El escritor Jon Echanove nos habla de su próximo proyecto: «Es una experiencia nueva para mí».
Jon Echanove es escritor, economista, psicoterapeuta y formador y ha publicado dos novelas hasta la fecha, El ángulo de la felicidad y Los planes de Dios. En ellas, encontraremos un minucioso trabajo en la construcción psicológica y emocional de los personajes, así como historias que nos hablan del trauma, la culpa y la necesidad de pelear por la felicidad. Actualmente, está trabajando en un nuevo proyecto que se convertirá en una trilogía, El aprendiz.
- Jon, has escrito hasta la fecha dos novelas. ¿Podrías hablarnos de ellas?
La primera de ellas, El ángulo de la felicidad, es una novela que trata de describir como enfrentarse a un entorno completamente ajeno, en este caso, China, puede ayudar a ver nuestro pasado de un modo distinto, y tal vez, vernos a nosotros mismos de un modo más generoso. Es una mezcla entre una sesión de terapia con la velocidad y el ritmo de una novela de aventuras.
Los planes de Dios, es una novela más oscura, en la que, a través de tres voces, un expatriado, una mujer del arrabal y un policía, que se entrelazan en una inevitable tragedia, se describe la percepción del éxito, la desigualdad social y la corrupción en la gran metrópolis de Manila.
- No es un tipo de novela para todo el mundo, así que, ¿cuál crees que sería tu público?
Yo escribo con la aspiración de que mis personajes sean lo más realistas posible, que sus reacciones emocionales y de comportamiento no se alejen del tipo de personas que nosotros nos encontramos a diario. Mi reto es crear personajes ordinarios —no en el sentido de vulgares, sino que nos son cercanos y reconocibles, que viven, sin ser conscientes, dentro de una trama compleja y llena de matices.
Tengo la impresión de que esa minuciosidad en describir el mundo interior de los personajes, que solo se hacerlo a través de sus vivencias cotidianas y su relación con otros, puede no enganchar tanto a aquellos lectores que buscan héroes o enfrentamientos más nítidos entre el bien y el mal.
- En la recámara tienes ya un nuevo proyecto titulado Aprendiz. Vas a embarcarte en una trilogía, después de dos novelas autoconclusivas. ¿Por qué?
El proyecto de Aprendiz empezó como una única novela, pero a medida que desarrollaba la trama y los detalles de cada etapa, era cada vez más evidente que tendría una extensión mayor de lo que yo busco. Fue Félix J. Palma, de quien tengo el privilegio de ser su alumno, quién me sugirió que pensara en tres novelas diferentes, y fue todo un acierto. Desde ese momento, en lugar de tener que pelear conmigo mismo para eliminar secuencias, muchas de ellas que yo creía necesarias para el desarrollo del personaje, me liberé para poder explorar y distinguir con más precisión y con más coherencia la trama y los escenarios.
Es una experiencia nueva para mí. A medida que avanza está primera parte, voy moldeando las dos siguientes: la reacción de los personajes, los puntos de giro, alguna secuencia brutal, inesperada… Y al mismo tiempo me llena de ansiedad saber que todavía tardaré al menos tres años en completarlo.
- Asimismo, cambias totalmente de género y exploras la novela histórica. Con los anteriores géneros literarios has podido explorar temas como lo cotidiano, la violencia sistemática, la corrupción, el trauma… ¿Te permite lo histórico ahondar en tus preocupaciones habituales?
Ese, en parte, era el reto: ¿sería capaz de hacer avanzar una trama y el desarrollo emocional de unos personajes a través de su cotidianidad, en un mundo tan lejano al mío, como la Sevilla del S XVII?
Mi enfoque, en cuanto a la construcción de los personajes y la trama, no ha cambiado significativamente con relación a las novelas anteriores. Creo que el estilo, el ritmo, la tensión entre la vivencia interior y el mundo exterior siguen estando ahí. Lo que los lectores tendrán que decidir, una vez salga a la luz, es si los personajes les resultan tan cercanos, tan humanos, como lo hacían en las otras novelas, ya que su entorno y como se relacionan entre ellos responde a patrones de hace 400 años.
Sin embargo, los temas siguen siendo similares: la corrupción, la violencia sistémica, la soledad, el trauma, la dificultad de crecer, el encuentro con la novedad… pero todo ello en el marco de la vida de los mercaderes, marinos y esclavos de la Carrera de las Indias.
- Hay una respuesta que me gustó mucho acerca de por qué escribes y es que con ello también te puedes preparar para lo peor e imaginar cómo sobrevivir. Qué bonito…
Desde muy joven, yo me he sentido un actor en mi propia vida y mi propio público. Tengo la impresión de que tomar esa distancia con mi realidad, de imaginarla como una aventura, una historia que se puede moldear fue una estrategia para escapar de mi propio trauma y de mi soledad, y de creer que había un futuro en que podía ser feliz.
Construir historias, sobre todo historias respecto a mi futuro, tanto positivas como negativas, ha sido y sigue siendo mi modo de enfrentarme a lo desconocido, a la pérdida y a la muerte.
Después de 49 años, ya sé que no hay forma de imaginar ni controlar la novedad, y esa permanente incertidumbre, que no puede satisfacerse, es lo que me impulsa imaginar y fantasear, a llenarla de posibles escenarios, en los que no suelo creer, pero me relajan. De ahí, al menos de algunas de esas fantasías, nacen mis historias.
