La Bestia Carmen Mola

La bestia
de Carmen Mola

Publicación: 4 noviembre 2021
Editorial: Planeta
Páginas: 544
ISBN: 9788408249849

Premio Planeta 2021

De manera magistral, Carmen Mola teje, con los hilos del mejor thriller, una novela frenética e implacable

Biografía del autor

Carmen Mola nació en la primavera de 2017, en Madrid, cuando los autores Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Mercero decidieron lanzarse a una aventura de creación colectiva que cristalizó en una primera novela, La novia gitana, a la que seguirían La red púrpura y La nena. A lo largo de estos años, los tres autores han continuado con sus proyectos personales, tanto novelas como guiones.

Mola, que es el pseudónimo que se ha desvelado que está compuesto por Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Mercero, tiene tres novelas publicadas La novia gitanaLa red púrpura y La nena, todas ellas protagonizadas por la inspectora Elena Blanco.

Jorge Díaz nació en Alicante en 1962. Es escritor, periodista y guionista de televisión. Ha participado en multitud de series de televisión como Hospital CentralVíctor RosEl don de AlbaCiega a citas o Acacias 38, series con las que ha cosechado todos los grandes premios de la profesión, como el TP y el Ondas, entre otros muchos. Tras un año sabático en Brasil, regresó con su primera novela bajo el brazo, Los números del elefanteLa justicia de los Errantes, en la que novelaba el viaje latinoamericano de los anarquistas españoles Francisco Ascaso y Buenaventura Durruti en los años veinte del pasado siglo, fue su primera incursión en el género histórico, a la que siguió Cartas a Palacio, ambientada en la desconocida Oficina Pro Cautivos creada por Alfonso XIII durante la Gran Guerra. Tengo en mí todos los sueños del mundo es su cuarta novela.

Agustín Martínez nació en Lorca, Murcia, en 1975. Licenciado en Imagen y Sonido en la Universidad Complutense de Madrid, inició su carrera profesional en la publicidad, pero pronto se cruzó en su camino la escritura de guiones de ficción. A lo largo de dieciocho años ha participado en numerosas series de televisión y programas de radio. Trabajos que han sido reconocidos con diversos premios. Su primera novela, Monteperdido, supuso un deslumbrante debut con excelentes críticas aquí y en el extranjero. Los derechos se han vendido a más de diez países, incluyendo Francia (Actes du Sud), Alemania (Fisher), Italia (Rizzoli) y Reino Unido (Hachette). La mala hierba también se está traduciendo ya al alemán y al italiano.

Antonio Mercero (Madrid, 1969) es licenciado en Periodismo. Trabajó en las agencias de noticias LID y FAX PRESS, dirigidas por Manu Leguineche, entre 1990 y 1992, y fue colaborador de La Gaceta de los Negocios en Nueva York. En 1994 empezó a trabajar como guionista en la serie Farmacia de Guardia. Desde entonces, ha escrito en series como Hospital CentralLobosMIR Siete días al desnudo. También ha escrito las miniseries El pacto, dirigida por Fernando Colomo, y El Rey, de Norberto López Amado. En cine ha colaborado en el guion de La vergüenza, dirigida por David Planell, y es coguionista de las películas Quince años y un día y Felices 140, de Gracia Querejeta. Ha publicado las novelas La cuarta muerte (2012) y La vida desatenta (2014). El final del hombre (2017) fue la primera entrega de la serie policiaca protagonizada por el policía Carlos Luna, que pasará a llamarse Sofía Luna tras su operación de cambio de sexo. Tras una calurosa acogida por parte de la crítica y los lectores llega la segunda entrega: El caso de las japonesas muertas. Los derechos de ambas novelas han sido vendidos para una serie de televisión.

Sinopsis

Corre el año 1834 y Madrid, una pequeña ciudad que trata de abrirse paso más allá de las murallas que la rodean, sufre una terrible epidemia de cólera. Pero la peste no es lo único que aterroriza a sus habitantes: en los arrabales aparecen cadáveres desmembrados de niñas que nadie reclama. Todos los rumores apuntan a la Bestia, un ser a quien nadie ha visto pero al que todos temen.

