Thule. El sueño del norte
de Elisa Beni

En librerías el 21 de septiembre.

Vuelve Elisa Beni, la autora de Una mujer no muere jamás con una apasionante novela de aventuras.

En 1937 ya es posible avanzar que un conflicto mundial es inevitable. Armand Rolzou de Saint-Gelais diplomático en la Sociedad de Naciones así lo entiende y se niega a participar en la inevitable carnicería. Junto con su mujer española, Constanza, decide emprender una nueva vida en una extraña isla, desaparecida de las cartas marítimas, en pleno Atlántico Norte. Allí dará inicio su apuesta por la paz en su mansión a la que llamarán Thule, como la mítica isla de Piteas, la última tierra del norte.

Un viaje absolutamente literario en cuanto entregado a la imaginación. Una novela de aventuras, en una isla imaginaria, que convive sin embargo con los embates más duros de la historia en pleno siglo XX. Un mundo nuevo, recreado en sus más mínimos detalles, en el que arranca una saga apegada a la realidad.

¿Pueden los hombres sustraer su destino al de sus gobernantes? ¿Es posible escapar de la historia o esta te alcanza inexorablemente? La plena ficción es el territorio para preguntarnos por la naturaleza real de la libertad del individuo frente al Estado. Como siempre lo fue antes de convertirse en un fresco del problema de cada individuo.

Una experiencia luminosa en la que los hombres ya no son competidores sino cooperadores en una naturaleza a la que respetan. Una novela en la que no hacen falta crímenes ni odios ni traumas ni dolor para acceder a la experiencia perfectamente humana de sobrevivir y convivir en una naturaleza primigenia.

Elisa Beni nos invita a conocer en La Inexpugnable el verdadero alcance de la humanidad, del pacifismo, de la cooperación. Todo revestido con un halo de tranquilidad, de sosiego, de gozo. Porque el hombre cuando mira al cielo inventa dioses y cuando mira al mar inventa islas, territorios a la medida de nuestra finitud. Bienvenidos a La Inexpugnable.

Sobre el libro

En esta su cuarta novela, Elisa Beni crece asumiendo con arrojo y oficio todos los retos del autor de ficción y superándolos con creces: la imaginación, la voz propia y el territorio ficticio, la ambientación impresionante, el trazado de personajes poliédricos, los temas relevantes y plenos de sugerencias actuales, una trama que atrapa y, cómo no, una prosa potente y de calidad que convierte a la obra en un acto de amor a la lectura. Una deliciosa narración de aventuras, luminosa y comprometida, que no obvia ni la crudeza histórica del tiempo en que se sitúa ni las consecuencias sociales e individuales que acarrea posicionarse frente a una guerra en lo que unos consideran compromiso pacifista y otra mera cobardía a la hora de defender las libertades. El esfuerzo literario es de primera fila y la habilidad para capturar la atención del lector y arrastrarlo a su mundo, indudable.

Thule. El sueño del norte es un verdadero juego de espejos, una oda a la estratificación de los significados del texto. Por eso la novela tiene varias lecturas, una meramente lúdica y de evasión y otras más profundas que navegan por dilemas que aún son muy actuales e, incluso, por el juego de referencias literarias que a nadie estorban pero que suponen un plus de placer para el lector al identificarlas.

 

La amenaza invasora de un líder megalómano.- La elección del contexto histórico no es baladí en la novela. La precisa documentación que maneja la autora va situando tanto el contexto social, como la opinión pública continental, y los intereses cruzados ante la inequívoca actitud prepotente y aniquiladora de un líder como Hitler, que nos trae ecos actuales de las diversas posturas enfrentadas respecto a la actuación unilateral de Putin y a la postura internacional y política que diversos líderes adoptan. Tampoco nos es ajena la indiferencia de las clases dirigentes de todos los países ante los fenómenos que no afectan directamente a sus intereses económicos y la del resto del pueblo ante lo que parece lejano. «Es increíble hasta qué punto viven encerrados exclusivamente en sus propios deseos, que no son sino su propia conveniencia, como si la vida y la historia estuvieran obligados a rendirse a sus intereses. ¡Qué locos!«, exclama la española tras oír la opinión sobre los nazis del patriarca de una de las grandes familias del vino francés.

 

Pacifismo versus cobardía.- La obra plantea la colisión entre los límites entre la individualidad que huye de los conflictos, los posicionamientos éticos a la violencia y la falta de voluntad para enfrentar los retos y asumir que las libertades conquistadas deben ser defendidas. Thule no sólo refleja el permanente dilema en el plano personal sino también en el posicionamiento público de intelectuales y políticos. ¿Dónde está el límite a partir del que no defenderse ante lo que te imponen por fuerza es moralmente asumible? «Tu posición no se parece en nada a la de tu mentor. Rolland siempre tuvo claro su deber moral y su deber como intelectual. No combatía solo la guerra sino lo que él llama la ideología de la guerra. Sabía que se iba a situar entre las dos líneas de frente para proclamar la locura de ambos bandos y que esa posición era la más peligrosa (…)Tú Armand lo que vas a hacer es ponerte a salvo, pero no veo en ti la postura valiente que espero de un escritor«, le regaña al protagonista Charles Dillon, su editor en Fayard.

 

La evasión hacia la Naturaleza.- El infierno son los otros y el paraíso, por tanto, debe ser dejarlos atrás. Algo así sentimos todos en uno u otro momento durante la terrible pandemia en la que reparamos en nuestro hacinamiento, nuestra lejanía de la naturaleza, nuestra incapacidad para autoabastecernos. La isla, olvidada hasta de los mapas, responde con creces a la necesidad de evasión y de maravilla que todos incubamos. Vivir con la naturaleza asumiendo sus limitaciones y disfrutando de sus dones, respetando lo que quiere ofrecernos y no tomando más de lo que necesitamos. Todo eso, la belleza, los paisajes, el clima extremo, las auroras, la lejanía, el océano, lo inefable, en suma, cautivan al lector que se adentra en este mundo inalterado.

«Esperó fuera a que Armand hubiera terminado, bajo las luces oscilantes que cobraban la forma de cintas anudadas sobre la Vía Láctea, como un juguete que dios hubiera abandonado, harto de diversión». «El Urdina no tenía nada que ver con el Lemán. No era sólo el tamaño, era el misterio. El intenso azul parecía casi artificial, y su contraste con las rocas rojas y la arena surgida de la erosión de puzolanas volcánicas que lo rodeaban resultaba un espectáculo de otro mundo»

 

La cooperación y las posibilidades de convivencia.- En el mundo de La Inexpugnable sobrevivir en solitario resulta difícil, incluso si eres un magnate. En la isla existe un régimen comunitario, con una empresa común relativa a la langosta, en la que trabajan todos los isleños -incluidos los dueños de las grandes casas- y de la que todos se benefician. No hay necesidad ni de policía ni de jueces en una sociedad que resuelve sus cuitas en asamblea por democracia directa. La cooperación entre sus habitantes es constante: para el ganado, para la pesca, para construir y hasta para sortear las amenazas más extremas. Nada de eso es entorpecido por la convivencia de personas de diferentes naciones, ideologías o credos. Colaborar es sinónimo de sobrevivir. Así lo entienden también muy pronto los Rolzou. Ni siquiera el idioma es un problema, en La Inexpugnable se hablan casi todos y existe un pidgin -una mezcolanza instrumental- que permite comunicarse a vascos, franceses, ingleses, españoles e islandeses. El lenguaje usado como puente de conexión, nunca como barrera. «El qué dirán no tenía cabida en un territorio como ese, en el que todos debían colaborar para sobrevivir. Todos caerían alguna vez y todos se levantarían, seguramente gracias al empuje colectivo. La vida era lo suficientemente rica como para no precisar de la pimienta del mal ajeno«.

