Sub luce maligna

Reseña del libro Sub luce maligna de Gonzalo Fontana Elboj, por Beatriz Alcaná

Sub luce maligna: Antología de textos de la antigua Roma sobre criaturas y hechos sobrenaturales.

La misma mañana que vi el anuncio de Sub luce maligna: Antología de textos de la antigua Roma sobre criaturas y hechos sobrenaturales, fui a comprarlo. No era publicidad al uso. Acababa de salir y lo recomendaba como novedad una de mis librerías de cabecera. No suelen dar puntada sin hilo, de manera que en cuestión de unas pocas horas ya me había hecho con esta antología de textos clásicos. No podía ser de otra manera, ya que en ella se reunían dos de mis mayores debilidades: el mundo clásico y la literatura fantástica. Además, la selección, el prólogo y el aparato crítico eran obra del profesor titular de Filología Latina de la Universidad de Zaragoza, Gonzalo Fontana Elboj, reputado especialista en Historia de las Religiones. No estábamos, pues, ante una compilación cualquiera.

En la mejor tradición horaciana ―que aquí viene que ni pintada―, esta antología cumple a la perfección con los dos grandes fines de la literatura: enseñar y deleitar. Aprenderemos a mirar estos textos plagados de seres sobrenaturales con unos ojos distintos, más parecidos a los de los romanos de la Antigüedad; pero también nos divertiremos con historias rebosantes de sorna y picardía. No en vano, la mayor parte de los extractos que recoge este Sub luce maligna pretendían hacer mofa de aquellas gentes incultas que, al contrario que los aristocráticos romanos de clase alta, creían en maldiciones y en espíritus retornados del más allá.

Este es un aspecto a tener en cuenta y por el que recomiendo no saltarse el prólogo, en el que el propio Fontana Elboj advierte al lector que nuestros antepasados romanos no desarrollaron una verdadera literatura de terror, entre otras razones, porque sus relatos de lo sobrenatural no pretendían dar miedo, sino burlarse de quienes sí se dejaban asustar por esta clase de cuentos. Esto no quiere decir que nosotros, herederos como somos de los románticos, no podamos abordar la lectura de Sub luce maligna bajo el prisma que se nos antoje. Los textos, como las obras de arte, adquieren nuevos significados con el paso del tiempo. Al final, lo que nos ofrece esta antología es un repertorio de narraciones fantásticas firmadas por autores de la talla de Ovidio, Tácito, Apuleyo o San Isidoro. Leámoslas con los ojos que nos plazca, antiguos o modernos, cáusticos o inocentes.

En resumidas cuentas, si os gusta el mundo clásico y disfrutáis con los relatos sobre licántropos, fantasmas, brujas y casas encantadas, no os dejéis arrastrar por ninguna clase de prejuicios y dadle una oportunidad a Sub luce maligna. Os prometo que lo pasaréis de miedo.

Por Beatriz Alcaná
@AlcanaBeatriz