Cuando la pequeña Clara desaparece, su hermana Lucía, junto con Donoso, un policía tuerto, y Diego, un periodista buscavidas, inician una frenética cuenta atrás para encontrar a la niña con vida. En su camino tropiezan con fray Braulio, un monje guerrillero, y con un misterioso anillo de oro con dos mazas cruzadas que todo el mundo codicia y por el que algunos están dispuestos a matar.

De manera magistral, Carmen Mola teje, con los hilos del mejor thriller, esta novela impactante, frenética e implacable, de infierno y oscuridad.

La novela ganadora del Planeta se sitúa en una ciudad asolada por una oleada de crímenes a niñas de las clases más humildes, y en ese marco, un periodista, un policía y una niña intentan desvelar los secretos de tan abominables asesinatos.

Ambientada en el Madrid de 1834, en el que había una epidemia de cólera que azotaba la ciudad, y había restricciones muy similares como las de hace poco tiempo. El Madrid de esta novela, ha añadido Mercero, también estaba azotada por una guerra carlista y por unos crímenes que no son reales.

«híbrido de novela histórica y de thriller ambientado en una ciudad de ambiente opresivo.»

«la historia de Lucía, una adolescente huérfana que busca a su hermana desaparecida.»

«muertes, conspiraciones de café y lucha de clases»

«El personaje principal de la novela es la ciudad de Madrid, la que compartimos los tres, muy distinto del actual, que es sucio, con barro, sin aceras, con la basura por las calles».

«el hilo principal de la novela es la búsqueda por parte de una huérfana, Lucía, de su hermana Clara en ese Madrid polvoriento cercado por la guerra carlista y el cólera, que ha sido secuestrada por un asesino de niñas»

«la novela termina siendo un espejo deformado de nuestra realidad, en la que las resonancias de 1834 y lo vivido reciente con la pandemia resultan sorprendentemente parecidos»

Reseña:

Una novela «dickensiana» al estilo Carmen Mola

La Bestia es una novela intrigante, adictiva y violenta, con una exhaustiva labor de documentación que nos traslada a un Madrid costumbrista, una ciudad llena de contrastes y en permanente evolución, donde sus habitantes harán todo lo posible por sobrevivir. El realismo, las malas condiciones sociales de la mayoría de sus personajes, además de la repulsión que generan algunos de ellos, forman parte del imaginario construido en La Bestia, un universo que guarda relación con algunas de las grandes novelas del británico Charles Dickens. Aunque en esta ficción contemporánea hay una gran diferencia: el Premio Planeta 2021 es una novela dickensiana pero pasada por la eficaz trituradora de Carmen Mola. El género thriller y el suspense siempre en todo momento.

 

«Tiene el pálpito de que ese grabado esconde el poder de una maldición.»

 

El estilo directo y sin rodeos está presente a lo largo de toda la obra, dotándola de una capacidad de evocación que permite al lector trasladarse sin dificultad al Madrid de mediados del siglo XIX. De hecho, serán muchos los lectores que se sorprenderán al encontrarse con un Madrid histórico en plena epidemia, tan lejana a la de 2020, pero tan similar a ella. Esto, sumado a la caracterización de los personajes y la atmósfera de las escenas, hará que el público aliente la lucha contrarreloj de Lucía y Diego por salvar a Claudia y por sacar a la luz todo lo que rodea a la temible Bestia. Gracias al estilo de Carmen Mola, los lectores sentirán la misma amenaza como si fuese real.

 

«No le quedan fuerzas para llorar y una idea se adueña de ella: se merece todo castigo. Sus actos han traído este infierno.»

 

Desde la publicación de su primer libro, Carmen Mola se ha convertido en un fenómeno literario que ha revolucionado el mundo editorial. Con numerosas ediciones, su trilogía de Elena Blanco ha cautivado a miles de lectores. Redonda, sin fisuras y atractiva, La Bestia hará las delicias de todos aquellos que ya se han sentido cautivados por Carmen Mola y de los que aguardan, con interés, dejarse atrapar por este thriller. La escritura es audaz y la acción avanza con agilidad a través de una trama brillante y repleta de giros inesperados. Y es que en esta nueva y trepidante ficción nadie logra permanecer a salvo de la violencia y el mal, los dos temas de fondo de una cruda novela que mantiene la tensión narrativa desde la primera a la última página. Con La Bestia resultará imposible dejar un capítulo en el aire y no proseguir hasta el final.

