Lo que te persigue

Lo que te persigue
de Óscar Montoya

Biografía del autor

Óscar Montoya nació en Alicante, es licenciado en Derecho y actualmente reside en Vigo, donde trabaja en una empresa de exportación e importación. Comenzó su andadura literaria escribiendo microrrelatos de temática actual y cotidiana que publicaba regularmente bajo el pseudónimo de Montoya Jackson. Tras haber escrito y autopublicado en Internet su ópera prima, «Últimos días de maternidad» (Amazon, 2017), con notable éxito, AdN apostó en 2019 por «De otro lugar«, su segunda novela y la primera que vio la luz como libro editado en papel, una novela que le ha hecho merecedor de encendidos elogios por parte de la crítica especializada.

Sinopsis

Israel es un vendedor de seguros y escritor en plena crisis de la mediana edad al que de pronto se le viene el mundo encima cuando, tras unas pruebas médicas, su madre debe ingresar en un hospital de Vigo, su ciudad.

Son noches largas, en las que, a la espera de análisis y resultados, no parece fácil dormir, pero Israel tiene mucho en que pensar mientras deambula por los pasillos. Como en Mario, su hijo de nueve años, al que ha criado como suyo pero que ha empezado a hacer preguntas sobre su padre biológico; o la enfermedad aún sin nombre de su madre, y en ella y su fortaleza, también en su pasado como madre soltera y en todo lo que tuvo que vivir durante la primera infancia de Israel, como la extraña muerte de su tío Jaime; o en su hermano, Alberto, de viaje en Cuba y que afirma que regresará pronto con Yanelis, una desconocida con voz demasiado ronca que dice ser el amor de su vida; o en Agustina, la hija de la mujer con quien su madre comparte habitación en el hospital, una mujer excesivamente amable que parece ocultar algo… O la curiosa relación entre la tan soñada carrera literaria de Israel y su vida sexual, porque tras haber logrado al fin publicar una novela negra con una editorial prestigiosa, la intimidad con su mujer ya no ha vuelto a ser la misma.

Pero, sobre todo, Israel, piensa, aunque no quiera, en Teresa Salgueiro, una aguerrida portuguesa de profundos ojos verdes que acaba de realizar un fallido asalto a un furgón blindado y ahora es una fugitiva de la policía. Teresa es la protagonista de su nueva novela. Esa que no debe escribir porque tiene cosas más importantes en que pensar…

Con Lo que te persigue Óscar Montoya se consagra como uno de los autores más brillantes de su generación, con una prosa profunda y un talento único para la ironía. Eduardo Mendoza, al fin, ha encontrado a su alumno más destacado.

Nota de prensa

Una conversación con Óscar Montoya
ENTREVISTA CONCEDIDA A LA EDITORIAL

Lo que te persigue es una novela difícil de calificar, donde las historias discurren en paralelo y giran en torno al protagonista, Israel Jiménez, un escritor que recibe la mala noticia de la enfermedad de su madre justo cuando se encuentra promocionando su primera novela. ¿Qué hay de verdad en esto? ¿Partimos de un hecho autobiográfico? Efectivamente, cuando me encontraba promocionando De otro lugar, mi primera novela publicada a nivel profesional, recibí el varapalo de la noticia de la enfermedad terminal de mi madre. Acababa de regresar de la Semana Negra de Gijón cuando nos enteramos. Toda la ilusión que un autor novel debería tener por su primera novela se fue al garete a los dos meses de su publicación. Recuerdo haber pensado egoístamente en por qué me tenía que pasar esto a mí, cuando la que estaba realmente fastidiada era mi madre. Daba por hecho que ni iba a poder continuar adecuadamente con la promoción del libro ni mucho menos retomar otro que por esas fechas había comenzado a perfilar. Así que sentí el impulso de aprovechar este hecho verídico para confeccionar una historia ficticia que corriese en paralelo a esta situación sobrevenida. Una historia con muchas subtramas que tuviesen como marco referencial la enfermedad de mi madre, pero enfocada de otra manera. Y, por supuesto, dedicada a ella.

