Uke

Uke
de Elia Barceló

(31 agosto 2022)

La adictiva novela que ratifica a Elia Barceló como una de las narradoras más lúcidas y versátiles de las letras españolas.

Una mujer desaparecida y un hombre obsesionado por ella hasta rozar la locura; dos muertes incomprensibles, un asesino demente, y un aterrador círculo verde que se aparece en los espejos. Todo esto converge en una absorbente historia de posesiones diabólicas, suspense y amor incondicional que revela una temible realidad: Dios sólo puede reinar si tiene un adversario con el que batirse en un combate perpetuo, que es el motor del mundo.

Esta adictiva novela ratifica a Elia Barceló como una de las narradoras más lúcidas y versátiles de las letras españolas.

Damos la bienvenida a Elia Barceló a la colección Minotauro Laberinto.
· Elia Barceló es una de las autoras de género con mayor trayectoria en España y Latinoamérica.
· Uke es un clásico del género en español.

Elia Barceló es una de las escritoras más versátiles y reconocidas internacionalmente de las letras españolas. Su gran amor es la literatura fantástica.

Ha publicado diecinueve novelas, nueve de ellas para lectores jóvenes.Ha sido traducida a dieciocho idiomas, consiguiendo un gran éxito de ventas en Alemania y Holanda.

En España, su título más conocido es Cordeluna, del que se han vendido más de 35.000 ejemplares.

Sobre el libro

Si escribir novelas y publicarlas ya es un privilegio, el hecho de
que la misma editorial que lanzó esta en 2004 haya decidido re-
editarla en 2022, y además rescatando el título que yo elegí hace
tanto tiempo, es casi un milagro.

He dicho en muchas ocasiones que Uke fue la novela que me
enseñó a escribir novelas y, aunque suene curioso, es la pura ver-
dad. Antes de esta, lo más largo que había escrito en la vida era
Sagrada, la novela corta que dio título a mi primera publicación,
en 1989, en Ediciones B, que tenía un tercio de la extensión de
esta.

La novela que ahora tienes entre las manos surgió de un
modo curioso: la idea que me permitió escribirla me vino, sin ha-
berla buscado, en una de esas pesadillas clásicas cuando te des-
piertas bañada en sudor, desorientada y con la sensación de que
va a suceder algo terrible. Era una tarde de agosto. Hacía un calor
infernal y el cielo se iba cubriendo despacio. Me tumbé a hacer la
siesta, me dormí y, cuando desperté, ya casi en medio de una tor-
menta eléctrica, seca, —supongo que fueron esa tormenta y el
cambio de presión las que me regalaron la idea— me di cuenta de
que el sueño seguía conmigo y, mucho más extraño, las palabras
con las que alguien dentro del sueño me había ido mostrando las
jerarquías del dolor que encontrarás a lo largo de las páginas que
te esperan.

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