La mirada de la ausencia

Hay novelas que cuando llegan a nuestras manos sin saber el porqué sientes su magnetismo, su vibración y este es el caso de La mirada de la ausencia de Ana Iturgaiz.

Febrero 1874, el ejército Carlista ha puesto cerco a la ciudad de Bilbao, Inés Otaola una joven planchadora vive en la ciudad con su abuela y su hermano Ignacio. Criados por su abuela la joven es la única que aporta su sueldo a la más que diezmada economía familiar, Ignacio por su parte es un idealista un rebelde que solo ocasiona quebraderos a la familia.

Inés descubrirá accidentalmente en la casa en la que trabaja unas fotografías de “jóvenes ligeritas de ropa”, lo que ocasiona que sea despedida inmediatamente por la señora de la casa.

En Bilbao vive también Javier un fotógrafo vocacional que trabaja en un renombrado estudio fotográfico de la ciudad, como ayudante del padre de su novia, para poder salir adelante el joven en sus ratos libre se dedica a hacer fotografías eróticas de jóvenes que luego vende a los “señores” de la ciudad ávidos de carne joven.

El destino es caprichoso y ambos jóvenes verán cómo se cruzan sus caminos, Inés verá la oportunidad de ganar unos reales posando para esas fotografías que hace Javier, y el quedará prendado de la belleza y la ingenuidad de la joven.

Inés pierde a su abuela y la casa que compartían, por otro lado su hermano Ignacio se ha marchado para unirse a los Carlista, sola Inés encontrará refugio en la casa de Javier. Pero las aspiraciones de el joven fotógrafo van mucho más allá, quiere fotografiar la realidad de la sinrazón de una guerra, imágenes reales tomadas en el frente, no la realidad edulcorada que está llegando, por lo que se ofrece como “reportero de guerra” al Ejército Gubernamental a cambio recibirá un permiso para pasar al bando Carlista para hacer fotos, pero todo tiene una contraprestación y Javier está a punto de iniciar un paseo por el filo de la navaja convirtiéndose en espía.

La situación en Bilbao es insostenible porque lo que a la marcha de Javier, Inés decide unir su futuro más inmediato a Javier y juntos iniciarán un viaje hacia el campo de batalla, el ilusionado con cumplir su sueño y ella soñando con volver al lugar que la vio nacer.

Ana Iturgaiz describe con precisión fotográfica una época de la historia de España, la tercera guerra Carlista en la que la sinrazón llevó a enfrentar a miembros hasta de una misma familia, vecinos, amigos. Un narrador en tercera persona irán dando voz en la historia por momentos a Javier, y a Inés en los momentos de más peso de la narración, la ambientación exquisita te lleva a pasear por las calles de una ciudad como Bilbao que a ojos de la autora vemos muy alejada de la actual ciudad cosmopolita e industrializada que es hoy.

Un maravilloso trabajo de documentación avala la fiabilidad de la narración, y nos demuestra que la autora se mueve igualmente bien en las procelosas aguas de una nivela histórica, sin dejar de lado la novela romántica, porque al final La mirada de la ausencia, es una historia en la que la guerra, el sentimiento de perdida, el amor y la ausencia son un potente cóctel.

Una historia potente que encierra una maravillosa historia de amor, un amor que nace con pasos tímidos y que se forja en fuerte y poderoso en el campo de batalla.

Agradecer a Roca Editorial y a Sílvia Fernández el habernos enviado un ejemplar de esta novela para su lectura y reseña en el Blog.