Reseña del libro «Los hombres no son islas» de Nuccio Ordine.
Por Beatriz Mabbut.

Hace muy poco se anunció que, en reconocimiento a su defensa de las humanidades y su compromiso con la educación, el filósofo italiano Nuccio Ordine, había sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2023. Seré sincera: poco me parece para lo que se merece este señor. Si pensáis que exagero, escuchad alguna de las entrevistas que le han hecho o leed alguno de sus libros. Os recomiendo La utilidad de lo inútil, Clásicos para la vida: Una pequeña biblioteca ideal o este que reseño hoy: Los hombres no son islas.

Ya en los dos primeros Ordine lanzaba un alegato a favor de las denostadas disciplinas relacionadas con la cultura humana ―también conocidas como «letras»― y de los no menos denostados clásicos, Con este Los hombres no son islas demuestra que sigue empeñado en ir contracorriente y apostar por una educación libre de los manejos del utilitarismo económico. Para ello apuesta, una vez más, por la lectura de los clásicos como herramienta fundamental para frenar el avance de las ideologías xenófobas y las rígidas directrices del mercado. Por eso la selección que lleva a cabo Ordine no atiende a ningún canon; tan solo pretende suscitar en los lectores el ánimo de leer íntegramente los textos de los que aquí se recogen fragmentos. En palabras del propio autor, ese debería ser el fin último de cualquier antología de este tipo.

Al contrario de lo que pueda parecer, no hay desorden en este libro, pero no esperéis tampoco una estructura cronológica. Como bien manifiesta Ordine en la introducción, ha elegido esos clásicos y no otros únicamente pensando en cuáles podrían resultar de mayor provecho a la hora de fomentar el entendimiento y la compasión entre las personas, ya que, como bien advierte desde el título, Los hombres no son islas. Así, las Sátiras de Ludovico Ariosto nos ayudarán a comprender que es necesario renunciar a los privilegios para conservar la libertad, La metafísica de Aristóteles nos recordará que el conocimiento no puede estar sometido al provecho y, por si sentimos la tentación de dejarnos conducir por el egoísmo, Virginia Woolf nos hará tener presente con Las olas que el individuo es a la humanidad lo que una ola al océano. Hay más, por supuesto. No me resisto a los Poemas de Safo, que nos ayudarán a identificar el mal de amor, ni a las Recomendaciones para la formación de una biblioteca, de Gabriel Naudé, quien tenía muy claro que ni la encuadernación ni el precio hacen el libro, algo que hoy parece habérsenos olvidado.

Pero si hay un fragmento que me niego a obviar es el que da nombre a esta exquisita selección, extraído de Devociones para circunstancias inminentes, del poeta y filósofo John Donne: «Ningún hombre es una isla, ni se basta a sí mismo. Todo hombre es una parte del continente, una parte del océano (…) La muerte de cualquier hombre me disminuye, porque soy parte de la humanidad; así, nunca pidas a alguien que pregunte por quién doblan las campanas; están doblando por ti».

Bellísima reflexión para terminar esta reseña de un libro también bellísimo: Los hombres no son islas.

Por Beatriz Alcaná
@AlcanaBeatriz

Los hombres no son islas: Los clásicos nos ayudan a vivir: 446 (El Acantilado)
Autor: Nuccio Ordine
Editorial: Acantilado
Páginas: 296
ISBN: 978-8419036124
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Beatriz Mabbut
Redactora en la revista de literatura juvenil La Avenida de los Libros y colaboradora en el blog de la Asociación de Castilla y León de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror.