Reseña del libro Trueno (El arco de la guadaña, #3) de Neal Shusterman. Por Fernando Arévalo.

Trueno es la esperada conclusión de El arco de la guadaña. Los hechos transcurren tres años después del impactante final de Nimbo, tras el hundimiento de Perdura y la desaparición de Anastasia y Lucifer. En estas circunstancias, un villano del pasado reaparece y se autoproclama líder de la guadaña. En efecto, la complejidad del universo creado por Shusterman llega a su límite en este libro, donde el caos reina.

La novela es bastante extensa y peca de tediosa por abusar de la temática religiosa introducida con los tonistas; de hecho, a veces ese arco argumental se percibe únicamente como relleno. Con todo, las críticas religiosas son bastante interesantes y reflejan el problema del extremismo ideológico presente en algunas confesiones. De esta manera, el autor demuestra que ninguno de los elementos presentados en la saga está desperdiciados. Sin embargo, Trueno sería mucho más disfrutable si contara con una menor cantidad de páginas dedicadas a esos asuntos.

Quizá el problema es que los capítulos enfocados en esa parte de la historia se encuentran un poco atravesados, pues casi siempre interrumpen lo que realmente el lector quiere conocer: el paradero de personajes como Anastasia, Rowan y Faraday.

Por otro lado, fue sorprendente ver la reacción de las personas al tener que afrontar la vida sin el Nimbo, puesto que este le retiró la palabra a la humanidad cuando Perdura se hundió, aunque seguía cuidando de todos al gestionar los recursos con la misma eficiencia de siempre. La desesperación de la humanidad por establecer algún tipo de comunicación con la nube ciertamente es una demostración del grado de dependencia de la gente hacia la tecnología, quizá haciendo de esta su objeto de devoción.

Con respecto a los saltos temporales que estaban muy presentes en la primera parte de la novela, se puede decir que hacen que la lectura sea dinámica. Lamentablemente, llega un punto en el cual el recurso es abusado y resulta abrumador. A veces hay que detenerse y calcular el momento en el que se están desarrollando los hechos para poder comprender lo que sucede.

Por otro lado, es bien sabido que, en la literatura contemporánea, los narradores protagonistas parecen ser más populares. No obstante, Neal Shusterman prefiere la voz de un narrador en tercera persona, que es el más conveniente para una historia como esta, puesto que está cargada de muchas reflexiones filosóficas. Si hubiera usado otro narrador, quizá no habría obtenido un buen resultado.

Ahora bien, ¿cuál es el gran problema de Trueno? Es posible que el autor se haya tomado un tiempo excesivo para poner a todo el mundo en su lugar. Es cierto que los reencuentros son maravillosos, cargados de emociones intensas; pero otros acontecimientos importantes se hacen esperar demasiado. Además, el universo de la saga, que en el primer libro parece ser estable, en Trueno es un auténtico desastre. Por supuesto, literalmente hay muchos problemas sociales en desarrollo, mas llega un momento en el que es difícil distinguir si todo está sumido en el caos por las circunstancias o porque el sistema como tal no tiene sentido.

Tocante al desarrollo y al final de los personajes, estos resultan apropiados, sin llegar a ser perfectos en algunos casos. Asimismo, la historia de amor de Citra y Rowan no es la mejor, aunque sí es funcional. En realidad, hasta el romance entre Jeri y Greyson está mejor construido. Y, pese a que en un principio ambos personajes son un tanto odiosos, terminan cayendo bien porque crecen tremendamente a lo largo de la historia, especialmente Greyson. Otros personajes como Morisson, Munira y Loriana también resaltan.

No obstante, tal vez el personaje con la peor evolución de la saga es el Nimbo. En Siega, era muy querible, dado que se trataba de una conciencia artificial con innumerables virtudes. En Nimbo, fue demasiado distante a causa de todas sus reglas, sobre todo con la decisión que toma al final. La misma no termina teniendo lógica alguna, porque toda la humanidad no era responsable de lo sucedido en Perdura. Y, a pesar de que se esperaría que eso tuviera sentido en Trueno, no resulta siendo así. Es como si solo se tratara de una exigencia del guion para justificar la trama de esta novela.

En cuanto a la resolución del problema, el plan trazado por los fundadores de la guadaña resulta inesperado, así que es un buen giro de tuerca. Hay que admitir que es una salida a la amenaza inminente que está encima del mundo, aunque no es una solución definitiva a la cuestión. Pero, como el tema principal de la trilogía tiene que ver con todo lo que rodea a la muerte y hay muchos debates filosóficos y morales al respecto, ¿de qué manera se podrían solucionar todas esas controversias tan complejas a la perfección? Difícilmente existiría una. Por lo tanto, el final de la saga es satisfactorio y para nada previsible. De los tres libros, este puede hacerse pesado, pero es una excelente novela de igual manera. Verdaderamente, El arco de la guadaña es una saga que vale la pena leer.

La capacidad de Shusterman para crear universos complejos con muchos elementos es infinita. Los segadores, la guadaña, el Nimbo, los agentes del cúmulo, los indeseables, los tonistas, los sujetos de suplantación; en resumen, todos los elementos que son presentados en esta historia son relevantes, y se siente su presencia, haciendo de esta una saga sólida. Por consiguiente, es muy recomendable.

 

Por Fernando Arévalo
@fernandoj_arevalo

Título: Trueno
Autor:  Neal Shusterman
Editorial: NOCTURNA EDICIONES
Publicado: 20 julio 2020
Páginas: 728
ISBN: 978-8417834616
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Fernando Arévalo
Autor de la saga "Sistemas rotos", una historia dinámica de ciencia ficción con reflexiones sociales compuesta por Devoto, Rotos y Peligrosos. Es un apasionado profesor de Literatura con ocho años de experiencia en el campo de la docencia y un crítico de novelas de toda clase que disfruta de escribir reseñas. Actualmente cursa estudios de postgrado en el programa de Maestría en Lectura y Escritura de la Universidad de Carabobo.