La Primera República Española (1873-1874)
de Jorge Vilches

La Primera República (1873-1874) es uno de los episodios más importantes y desconocidos de la Historia de España. Na­ció como consecuencia del fracaso forzado de la monarquía de Amadeo de Saboya, no como resultado de un plebiscito ni de un movimiento de opinión. De manera que, el 11 de febrero de 1873, cuando fue proclamada, España seguía siendo monár­quica.

La Federal, como fue conocida, se predicó como una utopía política y social que traería paz, prosperidad y felicidad. Sin em­bargo, la élite dirigente demostró su desprecio a la democracia prefiriendo la revolución, el golpe de Estado y la conspiración a la legalidad, el consenso y la educación del pueblo en costumbres públicas democráticas. Pronto el país quedó desgarrado.

Entre febrero de 1873 y diciembre de 1874 hubo cinco pre­sidentes, cuyos mandatos estuvieron marcados por la guerra, el desdén de Europa, el desorden público, la desorganización e indisciplina del Ejército y la amenaza de una guerra con Estados Unidos, así como por el cuestionamiento de la unidad nacional con la proclamación del Estado catalán y la expansión del movimiento cantonalista desde Cartagena.

El fracaso de la República, último episodio de la Revolución de 1868, se llevó por delante la confianza ciega en el ejercicio de las libertades, y perjudicó la evolución democrática de España.

Jorge Vilches es profesor titular de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales y Políticos en la Universidad Complutense de Madrid y Doctor en Ciencias Políticas y Sociología. Ha sido investigador invitado en la Universidad de La Sorbona y en la Universidad de La Sapienza de Roma. Ha publicado varias decenas de artículos y capítulos de libro sobre historia política y de las ideas del siglo xix español y europeo. Sus libros más destacados son Progreso y libertad. El partido progresista en la revolución liberal española; Emilio Castelar: la patria y la República e Isabel II. Imágenes de una reina. Colabora con varios medios de comunicación, como La Razón, The Objective y Cadena COPE.

Sobre el libro

Coincidiendo con esta efeméride, llega un ensayo que arroja luz de forma inédita sobre dos años apasionantes de la Historia de España aún muy desconocidos.

Jorge Vilches nos invita a descubrir uno de los periodos más enrevesados y complejos de la historia de nuestro país.

La Primera República no acabó el 3 de enero de 1874 con el golpe del general Pavía, como se ha contado muchas veces. Ni tuvo solo cuatro presidentes, sino cinco, contando al general Francisco Serrano, que presidió la República durante más tiempo que la suma de los anteriores. Todo comenzó el 11 de febrero de 1873 y terminó el 30 de diciembre de 1874, y puede que sea el periodo de la historia de la España del siglo xix más mitificado y menos estudiado debido a dos factores principales: la hegemonía del mito progresista en la narración de la historia de España y la propia complejidad del periodo.

El primer obstáculo aparece cuando el relato historiográfico hegemónico dice que aquel régimen supuso un tiempo de esperanza y progreso truncado por los «reaccionarios». Esta visión idealizada del momento y de sus personajes ha llevado a la mitificación, con una buena carga romántica y presentista, basada en eso que se llama «la España que pudo ser». El segundo obstáculo, como decimos, es la complejidad del periodo, que no cabe resolverla con un relato político o con estructuralismos sociales o economicistas.

La Primera República fue un fenómeno poliédrico con muchas zonas oscuras que la historiografía «amable» con el republicanismo elude por comodidad o conveniencia. En buena medida, el choque entre el relato sobre aquel régimen y la documentación manejada ha impulsado el estilo y el contenido de este libro

El estudio de la Primera República no ha tenido suerte en España. Sin embargo, sin analizar ni comprender lo que pasó en aquel régimen, no podremos entender bien nuestro siglo XIX. En la historiografía española faltaba un trabajo profundo sobre la vida política de la Primera República, la de 1873 y 1874, basado en fuentes primarias y secundarias contrastadas. Esto es lo que en este libro se trata de hacer. El autor demuestra un exhaustivo trabajo de investigación que se apoya en la consulta de documentación nueva, como los papeles de los embajadores de Italia y de Estados Unidos, y también de documentación desatendida hasta el momento, como el archivo de Fernández de Córdoba (Toledo) o el Archivo General Militar de Madrid.

Esta obra es el fruto de un verdadero trabajo de descubrimiento, pero no para corroborar prejuicios o animar una tendencia política. La investigación se ha realizado sin despreciar fuentes por su sesgo ideológico, sin apriorismos, favoritismos o presentismos. Un historiador honesto no libra las batallas personales usando el pasado de otros. Este libro no partió con la intención de hacer un panegírico de los republicanos, ni tampoco un ataque. Cualquiera de las dos soluciones no estaría a la altura de una investigación profunda como la que aquí se refleja. Esta obra se inició para conocer la Primera República en profundidad y comprender mejor el siglo XIX español, y es la culminación de décadas de investigación.

«No soy nuevo en esto, y sé que es más fácil conseguir el aplauso del gremio de historiadores si se escribe favorablemente de los republicanos o de los progresistas del siglo XIX, y mal de los monárquicos, conservadores y católicos. Existe una proyección de la ideología del historiador sobre el pasado y un coqueteo con la corrección académica que hacen un flaco favor al gran público y al avance del conocimiento histórico»

La importancia de la Primera República radica en que fue un momento disruptivo de la historia de España. Rompía con la trayectoria monárquica y vagamente centralista, más apegada a la realidad de un Estado débil y a sus problemas, y presa de una mala clase dirigente política, inapropiada para consolidar un Gobierno representativo. El problema del reinado de Isabel II no fue la reina, ni su vida privada, ni sus preferencias políticas, ni el hecho de que no se diera el poder a los progresistas, sino el comportamiento y la mentalidad de la élite política. Sin unos dirigentes centrados en el funcionamiento de la letra y del espíritu del régimen, leales con las instituciones, críticos pero responsables, es imposible que funcione sistema representativo alguno.

INCÓGNITAS QUE POR FIN ENCUENTRAN RESPUESTA

¿Por qué no funcionó el sistema de partidos? ¿Por qué se falsificaron las elecciones? ¿Cuál es el motivo de que los radicales se aliaran en las urnas con carlistas y republicanos en 1872? ¿Creían que eso fortalecería la monarquía democrática o solo pensaban en gobernar a cualquier precio? ¿Por qué no cuajó la República? ¿Cuáles fueron los motivos por los que el Gobierno de Pi y Margall eligió la «guerra telegráfica» para calmar a los cantonales en provincias y en las Cortes? ¿Por qué su política no satisfizo al resto de republicanos?…

*Contenido original proporcionado por la editorial 

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