 

Los personajes más relevantes

Lucía

La joven de catorce años es la protagonista de este thriller. Lucía malvive en el humilde barrio de Las Peñuelas junto a su madre Candela y su hermana pequeña Clara, a quien adora y protege. Las tres se quieren y su empobrecido hogar se sostiene a pesar de las dificultades. Candela, que se gana la vida como lavandera, ha contraído el cólera y su salud no hace otra cosa que empeorar. Lucía, luchadora y valiente, deberá cuidar de su familia. Lo hará decidida a explorar la ciudad, cada vez más hostil con los desfavorecidos. Pero la epidemia no será la mayor desgracia a la que deberá sobrevivir. La Bestia será una amenaza para ella y su hermana de tan solo once años.

«A Lucía todavía le cuesta entender qué hay en su cuerpo para atraer el deseo de los hombres. Ha sentido muchas veces las miradas, cuando no las manos buscando su piel. ¿Será verdad, como le dice la carrerista, que el único poder real que tiene está en su cuerpo? Se sacude esas ideas de la cabeza, como si sintiera que su madre pudiera estar espiando sus pensamientos.»

«En las calles de Madrid hay un gigante que no parará hasta darle muerte. Lo único que puede hacer es coger a su hermana y dejar atrás esta ciudad maldita, pero no puede lanzarse a esa aventura con los bolsillos vacíos. Necesita dinero. Tal vez, si gana suficiente, también gane un futuro para Clara y ella. Un futuro en el que volver a dormir tranquila algún día.»

 

«La muerte se convertirá en un dolor soportable, pero no así el hambre.»

 

Diego Ruiz

Si algo mueve a este audaz periodista de El Eco del Comercio, cuyas crónicas firma como El Gato Irreverente, es dar a conocer los terribles asesinatos de niñas pobres en las afueras de Madrid, además de dar con la verdadera identidad de la Bestia, cosa que le obsesiona. Amigo del guarda real Donoso, en su empeño se topará con Lucía, a quien deseará ayudar hasta el final. Perseverante, vivaz y mujeriego, este buscavidas se sentirá fuertemente atraído por la duquesa Ana Castelar.

«Este trabajo en El Eco del Comercio es su última oportunidad de encontrar un hueco en la profesión y cierta estabilidad en su vida, demasiado azarosa hasta el momento. Donoso se lo ha dicho más de una noche: los principios morales son perfectos para una tertulia, pero no calientan cuando hace frío.»

«Si tuviera el lado práctico de la vida más afinado, se encerraría en su cuarto a escribir una necrológica sobre el teólogo, pero la gran maldición de su carácter es el componente irreflexivo, romántico. Una maldición que le acompaña desde la adolescencia y que ahora empuja sus pasos hasta el Corral de la Sangre.»

«La obsesión por la Bestia y por publicar noticias que le den prestigio en las tertulias de los cafetines han pasado a un segundo plano. Ahora su cruzada es otra: demostrarle a esta gente olvidada que alguien lucha por ellos, como lo está haciendo Ana Castelar al jugarse la vida al lado de los enfermos.»

 

Donoso Gual

Este excelador real, que perdió un ojo en un duelo por amor, trabaja como refuerz0 de la policía de Madrid para vigilar las puertas de la ciudad durante la epidemia. Más cauto que Diego, su gran amigo de correrías nocturnas, prefiere mantenerse al margen de cualquier investigación sobre la Bestia. Descreído y falto de afectos, Donoso frecuentará burdeles y tabernas. Su lealtad a Diego le obligará a verse implicado en el trabajo del periodista.

«La ciudad está en silencio y le devuelve el eco de sus pasos, el jadeo de su respiración. Y hay algo más: una presencia acechante, real, no como la de sus pesadillas.»

 

Ana Castelar

Atractiva y enigmática, la duquesa de Altollano llama la atención de Diego desde el primer día que la ve. Esta mujer, que destinará parte de su tiempo a labores de beneficencia con los enfermos de cólera, se sentirá fascinada por el atrevimiento del periodista. Sus controvertidos ideales causarán algo más que sorpresa, a la vez que se cruzará, con una aura de extraña bondad, en la vida de Lucía.