¿Estamos ante un libro de duelo? Ojalá que no. Esa fue mi principal máxima: que bajo ningún modo se adscribiese a esa categoría. Necesitaba hacer algo diferente, encontrar a un narrador que no fuese ni el protagonista ni la madre ni un tercero omnisciente, y que las historias hablasen por sí solas. Recordaba haber leído tiempo atrás un artículo de Alberto Olmos que me había hecho gracia. Se titulaba: «El libro sobre la muerte de tu madre es muy malo: crisis en la literatura de duelo». Olmos decía que este tipo de literatura había perdido su carácter excepcional para convertirse en un cliché, y que ningún editor tenía los cojones de decirle a un escritor que el libro sobre la muerte de sus padres era muy malo. Recuerdo tener muy presente esto mientras escribía las primeras páginas del libro. Por supuesto, no carece de momentos emotivos y dramáticos, pero espero no incurrir en demasiados estereotipos. En este sentido, la historia de la fugitiva Teresa Salgueiro tiene un papel central.

¿Quién es Teresa Salgueiro? Es el personaje en construcción que crece en la mente de Israel como un tumor. Es la idea obsesiva que compite con la atención que requiere su madre. La huida de aquella le sirve al autor para dejar de pensar en los barrios obreros de finales de los setenta, en las fábricas de calzado ilicitanas donde su madre se partía la espalda por cuatro duros, en el bar de la cabeza de toro donde el abuelo crápula perdía a las cartas. Es el último bastión de la ficción, ante el asalto de la realidad. Por cierto, la elección del nombre es un homenaje a la cantante de Madredeus. Parte de la acción inicial transcurre en el país vecino.

En De otro lugar (AdN, 2017), recurrías al humor y a la ironía para tratar un tema tan serio como la supervivencia del elemento franquista en la policía de los años de la Transición. En Lo que te persigue nos encontramos con reflexiones sobre el paso del tiempo y la muerte junto a escenas absolutamente cómicas e incluso grotescas. ¿De verdad piensa que para ganar un premio literario importante hay que haber probado antes el sexo anal? Bueno, eso lo afirma Israel Jiménez, no yo. Mi madre se hubiera santiguado con este comentario. Poniéndonos serios, yo empleo el humor no tanto para hacer más digerible el drama como porque simplemente me gusta situarlo junto a lo trágico, sin más. No tengo una teoría preconcebida al respecto ni voy a adornar mi estilo como si todo estuviese planificado. Me sale de manera natural. Me gusta pasármelo bien mientras escribo. Cuando se me ocurrió qué obra de teatro interpretarían los presidiarios que aparecen en la novela, tuve que dejar de escribir porque no podía parar de reír. Era de locos.

¿Riéndose mientras su madre se moría? Empecé la novela al mes de serle diagnosticada la enfermedad y la terminé una semana más tarde de su fallecimiento, en enero de 2020. Entre una fecha y otra transcurrieron seis meses. Fue todo tan intenso y terrible que la sonrisa se me borró de la cara. Solo podía descansar cuando escribía. Claramente, utilicé la novela como quien usa una vela para iluminarse, cuando todo se apaga. Era como si al escribir pudiera figuradamente detener el tiempo. Yo creo que todos escribimos en cierta manera para detener el tiempo. Y eso degeneró en uno de los temas de la novela: el sentimiento de culpa de un hijo.

¿Qué hay de Óscar Montoya en Israel Jiménez? Tenemos cosas en común, pero no somos lo mismo. Ambos somos hijos de madres solteras, ambos hemos vivido en las mismas ciudades, pero somos muy diferentes. Me he servido de cierta arquitectura de mi vida para ofrecérsela al personaje, para que la ficción creciera libre dentro de ella. Es como si un homo sapiens quisiera escribir sobre sí mismo pero el personaje resultante fuese un neandertal. Israel Jiménez es ese neandertal, se extingue con la novela en cuanto se termina y yo sigo adelante. O eso espero.

Contenido original proporcionado por la editorial Alianza Editorial

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