Samanta Schweblin y Eloy Moreno se alzan con los Premios Mandarache y Hache 2020
El jurado de la decimoquinta edición, compuesto por casi 6.000 jóvenes lectores, ha elegido Kentukis e Invisible como novelas ganadoras
El Proyecto Mandarache, impulsado por la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Cartagena, finaliza su edición de 2020 con enorme éxito de participación a pesar de la crisis sanitaria. Tras un año de lecturas el mayor jurado literario del mundo, el de los Premios Mandarache y Hache compuesto por casi seis mil jóvenes, acaba de elegir los ganadores de la decimoquinta edición y lo ha hecho con un altísimo porcentaje de votación similar a años anteriores: un 94%.
Así, dos autores plenamente consagrados se han alzado con los premios de este año: la escritora argentina Samanta Schweblin, con una consolidada trayectoria internacional, ha resultado ganadora del Premio Mandarache con su novela Kentukis (Literatura Random House); y por su parte Eloy Moreno, el conocido autor de éxitos como El bolígrafo de gel verde o El regalo, ha logrado alzarse con el Premio Hache con su novela juvenil Invisible (Nube de Tinta). Los premios tienen una dotación económica de 3.000 euros así como sendas reproducciones de una escultura del artista Ángel Haro. Ambos autores serán invitados a Cartagena en mayo de 2021 para disfrutar de la gala de entrega de premios y recoger las estatuillas junto a los ganadores de la próxima edición.
A pesar de tener que suspender la gala de entrega de premios, uno de los momentos más esperados cada año por todos los participantes, Mandarache ha logrado sortear exitosamente las dificultades impuestas por la crisis del Covid-19 «lo que se demuestra por ejemplo en el alto porcentaje de voto emitido (94%), que son las cifras que se suelen alcanzar en cada edición y a las que hemos llegado gracias sobre todo al esfuerzo del profesorado y del grupo promotor», ha declarado el Concejal de Juventud David Martínez Noguera. Del mismo modo, la crisis sanitaria obligó a celebrar de forma telemática el encuentro con la escritora finalista Tina Vallès, «para el cual recibimos alrededor de treinta preguntas en vídeo por parte de los estudiantes y a cuyo directo en el Canal de Youtube del proyecto asistieron más de quinientas personas, alcanzando en pocos días casi las dos mil visualizaciones», según el concejal.
El jurado que ha fallado democráticamente con sus votaciones los ganadores de la decimoquinta edición ha estado compuesto en total por 957 comités de lectura integrados por 5.631 jóvenes de tres Cartagenas, España, Colombia y Chile, gracias al programa internacional del proyecto ‘Orillas Mandarache’, que cuenta con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y Acción Cultural Española (AC/E). En concreto el Premio Mandarache lo componían 624 comités con 3.633 jóvenes entre 15 y 30 años procedentes de casi una treintena de centros de enseñanza (institutos y universidades), además de 240 estudiantes de Cartagena de Indias en Colombia y de Cartagena en Chile, que han leído y votado junto a sus compañeros de España. Por su parte el Premio Hache de Literatura Juvenil ha sido fallado por un jurado compuesto por 333 comités de lectura en los que participaban 1.998 adolescentes de entre 12 y 14 años.
El Proyecto Mandarache de Formación de Lectores, en el cual se enmarcan ambos premios, es una estrategia de educación lectora creada por el Ayuntamiento de Cartagena en 2004 y desarrollada a partir del trabajo de un grupo promotor que integra los esfuerzos de centros de enseñanza, bibliotecas, librerías, editores y asociaciones de padres y madres de alumnos. La iniciativa, que cuenta con el apoyo principal de la Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura, fue distinguida con el Premio Nacional al Fomento de la Lectura en 2014 y se ha destacado como uno de los proyectos de formación de lectores más innovadores y exitosos de las letras hispánicas.
Emotiva, conmovedora, diferente… Invisible narra, a través de los ojos de un niño, una historia que podría ser la de cualquiera de nosotros.
¿Quién no ha deseado alguna vez ser invisible?
¿Quién no ha deseado alguna vez dejar de serlo?
El problema es que nunca he llegado a controlar bien ese poder:
A veces, cuando más ganas tenía de ser invisible, era cuando más gente me veía, y en cambio, cuando deseaba que todos me vieran, era cuando a mi cuerpo le daba por desaparecer.
Una nueva novela de la prestigiosa autora argentina Samanta Schweblin que desvela el lado más inquietante de las nuevas tecnologías.
Casi siempre comienza en los hogares. Ya se registran miles de casos en Vancouver, Hong Kong, Tel Aviv, Barcelona, Oaxaca… y se está propagando rápidamente a todos los rincones del mundo. No son mascotas, ni fantasmas, ni robots. Son ciudadanos reales, y el problema -se dice en las noticias y se comparte en las redes- es que una persona que vive en Berlín no debería poder pasearse libremente por el living de alguien que vive en Sídney, ni una persona que vive en Bangkok desayunar junto a tus hijos en tu departamento de Buenos Aires. En especial cuando esas personas que dejamos entrar a casa son completamente anónimas.
Los personajes de esta novela encarnan el costado más real -y a la vez imprevisible- de la compleja relación que tenemos con la tecnología, renovando la noción del vouyerismo y exponiendo al lector a los límites del prejuicio, el cuidado de los otros, la intimidad, el deseo y las buenas intenciones. Kentukis es una novela deslumbrante que potencia su sentido mucho más allá de la atracción que genera desde sus páginas. Una idea insólita y oscura, tan sensata en sus reflejos que, una vez que se entra en ella, ya no se puede salir.
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