«Es un juego extraño; como si dos personalidades se dieran la alternativa en un mismo cuerpo: Ana se desenvuelve en la trivialidad para luego mostrarse directa y honesta, completamente ajena a las convenciones que se suponen a su estatus en la sociedad. Pero, como si tuviera miedo a pasar demasiado tiempo al descubierto, Ana no se decide a desprenderse por completo de esa artificialidad.»

 

La Bestia

Animal, humano o tal vez ambas cosas, la Bestia genera pánico tan solo con mencionarla. Los cuerpos desmembrados de las niñas, abandonados de forma inhumana, demuestran la brutalidad de este monstruo gigantesco. Las autoridades, superadas por el cólera e insensibles al sufrimiento de los más desfavorecidos, no se esforzarán en darle caza. Pero el cerco a la Bestia, y a todo lo que se esconde detrás de este personaje, se estrechará cada vez más.

«Pero, aunque esos extraños atributos humanos no sean verdad, ¿por qué un animal vaga extramuros de la ciudad y elige tan concienzudamente a sus víctimas? En ese extremo, sí existe un patrón: todas las víctimas eran niñas que apenas rozaban la pubertad. Si esa Bestia es tan fuerte como dicen, ¿por qué selecciona a las más indefensas?.»

«Aparte de que no se trata de ningún animal, poco más saben de él: que viste siempre de negro; que es un gigante que mide más de dos metros; que su cara está quemada y su piel rosácea refulge encarnada a la luz de los candiles que cuelgan de las paredes; que todas las tardes se desnuda y se golpea a sí mismo con un látigo hasta que cae rendido sobre el charco de su propia sangre. Después saca a una de las niñas de su celda y la obliga a curarle las heridas.»

 

«Ya no temen una violación o que les pegue, como les pasaba al principio; se han acostumbrado al ritual. Todas saben de qué es capaz la Bestia.»

 

Fray Braulio

Este aguerrido monje sorprenderá a Lucía durante una de las revueltas populares contra los frailes. Pronto se dará cuenta de que el religioso, decidido a actuar en todo momento, esconde algo más que sus fuertes convicciones.

«Lucía se frota el brazo. Está segura de que le va a salir un cardenal en el punto en el que el monje ha hecho presa con su manaza. Pero hay algo inofensivo en su brutalidad y ella nota que el miedo que le inspira va perdiendo fuerza. Piensa en él como en un animal enorme, tal vez un oso, que no es consciente del daño que puede hacer cuando sólo quiere jugar. O a lo mejor está tan desesperada que es lo que prefiere creer.»

 

Tosefa, la Leona

La madama del burdel de la calle del Clavel se fija en la joven Lucía. A pesar de su aparente frialdad, la mujer sentirá un extraño lazo con ella. Josefa, que hace tiempo que mantiene un idilio amoroso con un conocido juez, tratará de protegerla enseñándole a valerse por sí misma.

«Es bien consciente de que muchos desprecian su negocio: vender mujeres como quien vende cordero. Cuando escucha estas críticas de boca de religiosos o esposas de alta alcurnia, se enciende por su hipocresía: qué, si no, ¿pueden hacer las pobres para ganarse comida y techo? Son los mismos curas y las mismas familias biempensantes las que dan la espalda a niñas como Lucía. Las que las arrojan fuera de la Cerca cuando resultan incómodas.»

 

 

Los temas: el mal en tiempos de cólera

«Este maldito año de 1834 todo parece salir mal: el cólera, la guerra de los carlistas, la Noche de San Juan y la Bestia, también la Bestia.»

El arranque de La Bestia sitúa a los lectores en la brutalidad más descarnada. La maldad y la violencia son el telón de fondo de esta novela ambientada en un periodo convulso de la historia de España. En 1834, la inestabilidad política -los problemas de sucesión monárquica con Isabel Il y la regente María Cristina- y las refriegas en el frente se cebaban en una población sumida en la desesperanza. La epidemia de cólera, queirrumpió en España en 1833, fue la gota que colmó el vaso. Su expansión se había podido contener, pero el movimiento de tropas para sofocar el levantamiento carlista la diseminó por todo el país. La prevención fue insuficiente y se tardó en reaccionar. Los pobres, tal y como se muestra en La Bestia, fueron los principales damnificados debido a sus pésimas condiciones de vida. La represión contra las clases populares, cada vez más alejadas de la ciudad, fue una constante que se trataba de justificar por la falta de higiene.

