas las vivencias, sabiduría y perspectivas que me ha aportado y que puedo poner en práctica durante el resto de mi vida”.
Lorca y Cavolo conversan en las páginas de esta nueva edición de Romancero gitano, dando lugar a una obra única que reinterpreta sus desgarrados versos casi 100 años después de su publicación. El universo particular de Cavolo, cargado de intensidad, de color y de simbolismo, conjuga a la perfección con el contenido del romancero, que trata temas profundos como la muerte y las pasiones. Una obra expresionista que propone una nueva lectura de este clásico inconmensurable.
LA PENA NEGRA
La pena es la protagonista de Romancero gitano. Del choque entre el deseo de libertad y la muerte, surge una honda frustración que los gitanos llaman “la pena negra”. Una pena que no tiene remedio, que no se cura porque no se concreta en nada. Nace del ansia de algo que nos pueda salvar de la seguridad de la muerte, pero que resulta inalcanzable. En el Romance de la pena negra, Lorca podría haber personalizado en Soledad Montoya la pena de todo el pueblo gitano.
Romance de la pena negra
Las piquetas de los gallos
cavan buscando la aurora,
cuando por el monte oscuro,
baja Soledad Montoya.
Cobre amarillo, su carne
huele a caballo y a sombra.
Yunques ahumados, sus pechos
gimen canciones redondas.
Soledad: ¿por quién preguntas
sin compaña y a estas horas?
Pregunte por quien pregunte,
dime: ¿a ti qué se te importa?
Vengo a buscar lo que busco,
mi alegría y mi persona.
Soledad de mis pesares,
caballo que se desboca,
al fin encuentra la mar
y se lo tragan las olas.
No me recuerdes el mar,
que la pena negra brota
en las tierras de aceituna
bajo el rumor de las hojas.
¡Soledad, qué pena tienes!
¡Qué pena tan lastimosa!
Lloras zumo de limón
agrio de espera y de boca.
El Romancero gitano es una obra que se divide en dos bloques muy desiguales, con una
personalidad propia cada uno. El primer bloque va desde el primero hasta el decimoquinto
verso, y contiene la particular visión de Lorca del mundo gitano. En estos versos los gitanos
chocan con una realidad que no los acoge, son marginados y privados de sus derechos, en
última instancia asesinados. La sangre y la muerte, pero también el amor y la pasión, están
presentes en este bloque; la Guardia Civil es presentada como antagonista. En la mitad se
encuentran los tres romances dedicados a Granada, Córdoba y Sevilla, simbolizados por sus
propios arcángeles. Estos tres poemas dividen el primer bloque en dos. Los primeros tienen
como figura central a la mujer gitana, mientras que en los posteriores es el hombre quien lleva
el peso de los romances, con figuras como Antoñito el Camborio.
El bloque segundo, breve y sugerente, está compuesto por tres poemas históricos que sirven al
poeta para dar, en pinceladas sueltas, su versión agitanada de unos cuadros históricolegendarios.
Federico García Lorca, hijo de un rico propietario y de una maestra, vivió una infancia rural a la
que sumó una completa formación. Se trasladó a Madrid, donde se alojó en la Residencia de
Estudiantes y conoció a sus compañeros de generación y a muchas figuras del panorama
artístico. En este ambiente conoce las Vanguardias, pero su personal sensibilidad sobrepasa las
modas y triunfa definitivamente con su emblemático Romancero gitano.
Tras vivir una enriquecedora temporada en Cuba y Nueva York (el impacto de esta ciudad da
lugar a Poeta en Nueva York), vuelve a España. Durante la República, dirige la compañía La
Barraca, grupo teatral universitario con el que llevó el teatro clásico por todos los rincones de
España. En 1933 visita Buenos Aires, donde sus dramas obtienen gran éxito.
De regreso, Lorca, que es ya poeta de éxito, manifiesta públicamente sus ideas de izquierdas;
este hecho lo pone en el punto de mira de los nacionales que lo asesinan nada más estallar la
guerra civil, dos meses después de terminar La casa de Bernarda Alba. Otras obras destacadas
del autor son Poema del cante jondo, La zapatera prodigiosa, Bodas de sangre, Yerma, Doña
Rosita la soltera o el lenguaje de las flores, Mariana Pineda y El público.
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