- ¿Por qué buscas una editorial y/o agente para tus novelas?
Hay dos respuestas a esa pregunta. La primera, la más inmediata y superficial, es el deseo de ser reconocido en algo tan importante y que ocupa tanto dentro de mí, como es escribir. Mentiría si no reconociera mi propia fantasía de que mis historias sean relevantes para mucha gente por pura vanidad. Pero yo no voy a dejar de escribir, o de sentir el impulso de contar historias si nadie me lee. Ni tampoco el proceso de escribirlas será menos placentero.
La segunda parte es más pragmática. Tengo la impresión de que solo a través de ese reconocimiento y apoyo de una editorial y/o agente, existe la posibilidad de dedicarse en exclusividad a escribir. No creo que tener el respaldo de una gran editorial haga necesariamente que pueda dedicarme únicamente a escribir, pero si creo que sin ese respaldo la probabilidad es mínima.
- Si alguien quiere comenzar a descubrir tu escritura, Jon, ¿le recomendarías que lea primero El ángulo de la felicidad o Los planes de Dios?
No sabría que responder. No he sido capaz, a través de la respuesta de los lectores, de encontrar una razón o un patrón detrás de quienes han disfrutado más de una que de la otra.
Creo que El ángulo de la felicidad es una novela más intimista, con una invitación a la introspección muy marcada, mientras que Los planes de Dios, es una novela más universal en los temas que trata, con más diversidad de personajes, pero más oscura.
Yo diría que El ángulo de la felicidad pretende mirar hacia dentro de nosotros, a nuestros recuerdos, a nuestros aciertos y errores, y Los planes de Dios, quiere que miremos hacia afuera, a los mundos a los que no pertenecemos y entender hasta qué punto estamos determinados por el nuestro.
- Escribir te permite vivir la vida de otros, pero ¿crees que te ayuda a vivir también la tuya propia?
Claramente no me ayuda a tomar mejores decisiones, ni siquiera a prepararme para el futuro o gestionar mi pasado. Todo eso lo hago en mi fantasía, en mi imaginación, sin necesidad de plasmarlo en un papel o transformarlo en una historia.
Pero escribir me hace feliz y eso me ayuda a vivir mejor. Me encanta estar frente al ordenador batallando con la siguiente escena, con la siguiente frase. Cada vez que termino un capítulo o una secuencia, me invade una gran sensación de logro, no de éxito. De logro en saber que he creado algo que antes no existía, a veces, la mayoría, que ni siquiera estaba en su totalidad en mi cabeza antes de escribirlo.
- Has vivido en muchos países, ¿cuáles han sido los que más te han marcado?
Todos me han marcado de un modo diferente e imborrable. Lógicamente, España es de dónde vengo y no hay modo de imaginarme sin ella. Bélgica ha sido la oportunidad de ser libre, de poder vivir sin estar ligado a ninguna imagen determinada, ya sea cultural, política, emocional… China, culturalmente mucho más cercana a España de lo que los estereotipos sugieren, junto con Filipinas, han satisfecho, o agotado, mi necesidad por lo exótico, o por lo menos, han desmontado el mito de que lo exótico es más placentero que lo cotidiano. Somos todos mucho más parecidos, más ordinarios, de lo que nos gusta creer.
- ¿Te gustaría dedicarte a escribir a tiempo completo?
¡Ah!
Es algo que nunca he hecho y que, a día de hoy, lo veo lejano a no ser que tenga la fortuna de que una editorial crea mucho en mis proyectos y mi visión de la escritura y que además el público responda masivamente.
Me encantaría tener la oportunidad de vivir ese escenario. Pero no es una condición para seguir escribiendo y creciendo como escritor. De momento, con el tiempo que puedo arañar aquí y allá, disfruto mucho, y seguiré haciéndolo tanto si es mi única actividad profesional como si no.
Por Eva Fraile, de La Reina Lectora
@reinalectora
El ángulo de la felicidad
de Jon Echanove
El ángulo de la felicidad es una novela sobre la capacidad de superar nuestro pasado y la suerte de encontrar un modo diferente de ver la vida para alcanzar la felicidad. Las páginas de este libro nos invitan a disfrutar de los matices de la cotidianidad y nos descubren el reto de vivir a pesar de la desesperanza. Su autor, Jon Echanove, reflexiona a través de esta historia acerca de la complejidad de nuestro mundo interior y el impacto que el descubrimiento de una nueva cultura puede tener en nuestra percepción de todo lo que nos rodea.
Los planes de Dios
de Jon Echanove
Tras cuatro años de calvario, Richard ha perdido todo lo que tiene. Ahora solo espera un milagro que lo salve o, en su defecto, hallar el valor necesario para quitarse la vida. Sin embargo, lo que encontrará será un nuevo trabajo en Manila, donde Rose sobrevive sin desear gran cosa, salvo que sus dos hijas puedan encontrar una vida digna fuera del arrabal que las asfixia. En Manila también vive Caloy, un hombre egoísta y violento que acaba de obtener un cargo importante de policía en Metro-Manila. Tres vidas que acabarán cruzándose en una tragedia inevitable porque, aunque creamos que tomamos nuestras decisiones libremente, no hacemos más que seguir los planes que Dios tiene para nosotros.