Los pueblos más bonitos de España y la nieve… un cóctel de cuento, en las Castillas de España
La Asociación Los Pueblos Más Bonitos de España tiene como objetivo el apoyo y la promoción de los pequeños municipios
- Las dos Castillas de España reúne algunos de los 94 pueblos más bonitos de España, que tras las primeras nieves, son el destino perfecto para descubrir pueblos de cuento, buenas gentes, rico patrimonio y una gastronomía caracterizada por platos típicos y recetas tradicionales, que nos garantiza una jornada espléndida y segura
La Asociación Los Pueblos más Bonitos de España propone para estas próximas semanas descubrir la belleza de los pueblos de la asociación, que se encuentran en la zona de las dos Castillas de España, Castilla-La Mancha y Castilla y León, en las que ya han caído las primeras nieves, cubriendo de blanco calles, tejados y sus bellos paisajes, creando una atmósfera completamente de cuento de Navidad.
Decenas de localidades de los 94 municipios que pertenecen a la asociación, han amanecido estos últimos días cubiertas por un manto blanco en la primera nevada de la temporada para muchos de ellos.
“Nuestros pueblos ya son bonitos, pero cuando caen los primeros copos de nieve, la pureza del blanco permite descubrir la espectacularidad de sus paisajes nevados, de sus rincones únicos, de una gastronomía que nos ayudará a recuperar las fuerzas, tras unas caminatas tranquilas y seguras”.
“Para visitar estos bellos pueblos, manteniendo las normas de seguridad, solo necesitas un buen calzado, y muchas ganas para poder disfrutar de las mejores vistas y de los rincones más auténticos, donde la nieve muestra un nuevo rostro” recomienda Francisco Mestre, presidente de la Asociación.
Valverde de los Arroyos, Atienza (Guadalajara)
Valverde de los Arroyos
Pequeño y pintoresco pueblo, situado dentro de la ruta de Los Pueblos Negros, su arquitectura destaca con más fuerza bajo el blanco de la nieve caída en los últimos días. El pueblo se encuentra rodeado por un entorno natural excepcional, donde destaca la espectacular cascada de Despeñalagua con más de 120 metros de caída, a la que se llega desde Valverde de los Arroyos, tras un breve paseo a pie.
Atienza
Su castillo roquero, enclave estratégico al ser zona de paso entre la meseta castellana y el camino hacia Aragón, ofrece unas vistas únicas de los terrenos nevados y de su importante patrimonio monumental, donde destacan sus iglesias románicas, como la Iglesia de la Trinidad, del siglo XII, que conserva de su origen su magnífico ábside, la Iglesia de San Gil, del siglo XII, que guarda en su interior un Museo de Arte Sacro, o la iglesia de San Bartolomé, de la primera mitad del siglo XIII, con una bella galería porticada con arcos de medio punto, albergando un Museo Paleontológico, con una de las mejores colecciones de Europa.
Medinaceli y Vinuesa (Soria)
Medinaceli, conocida como la “Ciudad del Cielo”, ha recibido estos copos de nieve desde su arco romano, el único de triple arcada de toda la península Ibérica y puerta de entrada a sus bellas calles empedradas, que han ido formando celtas, romanos, cristianos y árabes a lo largo de su historia.
Medinaceli se eleva sobre el valle del Jalón y el pueblo regala al visitante un casco histórico excepcional y armonioso, sus murallas árabes, el castillo, los restos de la vieja alcazaba árabe, la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción, o el corazón de este bello pueblo, la Plaza Mayor
Porticada, que durante la época romana constituía el foro, y ahora es la entrada al Palacio Ducal.
El invierno trae al visitante el aroma de las chimeneas de sus restaurantes, donde poder compartir unos torreznos sorianos y disfrutar de un buen asado de cordero, cochinillo o cabrito.
Vinuesa
Las nieves han llegado al corazón de la Soria Verde, al pie de los Picos de Urbión, es reconocida como una de las poblaciones más nobles de zona, hecho que se observa paseando por sus calles, que atesoran un rico patrimonio histórico, como la Iglesia de Nuestra Señora del Pino de estilo gótico renacentista, en la que su retablo mayor, de Domingo González de Acereda, del siglo XVII, está considerado como uno de los más importantes de Soria.
El Lavadero refleja el esplendor que tuvo en Vinuesa la ganadería lanar trashumante en la Edad Media, el río Remonicio le proporciona caudal limpio de agua todo el año. Servía para lavar la lana del ganado de la Mesta, y una vez lavada poder tenderla, marcarla, pesarla y atarla para posteriormente comerciar con ella.
La gastronomía en Vinuesa se apoya en su tradición micológica, en sus pinares encontraremos gran variedad de setas, entre ellas el famoso y buscado Boletus edulis, base de muchos platos locales.
La Alberca y Candelario (Salamanca)
La Alberca
Este bello pueblo fue el primero en recibir el galardón de ser declarado Conjunto Histórico Artístico, en 1940, y no ha cambiado su fisionomía en siglos, manteniendo sus calles estrechas, sinuosas y empedradas, donde las casas de piedra o adobe con traviesas de madera que trazan dibujos geométricos, que la nieve de estos días, ha potenciado.