 

Junto con las medidas que se tomaron contra la enfermedad y el estado de los enfermos, Carmen Mola relata otros hechos históricos que fueron reales, como la matanza de frailes. En julio, se produjo un ataque de ira del pueblo de Madrid y ochenta religiosos fueron asesinados. La muchedumbre llegó a la basílica del convento de San Francisco el Grande, al Colegio Imperial de la calle Toledo, y arrasó con todo. Los mataron porque se decían que los frailes envenenaban el agua contratando a niños e indigentes y así causaban la epidemia de cólera que asolaba la ciudad. Este hecho y la insistencia del clero en que la enfermedad era un castigo divino también se narra en la obra.

 

«Todos miran hacia otro lado, nadie va a enfrentarse, nadie va a jugarse la vida ayudando a los apestados.»

 

Además, en esta novela tienen un papel crucial las llamadas sociedades secretas. En concreto, la de los carbonarios. Esta organización nació en Nápoles a principios del siglo XIX como reacción a la ocupación napoleónica del país. El objetivo de los carbonaros era instaurar regímenes democráticos por toda Europa, dotando a las naciones de una constitución. Sin embargo, como sociedad secreta contaba con sus ritos de iniciación y con la necesidad de ocultar ciertas actividades incluso entre sus miembros. En cualquier caso, Carmen Mola aprovecha este referente histórico poniéndolo en el contexto de una trama de ficción de asesinatos de niñas.

 

Los principales escenarios de aquel Madrid de 1834

Madrid no es únicamente la ciudad en la que se sitúa la acción. De la misma manera que el contexto histórico influye en la trama, la ciudad destaca como un personaje más. No podría entenderse La Bestia si no fuese en ese Madrid de 1834. La exhaustiva labor de documentación influye en la atmósfera de los escenarios elegidos para este thriller. Estos son algunos de los lugares que también recuerdan al Madrid de Benito Pérez Galdós.

 

La Cerca y sus alrededores

Es el nombre genérico que se le dio a los sucesivos muros que marcaban el límite de la ciudad desde la Edad Media hasta el siglo XIX. Las cercas tenían también diversas puertas que daban entrada a la urbe. Las niñas que aparecen muertas pertenecen a los barrios más marginados, situados en los extramuros de Madrid. Destacan el barrio de las Peñuelas, donde vive Lucía junto a su madre y su hermana: el Cerrillo del Rastro; el lavadero de Paletín y el parador de Santa Casilda, habitado por temporeros, mendigos y delincuentes.

 

«En el empedrado queda el recordatorio rojizo: Madrid está plagado de manchas así. Ya nadie se sorprende ante un estallido de violencia, ante un cadáver en una plaza.»

 

Los lazaretos y los hospitales

Allí es donde se encuentran los enfermos de cólera, algunos para ser tratados y otros ya desahuciados. La acción también transcurre en el Hospital General, antes el Hospital de los Pobres. A pesar de sus grandes dimensiones, Carmen Mola remarca que el lugar no logra acoger a tantos enfermos como van llegando y los pacientes permanecen hacinados a la espera de tratamiento (o de la muerte). También se mencionan el Lazareto del convento de Valverde, donde la duquesa atiende a diversos enfermos, y la cárcel del Saladero, reformada para funcionar como hospital, ya que todo gira alrededor de la epidemia.

 

Lugares más (o menos) distinguidos

Aunque el cólera lo impregne todo, otros escenarios son la Carrera de San Jerónimo y los edificios eclesiásticos a su alrededor; el burdel de la calle del Clavel; el palacete de Hortaleza en el que reside Ana Castelar y el Real Museo de Pinturas y Esculturas, el actual Museo Nacional del Prado, del que se nombran las obras El triunfo de la muerte, de Bruehel el Viejo, y El tránsito de la Virgen, de Andrea Mantegna, con gran valor simbólico.

«Sabe que Madrid sólo esconde miseria, suciedad y muerte.»

 

«Parece el monstruo de una pesadilla que, en cualquier momento, puede volver a reunir sus partes y levantarse como una araña sin cabeza.»

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