 

 

El poder de la belleza y del amor.– Thule es una novela de aventuras pero sobre todo es una narración luminosa que escapa de la tendencia actual a mirar solamente la cara amarga de la realidad. No es que el mal no exista, su amenaza es muy presente en la historia, sino que ésta no teme regodearse en la belleza natural y humana y en sus efectos beneficiosos así como en la naturaleza redentora del amor. «Ambos contemplaron en silencio a sus anfitriones mientras terminaban de bajar la escalera con las caras doradas por la luz, como dos altos elfos que llegaran del otro lado de la realidad a recibirlos (…) No había deseo, ni lujuria, ni envidia en sus corazones, sólo el agradecimiento por formar parte de su círculo, de su hogar»

 

La maternidad, y la opresión de la mujer.– A principios del XX ninguna mujer dudaba de que sus condicionamientos biológicos marcaban su lugar en el mundo. Curioso por lo menos que esto se olvide en la actualidad cuando se intenta regresar a la mujer hacia algunos de ellos. Thule retrata perfectamente cómo liberarse de esa esclavitud derivada de la reproducción fue un privilegio de las mujeres de clase alta que, tras la II Guerra Mundial, comenzó a extenderse a otras clases gracias a los avances científicos y al estado del bienestar. «No sea cruel, Renée. Ni siquiera considerando que su hijo está exento de tal servidumbre puede ser usted tan poco comprensiva con la de mi hija«, le dirá una consuegra a otra en un café de La Rochelle.

 

La perversidad psicológica– Los grandes hombres pueden ocultar grandes miserias y tremendas violencias. Constanza intentará ayudar a su amiga Aline en su liberación de un amor tóxico que da y quita con la precisión malsana que sólo puede manejar un perverso. ¿Qué hay detrás de Nathaniel Buss, un seductor comprometido con la libertad o un fetichista sumido en la permanente insatisfacción? «Buss es un hombre culto y muy inteligente, un hombre que piensa que con su voluntad podría lograr cualquier objetivo, pero tiene una debilidad evidente por las mujeres. Necesita conquistarlas, como el don Juan, para que ese acto de poder lo reafirme ante sus propios ojos«.

 

La literatura como parte de la vida.- Toda la novela es un homenaje a la literatura como parte esencial de la vida de los hombres. La narración está poblada de escritores, de bibliotecas, de libros y de guiños. El primero de ellos el nombre del barco de Dachary, el Petit Rouritanie, en clara referencia al territorio creado por Hope, al que rinde homenaje con esta isla imaginaria. Las sutiles y constantes referencias a Byron, Milton, Beckett, Poe, Carson, Whitman, Cohen o Conrad recorren toda la narración en un juego textual que no incomoda al lector menos avisado pero que, sin duda, aporta textura y juego literario a todos aquellos capaces de disfrutarlo

Elisa Beni ama la literatura y esta obra es un reconocimiento sentido también a todos los que comparten su pasión.

  • Contenido original proporcionado por la editorial

Críticas

Sobre Una mujer no muere jamás:

«Detrás de la periodista Elisa Beni hay una escritora llena de dotes.» Juan Manuel de Prada

«Una inteligente novela sobre cómo se tejen los afectos y se repiten las historias. Cómo una persona que jamás conoceremos puede cambiar la vida de otras muchas, tiempo después, como un eco que nunca cesa aunque no podamos escucharlo.» elDiario.es

«Un homenaje a todas aquellas vidas que el franquismo ignoró y que continúan vivas en sus hijas o nietas.» La Razón

«En una especie de oda a la libertad, la autora se sumerge en la reivindicación de un papel más predominante para la mujer en la sociedad.» Deia

«Es tan emocionante, a la vez que desoladora e intrigante, que es imposible no disfrutarla.» Memorias sin título

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Thule. El sueño del norte
Autor: Elisa Beni

Editorial: Roca

Publicado: 21 septiembre 2023

Páginas: 512

ISBN: 978-8419449085

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