Al alzar la vista en cualquiera de las calles de la Alberca el visitante puede ver como los tejados de las casas casi se tocan, imposibilitando ver el cielo, están definidas por viviendas de tres plantas, donde cada una tenía una misión, la planta baja era la cuadra para guardar los animales, la cocina-comedor y la despensa estaban en la primera planta, y los domicilios ocupaban la parte alta de la casa. La fachada mantiene los bellos balcones de forja que, reciben a los visitantes con flores.
La Alberca cuenta con una rica gastronomía tradicional y popular, donde las carnes son uno de sus platos fuertes, como el “Cabrito Cuchifrito» o sus embutidos, jamón de cerdo Ibérico, chorizo, salchichón, lomo, cabeza de lomo, siempre curados al aire serrano.
Candelario
La villa de Candelario, bello pueblo de montaña y que estos días ofrece una nevada estampa invernal, es un magnífico ejemplo del cuidado por la arquitectura típica y el saber mantener las tradiciones ancestrales de la Sierra de Béjar. Sus típicas viviendas serranas, construidas a base de piedras calizas, y que crecen a lo largo de empinadas calles, recorridas por sus conocidas regaderas, confiere a sus rincones un sabor y una estética especial y, ofrece al visitante un paseo siempre relajante y placentero, con el sonido del agua cristalina recogida de las nieves de su sierra.
La gastronomía de Candelario es reconocida en toda España, que se basan en un fuerte aporte energético y donde las carnes dan color a los platos más típicos y sabrosos. Los visitantes no pueden olvidar los embutidos de chorizo, salchichón, lomo y jamón de bellota procedentes de la matanza tradicional del cerdo que obtienen el mejor punto de curación gracias al clima de la Sierra.
Bonilla de la Sierra (Ávila)
Este bello pueblo fue alojamiento y visita de reyes, nobles y eclesiásticos, y llegó a ser el pueblo con más relevancia del Valle del Corneja, lo que le ha permitido contar con un rico patrimonio histórico y cultural que ha sabido mantener, como la Iglesia de San Martín, las ruinas del Castillo, o parte de la antigua muralla que cubría el pueblo.
Las viviendas de la villa, muchas ennoblecidas con escudos nobiliarios, mantienen su carácter castellano de piedra y madera, y el suelo adoquinado del pueblo nos acerca a bellos monumentos como la Colegiata de San Martín, del Siglo XV, que atesora un catálogo de obras de arte de gran belleza, retablos, esculturas o pinturas.
Bonilla de la Sierra cuida la gastronomía tradicional de la provincia de Ávila, destacando sus carnes a la brasa, las famosas patatas revolconas, el contundente cocido morañego o dulces tan típicos como las yemas de Santa Teresa.
Pedraza (Segovia)
Pedraza, joya medieval segoviana, rezuma historia, gastronomía y un respeto inmenso por la naturaleza que el viajero descubre a cada paso que da por sus calles empedradas, que se han recuperado y restaurado, respetando hasta el extremo su valor patrimonial, histórico y cultural.
El castillo fortaleza de Pedraza es, sin duda, uno de los mayores atractivos de la localidad, y con las últimas nevadas, su torre del homenaje destaca con más fuerza sobre el entorno, invitando al visitante a descubrir otros lugares emblemáticos como la Plaza Mayor, con sus típicas casas blasonadas del siglo XVI o la formidable iglesia románica de San Juan, cuyo interior alberga tesoros del Barroco.
La cocina típica castellana tiene en Pedraza uno de sus mejores ejemplos, donde no faltan los asados en horno de leña, tanto de cordero como de cochinillo, los judiones de La Granja. Elaborados las panaderías y pastelerías, destacan los soplillos, hojaldres, tejas y cigarros, mantecados o florones.
Sobre la Asociación
La Asociación Los Pueblos más Bonitos de España, que ya cuenta con 94 localidades únicas, nace de la convicción y necesidad de poner en conocimiento de todo el mundo los maravillosos pueblos que salpican la geografía española. El objetivo es promocionar los pequeños municipios, preferentemente rurales, agrupados bajo una misma marca de calidad, a través de las acciones de promoción y eventos culturales que la asociación emprende tanto dentro como fuera de España.
Esta red engloba lugares de gran belleza y personalidad que destilan historia y cultura a la par, villas marcadas por la tradición que el viajero podrá disfrutar al recorrer sus caminos y mezclarse con los lugareños.
La marca Los Pueblos más Bonitos de España es un referente de prestigio y calidad a nivel nacional e internacional. La iniciativa está basada en el modelo francés Les Plus Beaux Villages de France y la red española forma parte y preside actualmente la Federación de los Pueblos más Bonitos del Mundo, con redes en Francia, Italia, Bélgica y Japón. Otros países están creando nuevas asociaciones tales como Rusia, Alemania, Liechtenstein, El Líbano, Suiza y Portugal. La Asociación se creó en España en el año 2011 y se presentó dos años más tarde con una red de 14 pueblos. Progresivamente, la lista ha ido aumentando hasta las 94 localidades actuales.
Información original proporcionada por el Departamento de Comunicación de NdeP
www.dmdima.com