Baños Pleamar

Reseña del libro «Baños Pleamar» de Isaac Sánchez.
Por Ander Terrones Arellano.

“Esta historia no está basada en hechos reales. Todo lo contrario, son recuerdos”. Con esta primera frase, Isaac Sánchez nos anticipa lo que está por venir: la novela gráfica “Baños Pleamar” es una representación de un momento concreto de la infancia del autor, reconstruido a partir de fragmentos de su memoria y plasmado en dibujos.

“Baños Pleamar” cuenta la historia de un negocio en la Badalona de principios de los años 90. En concreto, de un edificio a pie de playa con restaurante y que, anteriormente, había tenido piscinas debido a la contaminación del mar. En ese contexto, Isaac Sánchez presenta a toda su familia y a él mismo siendo un niño.

La primera parte es una sucesión de anécdotas familiares que sirve para que conozcamos bien a todos los personajes y también para hacer un retrato generacional de una familia trabajadora de los 90. Muchos nos podemos sentir identificados, cada uno desde nuestra experiencia, con esas comidas o actividades familiares.Todos los personajes son entrañables, pero el autor no cae por ello en la sobreprotección; no duda en mostrar en algunas ocasiones momentos incómodos.

Por ello, Isaac Sánchez ha hecho un ejercicio de valentía digno de elogio. No es fácil exponer según qué cosas que nunca se cuentan. Sin embargo, no hay que obviar que todo lo que hace es con una belleza en el dibujo y en el estilo que crea un lugar cómodo para el lector.

Además, la novela es, sobre todo, un gran homenaje al padre del autor. El personaje central de toda la historia es él, en torno al que gira casi todo lo que ocurre y que gracias a su carisma consigue caer bien desde el principio. Su figura, su personalidad y sus acciones determinan toda la obra.

Lo más interesante de “Baños Pleamar” es, precisamente, el tratamiento que se le da a los Baños Pleamar. Les confiere una identidad y les humaniza, haciendo que sea un personaje más de la obra, literalmente, y que lo veamos como algo cercano a nosotros aunque nunca hayamos estado allí. Con una gran inteligencia, el hilo conductor de toda la historia, que no es un ser vivo, acaba formando parte y contándonos su propia trayectoria.

Por otra parte, Isaac Sánchez muestra aquí una sensibilidad especial para tratar todos los temas con su voz particular que, si no eres de piedra, te acabará haciendo llorar, más de emoción que de simple tristeza. Emociona aún más pensar en el propio autor creando de cero esta historia tan importante para él en su vida, con todo lo doloroso que puede ser contar algo autobiográfico. Sin embargo, algo queda claro al final de “Baños Pleamar”: ha merecido la pena enseñar una parte de sí mismo, por el gran homenaje que es, pero también por todos los lectores que se han podido ver reflejados en esa familia, tan habitual y extraordinaria a la vez.

Por Ander Terrones Arellano
@anderterrones